Capítulo 8

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Salimos a la calle a tomar un poco el fresco que necesitaba. El brazo de Louis continúa en mis hombros mientras caminamos sin rumbo y yo, no me molesto en quitarle.

—¿Te acompaño a casa? —pregunta y yo sonrío.

—¿Desde cuando tú y yo nos llevamos bien? No, de verdad, no hace falta —su brazo se separa de mis hombros y nos ponemos uno enfrente del otro.

—¿Quién ha dicho que seamos amigos? Te ofrezco mi ayuda porque sé que si no hubiera sido por mi, ese hombre te hubiera... —se calla, cierra los ojos y suspira— ese hombre puede volver a repetir lo que ha pasado hoy y esta vez, no estaré yo para impedirselo.

Agacho la mirada con temor y él lo nota.

—Que haya dicho que pueda volver a hacerlo no significa que lo vaya a hacer ahora, ¿eh? —su mano toca mi barbilla y me levanta la cabeza levemente. Le miro y su sonrisa ilumina mi cara.

—Ya lo sé, imbécil —una falsa y leve carcajada sale de mi boca y le arreo un suave puñetazo en el hombro.

—Para más seguridad, esta es la mejor solución —no le da tiempo a acabar la frase bien cuando me tiene cogida como un saco de patatas sobre su hombro derecho.

—Louis, ¿que haces? ¡bájame, por favor! ¡Qué vergüenza! ¡Te odio, te odio, te odio! —la gente nos mira raro y yo paso de golpearle la espalda a taparme la cara con las manos por vergüenza.

Llegamos a su coche y cuando me baja, golpeo su pecho hasta que él me coge de las manos para que deje de hacerlo.

—¡Eres idiota! —grito en medio del aparcamiento.

—¿Puedes parar tú? No soy un saco de boxeo —sus manos sueltan las mías y él se acaricia el pecho simulando que le he hecho daño.

Me detengo y pulsa el botón de las llaves para abrir el coche.

—Sube —dice y yo obedezco.

Emprendemos la vuelta a casa y la radio es la única que interrumpe el silencio.

Despejo el pensamiento al ritmo de la música observando cada punto que veo en la carretera. De vez en cuando, Louis se queda fijo en mi y yo me pongo nerviosa. Él sonríe y yo, dejo escapar una leve carcajada intentado saber por qué lo hace.

—¿Qué pasa? —pregunto y le golpeo el brazo suavemente. Él hace el amago de salirse de la carretera y gira un poco el volante a la vez que se ríe.

—Nada —sonríe

—Ya, claro —asiento.

Volvemos a la actitud normal hasta que una sonrisa vuelve a salir de su cara. Le miro, me mira y chocamos miradas desviándolas al segundo.

Llegamos al destino sin hablar, solo sonriendo continuamente.

—¿Te tengo que acompañar también a la puerta? Por seguridad, digo —escupe.

—No hace falta, sé subir sola —respondo.

—¿Segura? También sabías venir y te has venido conmigo.

—¡Pero porque me has cogido desprevenida!

—¿Y si ahora también lo hago, me dejas?

—No te acostumbres —aviso, borde.

Pero eso, le da igual.

—¿Y? Eso no es problema, tu madre me quiere mucho —me vuelve a coger como un saco de patatas y me lleva hasta la puerta de mi piso.

Llego a casa gritando y con toda la cara roja de la sangre acumulada. Louis toca el timbre sin bajarme de su hombro y mi madre abre la puerta.

—Señora, ¿quiere un saco de patatas? —dice y yo le doy un codazo en la espalda que le hace retorcerse un poco de dolor, pero no me suelta.

—Anda, pasad —mi madre sonríe y le invita a pasar conmigo encima.

Louis empieza a caminar todo el pasillo hasta llegar a mi habitación. Abre la puerta, entramos, la cierra y me suelta por fin.

—¡Eres idiota! —repito una vez más —¡Qué dolor!— me toco la tripa de la molestia de su hombro.

—¡Eres una quejica! —dice y le propino un puñetazo en el hombro.

—¡Uuuuuuuuh! —sus manos cogen mis brazos y me bloquea. Su brazo derecho rodea mi cuello y su barba roza mi mejilla izquierda.

—¿Sabes que siempre acabas perdiendo verdad? —sonrío y yo me intento escapar pero no me sirve de nada.

De repente, noto los dientes de Louis abarcando toda mi mejilla.

—¡No me muerdas! —me encojo de hombros para respaldar mi cara y él me suelta la mejilla.

... ... ...

Pero me gira la cabeza hacia la izquierda y me agarra los labios con sus dientes.

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¡Hola!

Siento si este capítulo ha sido muy corto pero los exámenes no me dejan ni respirar. Os prometo que en cuanto acabe con ellos y pueda descansar en las vacaciones, hago capítulos como corresponde.

Espero que sigáis disfrutando de esto y no os olvidéis de votar y comentar si os gusta.

P.D.: Gracias por esas casi 500 visitas. ¡Es una pasada!

All the love. xx

Little LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora