No lo hagas.

1.1K 68 5
                                    

Me quede un momento en las escaleras llorando ante lo que había visto, estaba débil, pero no debía mostrarlo. Me levante y limpie mis lágrimas y baje para salir del edificio. Camine hacia un lugar que estuviera bien para que pensará bien las cosas y no hiciera algo más.

-necesito relajarme- me dije a mi misma.

-¿y si...- hable en voz baja. -si, tal vez eso necesito.-

Me dirigí a una tienda y compre un cigarro, estaba mal eso, había tenido problemas por fumar desde chica, mi garganta se había lastimado por tanto fumar. Pero era mi vicio, necesitaba eso. Salí de la tienda y lo pendi, me senté en una banqueta y cerré los ojos. Recargando mi cabeza en la pared. De nuevo mis lágrimas comenzaban a brotar de mis mejillas.

-¿todo marcha bien Caroline?- escuche una voz masculina.

Abrí mis ojos poco a poco y no podía creerlo. Me quedé solo mirándolo sin decir nada, el cigarrillo seguía en mi mano.

-¿Ra... Rafa?- me levante de inmediato.

-pensé que después de que enfermaste fuerte de la garganta dejarías el cigarro.- lo tomo de mi mano arrojandolo al suelo y pisándolo. -ven ahora si.-

Rafa me abrazo muy fuerte, se notaba distinto, más alto y seguía igual de delgado. No correspondi a su abrazo, no había sabido nada de él, y creo estaba a punto de casarse.

-¿Qué haces aquí?- dije de una manera sería. -¿Como me encontraste?-

-busque la empresa de tu padre e iba caminando y te vi que ibas llorando.- se encogió de hombros.

-Rafa esto es extraño, no quiero hablar contigo, no quiero, no terminamos para nada la relación bien. Si solo viniste a Colombia por mi déjame decirte que estas equivocado.- di media vuelta y camine.

-hey!.- me tomo del brazo. -vamos a hablar ¿si?-

-esta bien.- me senté en el suelo. -adelante ¿de que quieres hablar?.-

-¿no puede ser en otro lado? No se tal vez en una cafetería o algo así?-
-sabes, no tengo tiempo para estar llen...- me interrumpió.

-vale, hablemos aquí.- se sentó a lado de mi. -pero bueno hablemos de nosotros hace dos años, no de ahora o de lo que ha pasado en nuestra vida. Solo de nosotros antes de que nos separaran.- me miró

-todo era distinto.- hable. -siempre nos entendíamos bien, siempre accedimos a todo. Eras muy comprensible conmigo y siempre estabas al pendiente de mi.- sonreí.
-tu siempre fuste importante para mi en mi vida, creía que esto iba a ser para siempre, pero no fue así, cuando te trajeron aquí yo no sabía nada, no sabía que hacer, y nunca me rendí, trate de buscarte pero fue imposible.- agachó la mirada. -siempre te comprendí ante...- lo interrumpí.

-todo... como cuando aceptaste no tener sexo conmigo por no sentirme segura.-

[Flash Back]

Nos encontrábamos en casa de Rafa, habíamos llegado del colegio y pasaríamos la tarde juntos. Y en el trayecto del colegio a su casa, las cosas se fueron poniendo... mmm... buenas por así decirlo.

-primero las damas.- movió sus manos como señal de que entrara primero.

-gracias.- sonreí y entre.

En cuanto estaba dejando mi bolsa en el suelo sentí los brazos de Rafa rodearme orden la espalda.

-ahora si podemos estar juntos.- respiraba sobre mi cuello

-¿a sí?.- gire sobre mis pies. -¿y que quieres hacer?- sonreí.

-mmm... no se, tal vez estudiar para el exámen de mañana o mejor hacer algo interesante.- comenzó a besar mis labios.

-mejor hay que hacer algo interesante.- dije separándome del beso.

-cierto, el examen puede esperar.- comenzó a caminar.

Una vez que encontró la pared más cercana me recargo a pretendo más a él, comenzaba a dejar que mis manos recorrieran su cuerpo. Sentía como él comenzaba de desabrochar el uniforme escolar, era una sensación agradable pero de inmediato vino el sentimiento de culpa.

-Rafa...- deje entrecortado.

-¿que sucede?- alcance a escuchar mientras el besaba mi cuello.

-No..., no puedo.- le di un leve empujón.

-¿pero?- se separó confundido.

-no estoy preparada.- intentaba tapar mi sosten con mis manos.

Rafa solo me miró y puso su mano sobre su boca dando un gran suspiro.

-te entiendo.- se acercó y me abrazo dando un pequeño beso en mi frente. -toma.- me entrego mi blusa que se encontraba a un lado.

-espero... espero que no te molestes.- lo mire.

-Caro, no tengo porque molestarme, tu estas en prepa y yo en universidad, soy más grande y no tengo que forzarte.-

-gracias por ser así- lo abrace.

-tener 19 años te hace pensar un poco más las cosas. Vístete y si quiere te llevo a casa o bien vemos una película.-

-Prefiero la película.- dije mientras abrochaba mi blusa.

[Fin Flash Back]

-tenía que comprenderte, las de 16 no son legales en México.- sonrió. -espero que sigas teniendo eso en cuenta, no entregarte a cualquier idiota.-

Al escuchar eso me quede callada, me puse sería y aguantaba las ganas de llorar, me daría pena si me ve llorar y con eso le diría todo, le diría que me entregue a un completo idiota con quien tenía dos meses de relación.

-ah, tengo que irme.- me levante.

-te parece si nos vemos luego, estaré por aquí un tiempo. Solo quiero saber que es lo que ha sido de ti.- se levantó igual.

-Rafa, eso ya no puede ser... tú estás a punto de casarte...-

-no me casaré Caroline...- me interrumpió.

Al escuchar eso fue como un alivio para mi, pero si era así, estaba segura que me volvería a enamorar de él, y ahora no, no cuando Mario... No Mario ya no, cuando estoy a un par de semanas de irme a México.

-yo no tengo porque preguntarte.- comencé a caminar.

-Caro, quiero aclarar todo. Por favor solo dame una oportunidad. Se que también estás punto de casarte, pero no quiero que lo hagas, también he venido a buscarte.-

Al escuchar eso recordé el anillo de Mario que justamente traía puesto, agaché la mira y lo tome con mis dedos.

-no se quien sea pero no puede llevarte así de fácil, no cuando aún no te olvido.-

-Rafa, tal vez estés pensando otras cosas pero yo no estoy comprometida...-

-no es necesario que lo niegues.- me volvió a interrumpir.

Se comenzó a acerca a mi, mi pulso se aceleraba y no sabia que hacer, algo en mi me decía que me fuera pero no respondían mis piernas. Hasta que Rafa me beso. Sus cálidos besos, colo el los sabia dar... Pero mi mente me hizo una mala jugada, recordé a Mario haciéndome suya, dándome besos y sintiéndolo en mi, su piel, su reparación, absolutamente todo.

-tengo que irme.- abrí mis ojos y comencé a caminar.

Apreté mis ojos y las lágrimas caían sobre mis mejillas, lo bueno fue que Rafael no me detuvo y mucho menos me siguió, así podría llorar a gusto.

"EL QUE SE ENAMORE PIERDE MARIO RUIZ."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora