—¿Crees que debería arreglarme? —pregunto a mi madre.
—Así estás preciosa cariño, pero haz lo que quieras —me dice.
Esa respuesta no me soluciona nada, y por eso revuelvo toda la maleta —aún sin colocar— intentando buscar algo adecuado para esta noche.
Me pruebo mil cosas pero nunca me decido. "¿Vestido o pantalón?" me pregunto una y otra vez para mis adentros.
—Creo que ese te favorecerá mucho hoy. —dice mi madre asomándose a mi habitación y señalándome un vestido que había sacado anteriormente.
—¿Tu crees? —pregunto, insegura —quizá sea excesivo, creo que tiene mucho escote.
—¡Pues mejor, tonta! —sonríe y me guiña un ojo.
¿Era necesario que me tire esa indirecta? Sonrío al pensarlo y al final la hago caso. Me pongo ese vestido.
Después de pensarme mil veces que vestido ponerme, me pienso mil y una vez más que zapatos debo llevar, pero como siempre, acabo eligiendo mis zapatos de tacón favoritos.
Termino de vestirme y voy al baño para maquillar un poco mi cara y que no sea tan rancia como lo es ahora, pero aún así acabo maquillandome normal, como hago siempre.
—Menos mal que no querías arreglarte... ¡Vas preciosa! —exclama mi madre y yo la sonrío a cambio.
Salimos de casa y no tardamos ni dos minutos en llegar al bar de enfrente.
Las luces están encendidas y desde fuera se ve como Julia, la dueña, está preparando las cosas.
Tocamos a la puerta y ella, con una sonrisa en la cara nos abre.
—¡Bienvenidas! —murmura y nos hace el amago de "pasad" con la mano, a lo que accedemos mi madre y yo —la cena ya está lista, si queréis, podéis sentaros —dice extendiéndonos la silla.
—No, gracias. Mejor te ayudamos a poner la mesa —dice mi madre y ella lo agradece enormemente.
—Como queráis —contesta— Louis no tardará en bajar —me mira, aún sin saber el por qué de hacerlo.
Julia y mi madre van a la cocina y mientras tanto yo, cojo los vasos de detrás de la barra como me habían ordenado.
Los busco y cuando encuentro los adecuados, agarro tres porque no doy para más. En ese momento, me doy la vuelta bruscamente y ¡PUUUUUUM!, los tres vasos rotos, en el suelo, hechos añicos. He chocado con Louis.
—Eh, tranquila, que sé que soy demasiado para alguien como tú pero no te pongas nerviosa —me guiña un ojo y en ese momento mis ganas de arrancarle la piel a cuajo son demasiadas ante tal comentario.
—¿Perdona? Ya quisieras estar tú a la altura de mis tacones —respondo, cabreada.
Una sonrisa estúpida sale de tu boca acompañada de una leve carcajada.
Julia y mi madre salen para ver que ha pasado mientras que Louis va a sentarse en la silla.
—Lo siento mucho, de verdad —me disculpo ante Julia. Que su hijo sea un gilipollas no quiere decir que ella tenga la culpa de nada.
—No te preocupes, de verdad. Será por la de vasos que se me caen a mi al día —dice, intentando animarme pero ni aún así lo consigue del cabreo que mantengo.
Me da un cepillo y mientras que intento que no se quede ningún cristal en el suelo, Louis me mira desde su silla.
Omito su mirada y aunque me ponga nerviosa, vuelvo a coger tres vasos para ponerlos de una vez por todas en la mesa. Ésta vez, con más cuidado.
—Ten cuidado, a ver si van a volverse a caer —me recuerda mientras se parte de risa y me señala.
—¿Ese es tu único trabajo? ¿Estar sentado y que te lo hagan todo? —respondo con una mirada fulminante.
—¡Coooooorrecto! -contesta, alargando la O por si no lo había oído.
Le ignoro y a los dos segundos, mi madre y su madre salen de la cocina con los demás cubiertos que queden por poner y la comida.
—¡Mmmm, que bien huele! —la digo a Julia y ella, un poco tímida me responde con un suave "gracias".
Nos sentamos en la mesa y para mi mala suerte, me toca enfrente de Louis.
Mientras cenamos, noto como su mirada se posa fijamente en mi, hasta tal punto que muchas de las veces chocamos las miradas.
Sonrío para mis adentros y no se por qué exactamente.
—¿Y qué tal los estudios? —me pregunta Julia sacándome de mis pensamientos.
—Muy bien —respondo, sin saber que contestar.
—¿Este año que vas a hacer? —vuelve a preguntar y me doy cuenta de que esa pregunta no me la había planteado en las menos de 24 horas que llevamos aquí.
—No tengo pensado nada todavía, pero me encantaría seguir, aunque sea aquí —contesto de nuevo y ella asiente.
Nos pasamos la noche hablando de temas en general, de como le ha ido a mi madre la vida, de como ha sido la de Julia, de sus cosas en común, de todo un poco; hasta que terminamos de cenar y Julia y mi madre se van a la cocina, dejándonos solos.
—Deberías de recoger —afirma, como si fuera mi obligación.
—Lo mismo te digo —respondo, porfiándole.
—¿Yo? Que va, yo no hago ese tipo de cosas —dice, orgulloso
—¿Pero tú haces algo en tu vida? —respondo y noto como se tensa.
En ese momento mi madre grita mi nombre y me obliga a ir a la cocina. Él, acto reflejo, me llama con un simple "chs, chs", le miro, me lanza el pan, lo cojo al vuelo y me guiña el ojo.
—¿Te importaría enjuagar los platos? Julia va a enseñarme unas cosas de costura arriba —sonríe y yo me niego rotundamente.
—No te preocupes, de verdad. Luego lo hago yo —dice Julia con toda su bondad mientras que mi madre me asesina con la mirada.
Salimos de la cocina y ellas se suben al piso dejándonos a Louis y a mi solos una vez más. "¿En serio me merezco yo esto?" me pregunto una y otra vez para mis adentros.
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¡Hola! Hoy quiero dar créditos de mi nueva portada a judittendless, que es la que tiene todo el mérito de hacerla.
Espero que disfrutéis de los capítulos ya publicados y de los que estén por publicar.
¡Vota si te gusta! Gracias y mil besos.
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Little Lies
FanfictionUna discusión entre tus padres hace que te des cuenta como de un minuto a otro puede cambiarte tanto la vida. La mudanza con tu madre a un nuevo lugar, hace que pierdas muchas cosas pero que ganes aún algunas más importantes. Y quién sabe si esas...