Le creíste Caroline.

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Narra Caroline.

Después de que Mario me había dejado fuera de la cafetería mi única opción fue ir a casa, así que sin más tome un taxi y me dirigí a casa, suponía que mi madre no estaba en casa así que entre como si nada y en cuanto iba a subir las escaleras me hablaron.

-hija, hola ¿que tal tú no...- se quedo callada en cuanto la voltee a ver y tenía una mirada que ella no esperaba. -¿Qué sucede princesa?- corrió a abrazarme.

En cuanto sentí sus brazos no aguante las ganas de llorar, justamente necesitaba eso. Un abrazo.

-Mario piensa que no lo quiero.-

-¿pero que le hace pensar eso?- se separó de mi y me miró.

-porque no le he dicho a papá que tengo una relación con él, no quiero que papá me aleje de Mario.- limpiaba mis lagrimas

-¿y porque no se lo demuestras? Hazle saber que si lo quieres.-

-Mamá, tal vez me vayas a regañar por lo que te contaré.- tomaba aire. -le demostré a Mario que si lo quiero, ayer perdí mi virginidad con Mario, Mario es el primer hombre en mi vida.- solo agaché la mirada.

Mi madre al escuchar el solo se alejo de mi y se tapó la boca, no podía procesar lo que le había dicho.

-hija, ¿estas consiente de lo que hiciste? Diste un gran paso en tú vida. Pero no puedes estar con uno y con otro...- la interrumpí.

-a ver mamá, no soy así, tengo 18 años y Mario es con el primer hombre que estoy.-

-Caroline, no te puedo juzgar, pero ¿al menos te cuidaste?-

-pastilla mamá...-

-por dios Caro, ¡condones!... ¿que tenían en mente cuando lo hicieron así. Solo te digo una cosa Caroline... En la primera relación sexual se puede quedar embarazada, aunque tomes pastilla.- subió las escaleras.

No puede suceder eso, Mario tuvo los cuidados adecuados. Es eso lo que pasa, mamá también lo hace para espantarme. Respire profundo y subí a mi recámara. Me recosté y cerré los ojos. Mi mente pensaba solo en Mario y yo besándonos, sintiendo cada parte de su cuerpo en mi, sintiéndolo tan delicado dentro de mi. Eso era lo mejor, pero mi cuerpo daba un escalofrío al poder imaginarme con un embarazo. No quiero eso, no ahora. Pero me imaginaba también a Mario con un pequeño bebé entre sus brazos. Su hijo o hija, tan cariñoso, nosotros como sus padres, sería de lo más lindo.

-No Caroline, ya no imagines eso, primero piensa como decirle a tu padre que tienes una relación con Mario.- me decía a mi misma.

-pero primero falta recuperar a Mario.- susurré.

-¿Y si lo voy a buscar?- seguía hablando hacia mis adentros.

-no pero no va a querer.-

-¿y si lo intento? No pierdo nada en hacerlo-

-esta bien, lo he decidido, mejor voy a su departamento y ha lo con él, le digo tos y si llegamos a un acuerdo iremos a hablar con mi padre.- dije en voz baja. -si, eso haré.- sonreí.

Narra Mario.

Estamos en el taxi y me he arrepentido de traer a Agnes a que conozca el departamento. Ella ya no es mía, ella ya es ajena y yo tengo a Caroline, que aunque ella no se atreva a decirle a su padre lo de nosotros yo la quiero.

-bien jóvenes, hemos llegado.- dijo el chófer.

Bajamos del taxi y Agnes solo miraba el lugar.

"EL QUE SE ENAMORE PIERDE MARIO RUIZ."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora