Capítulo 9

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Sus dientes agarran mi labio inferior en un abrir y cerrar de ojos hasta que deja de morderme y empieza a besarme.

Me dejo llevar, sin saber por qué, pero me gusta. Suave, lento y con amor. Hasta que me doy cuenta de que me está gustando más de lo debido y que todo se debe a su experiencia, porque la mía; ninguna.

—¿Qué coño haces? —abre los ojos y sin ver por donde le viene, se lleva un bofetón por mi parte —fuera de aquí, ¡vamos! —insisto.

—¿A que se debe esto? Te estaba gustando, lo sé —se acaricia la mejilla del dolor mientras alza las cejas varias veces asintiendo.

—¡A ti te va a gustar que te saque a patadas de mi casa! —le empujo hasta que sale de mi habitación y termina yéndose a su casa.

—Está bien, está bien. Pero no olvides quién te ha salvado el culo esta mañana —me guiña un ojo y sale por la puerta.

Levanto el dedo corazón de la mano derecha con mucho gusto y le sonrío enseñando los dientes ante tal comentario.

Desaparece de mi vista y nada más sentarme en la cama, empiezo a recordar cada detalle de la mañana. Bueno, mejor dicho, de la intensa mañana.

Miro a la mesilla y recuerdo la nota que había guardado en el cajón. Me estiro, le abro y la cojo. Observo cada una de sus letras y palabras que hacen que ésta pueda leerse.

Repito una y otra vez aquellas palabras intentando interpretarlo con su voz e intentando averiguar con que intenciones iba, hasta que mi puerta de la habitación se abre y aparece mi madre de nuevo.

Escondo la nota rápidamente detrás de mi espalda pero es imposible que su vista de lince no haya visto que tenía algo en la mano.

—¿Qué tienes ahí? —pregunta curiosa.

—Mmm nada mamá —sonrío, dejo la nota debajo de mi culo y le muestro las manos libres.

—Bueno, entiendo que a tu edad no quieras contarme nada porque se qu... —agacha la cabeza intentando darme pena y yo la corto antes de terminar aquella frase.

—No mamá, no es eso. Estaba recordando cosas del año pasado y... —estiro la mano al cajón de nuevo y saco una agenda escrita por todos lados— ¡Ves! —la abro— Sabes lo que echo de menos todo aquello —sonrío esperanzada. La mentira ha colado.

—Está bien —su mano acaricia mi pelo. Se queda callada unos segundos mientras piensa —¿te parece que nos vayamos de compras y comemos por ahí? Tengo ganas de conocerme todo esto —dice.

—¡Claro, es un plan genial! —afirmo.

***

Buscar un sitio para comer después de la caminata recorrida —y de perdernos— no ha sido fácil, pero al final, acabamos decidiendonos por el McDonald's del centro.

La gente iba a su rollo. Unos pedían comida para llevar, otros iban en familia, otros con su pareja, otros solos...

Hacemos cola hasta que llega nuestro turno y mientras que esperamos por la cantidad de gente que había, voy al baño.

Nada más entrar, un chico sale rápidamente del baño y choca conmigo.

—Perdona —murmura. Levanto la mirada y es nada más y nada menos que la persona que no me esperaba encontrar; Louis.

—¿Por qué siempre estás en el medio? —pregunta y suelta una leve carcajada.

—¿Por qué vas tú sin mirar por donde pisas? —pregunto

—¡Eres tú la puta culpable! —exclama y me levanta la voz.

—¡Ni de coña! —contesto yo aún más alto.

—¿Qué está pasando aquí? ¿Crees que esas son maneras de tratar así a una señorita? —un señor no muy mayor sale del baño de los chicos y le habla a Louis con demasiada educación pero muy molesto.

—Ah, eh, nada. Es con cariño. Es mi novia —su brazo izquierdo pasa por mi cuello y me aprieta sobre su pecho. Me levanta la cabeza y me da un suave pico en los labios.

—Ah bueno, entonces no debo meterme donde no me llaman, pero nunca jamás hay que levantarlas la voz —sonríe y desaparece.

Me aparto rápidamente de Louis y le propino una vez más, un bofetón.

—¡Eres gilipollas! —afirmo y de una vez por todas, me meto en el baño.

Espero unos 10 minutos por la cantidad de chicas que había y cuando salgo, mi madre está a punto de pedir.

—¿Por qué has tardado tanto? —pregunta.

—Han pasado muchas cosas en un momento, mamá.

Llega nuestro turno y pedimos la comida. Nos la dan y busco la mesa que había encontrado antes pero ya está ocupada. Nick y sus amigos están en esa mesa sentados. Me llevo una decepción al ver que Louis está con ellos.

—Mamá, ¿podemos irnos? —pregunto

—Pero acabamos de pedir —dice—¿Qué pasa?

Nos sentamos en una mesa lo más lejos posible de la de Nick y Louis y la cuento todo detalladamente. Ella se asusta y decide que lo mejor es abandonar aquel lugar.

Pedimos envoltorios que puedan facilitar llevar la comida lo más rápido posible para que nadie nos reconozca pero es imposible.

Al salir por una puerta poco transitada, Nick y su pandilla —menos Louis y alguno más— están esperando en la puerta. Mis piernas empiezan a temblar una vez más y el miedo se apodera de nuestro cuerpo.

—Vaya, vaya, vaya. ¡Nos volvemos a encontrar! —su mirada sucia provoca ardor de estómago en mi cuerpo y me agarro al brazo de mi madre —¿Qué te trae por aquí? —se acerca a mi y me acaricia la mejilla. No me muevo ni un centímetro aunque me quede con muchísimas ganas de darle de hostias.

—¡No la toques! —salta mi madre y le aparta el brazo.

—¡Woooh! ¿Su madre verdad? Yo soy Nick, encantado —coge la mano de mi madre y se la estrecha. Ésta la aparta rápidamente.

—¿Sabes? Tienes una hija preciosa —su mirada recorre todo mi cuerpo mientras se acerca de nuevo a mi y me da asco no poder taparme con nada y que me siga mirando de esa forma.

—Por eso mismo nunca tendría nada con un personaje como tú —comenta mi madre.

Sus amigos comienzan a reírse por el fondo.

—No estaría yo tan segura, señora. —alza las cejas mientras habla —Chicos, ¿por que no me ayudáis a que esta dama vea como puedo llevarme a su hija? —pregunta con vacileo y ellos aceptan.

Entre 3, comienzan a hacer fuerza para separar a mi madre de mi y Nick me agarra de la cintura para que no me escape.

—¿Dónde te crees que vas? Tranquila nena, tu madre estará bien —sonríe falsamente.

—Como toques a su madre o a ella te corto los huevos —Louis levanta la voz mientras sale del McDonald's y siento un alivio en mi.

—¿Por qué coño no te extingues, Louis? —pregunta Nick.

Louis se acerca a nosotros y por fin Nick me suelta. Miro a mi madre y voy tras ella, pero dos chicos me detienen.

—¿Qué dices? ¿Me lo estás diciendo a mi? ¿En serio? ¿Quién te has creído que eres? —Louis se acerca demasiado a Nick y en menos de dos segundos, le arrea un puñetazo.

Mi madre y yo nos asustamos y los chicos que la agarran, la sueltan para ir a parar la pelea. Yo voy rápidamente a sus brazos. Está impactada, con miedo, temblando. Como yo.

Little LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora