Durmiendo juntos

601 33 5
                                    

Esta bien... No se que decir ante lo que me dijo Salma. ¿Los dos en un misma cama? No puedo hacerlo.

-Salma.- dije entrando a la recamara. -no puedo quedarme en el mismo cuarto que tú.-

-esta bien, si gustas puedes quedarte en el sofá.- dijo alzando los hombros. -eso sí, no tengo cobijas de sobra.-

Respire profundo y sobe mi nuca. -otro problema es de que no tengo con que dormir-

-no te preocupes, tengo un par de playeras largas que puedes ocupar como pijama.- dijo Salma dirigiéndose a su armario para buscar lo que me había dicho.

Me senté en la cama esperando a que Salma sacara una de sus playeras.

-¿no hay problema con tú novio?, digo. No quiero que llegue en la noche y me mate por estar en una misma cama.-

Al decir eso, Salma se quedo sin moverse, como si lo que había dicho fuera malo.

-Yo... yo no tengo novio.- se escucho su voz como si se quebrara.

-¿te sientes bien?.- 

Me levante y camine hacía donde ella estaba y puse mi mano en su hombro, a lo que al parecer a ella la sorprendio lo que hizo que volteara de inmediato.

-Toma, encontré esto.- lo puso en mis manos y evito mirarme.

-Me necesito cambiar.- dijo susurrando.

Al decir eso ella comenzó a quitarse la ropa, pero no me había percatado ya que estaba de espaldas. Pense que había salido así que al momento de voltear y quitarme la playera, Salma se había quitado el pantalón y la playera. En verdad, mirar su cuerpo fue lo más maravilloso, hasta que llegué a la parte se sus piernas. Estaba totalmente cubierta de tatuajes.

-¿qué miras?- dijo Salma poniendose la playera que era parte de su pijama.

-Lo siento, no era mi intención, me sorprende como... con todo respero... sus hermosas piernas estan llenas de tatuajes.-

Salma miro sus piernas y rió.

-Cada tatuaje tiene una historia.- se coloco el pantalón. -Veo que tú también tienes unos cuantos tatuajes en tu brazo.-

-Si, pero no tengo tantos, pienso dejarme solo estos.- 

-bien, pues adelante, puedes acostarte.- dijo Salma.

-Necesito cambiarme...- reí.

-Ok, me salgo y me avisas cuando pueda entrar.- Salma salió de la recamara y me apuré a cambiarme.

Me quite mis jeans, quedando solo en boxer, sería la unica manera en que puedo dormir. Me coloque la playera y me metí en la cama dando la espalda en donde dormiría Salma.

-¡Ya puedes entrar!.- grite.

Salma entro y se metió a la cama, creo que de igual manera dandome la espalda. Un par de minutos estuvimos callados. Hasta que Salma hablo.

-¿Ya estas dormido?- volteo mirando al techo.

-No, aún no.- me quede en la misma manera.

-¿Te parece si me hablas de ti?- dijo Salma.

Al escuchar eso, hice lo mismo que ella y voltee para quedarme mirando el techo.

-Mario Ruiz, 22 años, practico parkour, originario de Colombia.-

-eso ya lo sé Mario, algo nuevo de ti, no se tal vez hablame de tú familia.. cosas así.- dijo Salma.

-no creo que te deba contar sobre mi familia...- dije -si gustas puedes contarme tú de la tuya.-

-bien...- suspiró. -no la he visto desde hace 2 años, en navidad les dije que estaba embarazada... papá me golpeó hasta cansarse y mamá no me bajo de lo peor...- dijo poniendo su mano en la frente.

-entonces, ¿estas casada?- la miré.

-no...- dio una sonrisa -tenía 2 meses de embarazo, a las pocas semanas de haber salido de mi casa tuve un problema que hizo que se complicara todo... tuve que abortar, no tenía salida.-

-yo... en verdad lo siento..- fue lo único que le pude decir.

-el tipo que era en ese entonces mi pareja, me dejo... no le importo como me sentía, su familia lo había obligado a estar conmigo por el bebé pero en cuanto se entero de que había tenido un aborto agarro sus cosas y se fue.-

-lamento que hayas hablado de esto... no soy nadie para que lo hicieras.-

-no pasa nada... se que no te conozco y pues en verdad no me duele contarlo.-

-eres muy fuerte para tener 22 años, tanto has vivido y mírate... Sigues de pie.-

-cualquier persona lo haría... pero bueno ahora dime de ti... ¿qué vienes a buscar aquí en México?-

Al escuchar eso recargue mi mano en la frente y di un suspiro.

-vine a buscar al amor de mi vida.-

Salma no dijo nada por un par de segundos y volvió a hablar.

-¿es que lo has encontrado ya?-

-Si,- sonreí. -justo ahora esta en una cama de hospital, se sigue recuperando.

Salma no dijo de nuevo nada, dejando el cuarto en total silencio.

-Ya duerme que es tarde.- dijo Salma dando la vuelta y dándome la espalda.

-hasta mañana.- conteste.

En verdad era increíble como ella podía cambiar de actitud y de estado de ánimo de un momento a otro. Eso la hacía interesante.


HOLA CHICAS! COMO ESTAN.
AQUÍ ESTA EL CAPITULO, SIENTO LA DEMORA PERO LA UNI ME ESTA MATANDO
(¦8¬ C )

"EL QUE SE ENAMORE PIERDE MARIO RUIZ."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora