Capítulo 15

5 0 0
                                        

Andrew Moore había pasado una noche casi tranquila. De estar melancólico y dudoso acerca de seguir con el tema "Claire Reed", pasó a estar ansioso e intrigado por querer conocerla; sobre todo después del mensaje que le había dejado. Andrew se levantó y se bañó. Desayunó unas tostadas rápido y se fue corriendo al café de su casa.

Supongo que sólo querrá preguntarme algo pensó Andrew mientras estaba en el ascensor. A pesar de estar nervioso, sentía que esta vez la suerte estaba a su favor. Sentía que esta vez las cosas sí se darían. No había sido él quien propuso la salida, eso era bastante. Creo que es la primera vez que una chica me invita a salir.

El ascensor se abrió en la planta baja de su edificio e hizo un pequeño pitido al abrir. Andrew giró a la derecha y empujó la puerta principal, caminó unos cuantos metros y entró al café. Era algo muy pequeño. Había una cinco o cuatro mesas, dos meseras, vitrinas con pequeños panecillos, tortas, cachitos y sándwiches. Una sola caja para pagar y algunas bebidas que se podían ver en un refrigerador que tenían detrás de la vitrina. Andrew se sentó en una mesa lejos de la puerta y esperó a Claire para pedir algo. No estoy nervioso... aún.

Minutos después Claire Reed llegó al café. Estaba vestida diferente a su último encuentro. Tenía un blue jean y un suéter morado con letras blancas. No tenía mucho maquillaje. Apenas se había colocado algo de rubor en las mejillas y un poco de sombra en sus ojos. Eso sí, sus labios estaban pintados con el mismo rojo eléctrico y vibrante que hacía que Andrew se sintiera drogado. Tenía sus zapatos converse rosas de cuando se vieron en su apartamento.

Entró e intentó buscar con la vista a Andrew. Cuando lo encontró, vio que estaba golpeteando la mesa con sus dedos. ¿Nervioso tú? ¡Imagínate yo! Fue hasta él y le tocó el hombro. Andrew parecía perdido en sus pensamientos. Él se levantó y sin saber qué hacer o cómo actuar... le dio la mano. ¿La mano? Pensó Claire mientras reía tímidamente por dentro.

-¿Cómo estás? -preguntó Andrew nervioso mientras se sentaba al mismo compás que ella.

-Bien, todo bien. ¿Tú?

-Sí, igual. Yo esperé a que llegaras, ¿quieres algo?

-Estoy bien con una botella de agua.

-Dale, ya vengo.

Andrew se paró y fue hasta la caja. Pidió el agua de Claire y regresó a sentarse.

-Aquí tienes.

-¿Tú no pediste nada? -preguntó Claire levemente sorprendida.

-No, gracias. Yo trabajo en un café y créeme que estoy harto de él.

-¿Trabajas aquí?

-No, en otro, queda un poco más lejos.

-Ah, por eso nada que ver con él café... entiendo.

-¿Y tú en qué trabajas? -preguntó Andrew.

-Eh...

-¡Mierda! Sí, lo siento... -balbuceó Andrew. Perfecto, haz más preguntas estúpidas, anda, sé que puedes Andrew pensó Andrew.

Claire rio un poco.

-Tranquilo, está bien. Es más, por eso he querido que nos reuniéramos.

El SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora