¿Una chica? ¡NO!

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Narra Mario.

-A ver Arturo, ¿me estas diciendo que una chica vendrá a la academia? ¿a enseñar?- dije enojado.

-Lo siento Mario, pero debo de darle una oportunidad a esta chica, parce en verdad ella vale oro. Valdrá oro en esta academia, las chicas se animaran a practicar ella sera un buen ejemplo y también para los chicos.- dijo Arturo de un modo decidido.

-¿y cuando vendrá?- fue lo único que pude decir.

-Dentro de dos días, la convencí de que viniera, así que tendrás que estar presente.- toco mi hombro. -En verdad lo siento Mario, pero con ella espero que salga todo mejor.- se fue sin decirme más.

Me quede de pie sin decir nada, estaba realmente molesto, tome mis cosas y salí del lugar, no podía creer que una simple chica me quitara lo que con esfuerzo había logrado, pero que va, ¿como se le ocurre a Arturo que niñas querrán hacer este tipo de cosas?, vaya que el estaba loco.

Salí de ese lugar y me dirigí a mi departamento, durante esos dos días tuve que ir a practicar, pero no iría hasta que llegara el día de conocer a la nueva chica. Veremos quien puede más, si ella o yo.

[...]

Al fin llego ese día el cual conocería a las chica que llegaría a entrenar, mi vida no era tan miserable, tengo novia, a veces algo exagerada, pero no pienso dejarla, tiene 19 años y un hermoso cuerpo. No se si la quiero o no pero el chiste era de que tengo novia. Me aliste y estaba a punto de salir al lugar donde entrenabamos, era bodega que en realidad estaba equipada con lo que necesitábamos. Arturo la había comprado hace unos meses para que fuera más seguro. Salí de mi departamento y tome un taxi que me llevara hasta ese lugar. Algunos de los chicos ya entrenaba, cuando me estaba alistando llego Santiago, prácticamente mi mejor amigo.

-Hey parce ¿por qué falto?- dijo sentándose a mi lado.

-No pensaba venir, pero quiero conocer a esa dichosa chica.- acomodaba mis tenis.

-Puede bueno tendrá que esperar, Arturo tardará en llegar con la chica, se ha retrasado un poco, así que tenemos tiempo de entrenar.- se levanto y salio de los vestidores.

Salí un poco al igual que él, me encontraba calentando para empezar mi rutina, y en eso se escucho que abrieron la puerta y de inmediato todos volteamos. Era una chica linda, y ninguno de todos los chicos le quito la mirada.

Narra Caroline.

Llegue al lugar que me había dicho Arturo, según llegaríamos juntos pero tuvo unos inconvenientes y me dijo que me adelantara. Salí de mi casa con el pretexto de "iré a buscar trabajo", mis padres creyeron ya que salí vestida de una forma "decente", pero en mi mochila traía la ropa adecuada para que pudiera practicar. Tome un taxi y le di la dirección, me dejo a fuera de una al parecer bodega. Pague y tome aire antes de entrar. Justo cuando abrí la puerta pareciera que esperaban a alguien, pues de inmediato todos voltearon arutina Entre como si nada y no dejaba de sentirme observada, tome asiento en una banca que estaba cerca y no dije nada.

-¡hey!- grito un chico. -aquí no enseñamos ballet.- brinco de donde estaba y camino hacia mi.

-¿dije que venia a ballet?.- me levante y respondí molesta.

-pues para tu forma de ser, mmm... creo que si.- me miraba de arriba a abajo.

Camino de tras de mi y eso me puso nerviosa, eran puros chicos y solo observaban lo que hacia el chico, que desde ese mismo instante comencé a odiarlo. Llevaba puesto un pantalón deportivo y una camiseta sin mangas, cabello algo largo, y tenia unos cuantos tatuajes en su brazo.

-alejate de mi.- dije molesta.

-mmm... Esta bien, ¿y bueno cuenta me que te...- lo interrumpieron.

-que rápido eres Mario, ya conociste a tu nueva entrenadora.- entro Arturo riendo.

El chico me miro y solo se alejo, al parecer no le había caído bien la noticia de que era la nueva entrenadora.

-Chico pongan atención, ella es Caroline la chica que vendrá a entrenarlos también.- se puso a lado mio.

-¿En serio ella será?- dijo Mario, creó que si ese era su nombre.

-Efectivamente Mario.- rio Arturo.

-¿Cuantos años tiene?.- dijo Mario serio.

-Tengo 18.- me cruce de brazos y lo mire retándolo.

-Vaya que vamos bien.- salio de ahí molesto y se dirigió a los vestidores.

-No le hagas caso Caro, esta así porque le dije que serias tu la nueva entrenadora, a el lo destitui.- dijo Arturo y al escuchar eso me sentí mal.

-Bueno sigan en lo suyo chicos.- grito Arturo y le obedecieron. -Y tu ve a cambiarte que dudo que practiques así, de donde Mario fue de lado izquierdo esta el vestidor, seras la primera en utilizar el de chicas.- se alejo.

Tome mi mochila y mientras me encaminaba a cambiarme salio Mario, me miro y solo siguió caminando.

-Oye- dije y volteo a verme. -Siento mucho haberte quitado lo que era para ti, en verdad lo lamento, yo...- me interrumpió.

-No me pidas disculpas, pero ya veré si en verdad puedes con esto, no será fácil y teniéndome como enemigo.- me miro y sonrió. -Ya nos veremos por aquí... Entrenadora.- se dio la media vuelta y se fue.

Ni un día llevaba ahí y ya tenia a mi primer enemigo, era guapo pero ya lo odiaba, no podía creer que me había amenazado. Me cambie he hice mi rutina. Estaba en verdad enojaba, tome un descanso y espere un rato antes de que me fuera a cambiar.

Salí de ahí sin despedirme de Arturo, en verdad no regresaría de nuevo a ese lugar, tengo que conseguir un lugar para trabajar oh si no en verdad moriría. Me dirigí a varios lugares para buscar empleo pero era inútil, no querían que a alguien que no tuviera experiencia. Camine toda la tarde para ver si encontraba algo pero no fue así.

"EL QUE SE ENAMORE PIERDE MARIO RUIZ."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora