Capítulo 21

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SKY

9:10h

"Vamos a arreglar cuentas Number, esta vez no volverás a escabullirte como la rata que eres"

9:20h

"Se que lo estás leyendo Sky, y vamos a encontrarte"

9:25h

"Acaso no me oyes hijo de puta?"

Apagué el téléfono con frustración. No sabía como pero me habían encontrado. Si ellos sabían que había huido también lo sabrían los demás y temía exactamente a por quién iban a ir.

Me levanté de la cafetería y pagué rápidamente la cuenta, la camarera al otro lado de la barra, me dio una sonrisa de medio lado, pero yo no estaba para coqueteos en ese momento.

Me carcomía por dentro saber exactamente lo que debía hacer, tenía que volver al pueblucho donde hacía meses que me había instalado, volver al instituto y a mi casa para proteger a mi familia y por mucho que me pese decirlo también a ella. Hacía tanto que no la veía que apenas recordaba su forma de sonreír, la forma en la que sus ojos se llenaron de tristeza cuando intenté alejarme de ella para protegerla, sin darme cuenta de que ya no había vuelta atrás. Pero no volvería a caer, no me dejaría embrujar otra vez, solo se lo debo, ella no tiene la culpa de mis negocios sucios. Si quería acabar con esto tendría que cumplir el último deseo de Dan, iría a buscar a ese perro viejo y le haría saber que ese sería mi último trabajo. Las mafias nunca son un buen negocio y tenía que proteger a mi familia y a mi hermana.

Caminaba con las manos metidas en los bolsillos, con paso rápido fui acercándome cada vez más al gigantesco hotel de Palacediamond directo a la boca del lobo.

Entre haciendo chirriar la enorme puerta giratoria y me encontré en un gigantesco recibidor con decoraciones ostentosas en colores dorados y beige. Comenzaron a sudarme las manos pero apreté fuerte la mandíbula y erguí la espalda, no tenía miedo, pero sí estaba lleno de rabia, el hecho de que Dan me obligase a cumplir un último trabajo como condición para poder retirarme me ponía furioso. Odiaba que alguien se pasase el día controlando mi vida.

Salude al recepcionista que ojeaba aburrido una revista, Jack me conocía desde los 15 años, elevó la cabeza en señal de saludo y me sonrió amable. Me encaramé a las escaleras de caracol que subían directas a las habitaciones y comencé a subirlas de dos en dos. No sabía que iba a pedirme Dan pero conociéndole nada bueno. Aún recordaba la primera vez que entre en aquel hotel. Tendría unos 14 años y mi corazón no hacía más que gritar libertad con aquellas ansias propias de la adolescencia. Pensaba que si JJ e Isabel ganaban tanto trabajando aquí yo también podría, me mentía a mi mismo con la idea de que matar a criminales no era tan grave, ya que al fin y al cabo librabas al mundo de gente detestable, sin darme cuenta de que el simple echo de matar a otras personas me convertía en uno de ellos. Si ahora me dejasen elegir volvería hacia atrás y le diría a mi yo del pasado que una vez que entras ya es imposible salir y que meditase mejor sobre la decisión que estaba a punto de tomar. Por supuesto no culpo a JJ, el también era un joven alocado por esa época, con los mismos sueños que yo. No tardé en darme cuenta de que vender drogas y matar no era una buena forma de ganarse la vida, pero para entonces ya era demasiado tarde y Dan y sus secuaces lo sabían todo sobre mí y sobre mí familia, y me advirtieron de una forma poco sutil lo fácil que era que un médico joven se equivocase en la dosis de los medicamentos de mi hermana. Con 16 estaba atrapado y la sensación de libertad se había esfumado por completo hacía ya tiempo. Pero ahora soy fuerte, y con 18 años pienso enfrentarme a Dan, él ha aceptado ya el echo de que yo deje el trabajo, no ha sido fácil pero me ha dejado libre, con la condición de cumplir su último deseo de viejo rico.

Golpeé un par de veces la enorme puerta que llevaba al ático de mi antiguo jefe y se oyó la profunda voz masculina que esperaba oír desde dentro.

- Pasa Sky

Empuje la puerta sin vacilar dejando ante mis ojos la imagen de la enorme vivienda que conocía bien. Una ostentosa lámpara, ahora apagada por la luz de día,. colgaba del techo ceremoniosamente dándole a la sala un aspecto moderno y formal. Ante mí un hombre viejo de pelos blancos a juego con su barba tomaba en bata una taza de café. Al oírme entrar elevó los ojos a través de sus gafas y posó suavemente su café sobre la mesa de cristal dejando al descubierto una mancha de nata en su bigote. Parecía el típico abuelo bueno que te regala dinero siempre que vas a verle, pero cuando le conoces mejor te das cuenta de que solo es un ladrón, asesino y codicioso "hombre de negocios" como a él le gusta llamarse.

- Sabía que al final vendrías.

- Vengo por el trabajo Dan, mi último trabajo.- sentencio decidido, el me mira de arriba a abajo y niega con decepción.

- Un talento como el tuyo desperdiciado, y todo por una mujer

- Yo no he desperdiciado nada- rujo apretando los puños a los costados de mi cuerpo, noto como la sangre comienza a hervir en mis venas pero me obligo a relajarme y respirar ondo.

- ¿Por qué no te sientas hijo?, tomate un bombón y hablemos de tu futuro.- dijo ofreciéndome una caja de deliciosos ferrero roche que rechace con orgullo.

- No hay más futuro Dan, y espero que comiences a hacerte a la idea.

- Se que es lo que quiero como muestra de fidelidad por todos estos años, además por lo que veo no te costará nada, y de ello depende la seguridad de tu familia, sobre todo de tu hermana....

- Calla y escupe- odiaba oírle hablar de mi familia.

- Quiero que la mates

- ¿a q...?

- Quiero que mates a Helena

¿¡Me van a dejar escribir!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora