Capítulo 16

6 0 0
                                        

Frente a la casa de Andrew Moore se posaba un gran camino de acera. Rodeado de árboles, locales de comida, tiendas y pequeños animalitos, la ruta era increíblemente larga. Podías caminar durante horas y horas mientras sentías las hojas de los árboles caer desde lo alto de los mismos.

Extrañamente, Andrew tenía la confianza por los cielos. Sentía que todo estaba bajo control, que todo le iba a salir bien ese día. Pocas veces había tenido esa sensación antes, así que cuando supo que la chica que tenía al frente, estaba tan interesada como él de conocerla, todo sería más sencillo de lo normal.

Andrew y Claire salieron del café, caminaron unos pasos y se pararon frente al local.

-¿Ahora? -preguntó Claire.

-Caminemos.

Y antes de que Claire pudiera preguntarle que a dónde, Andrew comenzó a caminar por la acera, yendo por debajo de los árboles. Claire Reed estaba acostumbrada a saber a dónde ir. Estaba acostumbrada a ir a una dirección específica. Evans le reservaba algún estudio o algún apartamento y ella solamente tenía que ir. Sin embargo, Andrew quería caminar sin rumbo fijo. ¿Caminar y ya? Claire lo siguió rápidamente y se colocó a su lado. No sabía de qué hablar. Normalmente no tenía que hacerlo...

-Tengo que preguntarte algo Claire -dijo Andrew colocándose una mano en la boca porque pensaba que iba a toser-. ¿Cómo te conseguiste ese carro? ¡Un Camaro rojo brillante!

-¿Por qué lo dices? -preguntó Claire riendo por lo bajo.

-Tener un Camaro es el sueño de todo hombre. Al menos una vez en la vida, todo hombre ha querido uno. Aunque sea manejarlo.

-¿Te gustaría manejarlo?

-¿En serio? -preguntó Andrew que se había parado de golpe.

-Sí... -dijo Claire-. Pero si dices que sí, tenemos que dar la vuelta. Lo dejé cerca del café.

Esta mujer es perfecta...

-¡Sí! ¡Vamos! -gritó entusiasmado Andrew.

Claire rio y dio media vuelta.

-Aunque, me gustaría llevarte a un lugar.

-Me parece bien, tú nos llevas.

Andrew se emocionó y comenzó a caminar junto a ella para ir a buscar el carro. Los árboles soltaban hojas a diestra y siniestra. La acera estaba llena de hojas, ramas y algunos frutos secos raros que soltaban los mismos. Siguieron caminando unos cuarenta metros hasta llegar al carro. Estando a punto de montarse, Andrew le pasó por detrás al carro para llegar a la puerta. Sintió la adrenalina correr por su cuerpo. De pronto escuchó un sonido familiar.

-¿Cómo vas a manejar? -exclamó Claire del otro lado del carro mientras agitaba las llaves.

Claire le lanzó las llaves y Andrew las agarró con grandes reflejos. Desactivó la alarma y abrió las puertas. Entró y se sentó.

-Ok, tranquilo, es sólo un carro. Intenta manejar con cuidado...

-Tranquila -dijo Andrew mientras introducía la llave en el agujero debajo del volante. Lo prendió y apretó el acelerador para escuchar el rugido del motor-. Excelente...

El SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora