A la salida de clase, mis nervios empiezan a aumentar un poco. Aunque no sé que me pasa si ya debería de estar acostumbrada a este tipo de "quedadas" con él.
Busco el laboratorio para dirigirme al callejón y le veo de lejos. Cuando llego, veo que es un callejón sin salida y que todavía no hay nadie.
Espero unos minutos, nerviosa, hasta que oigo unos pasos y me asusto pero me alegro de que por fin aparezca para quitarme este ansia que tengo. Pero para mi desgracia... no es él.
Nick aparece por la entrada del callejón y el miedo se apodera de mi.
"Jodido Louis, como me la ha liado", pienso mientras empiezo a temblar.
—¿Qué haces aquí, preciosa? ¿También te piensas unir a nuestro club? —dice mientras se acerca a mi. Yo doy un paso hacia atrás para alejarme.
—¿Qué club? —pregunto. No sé qué tipo de encerrona es esta pero no me gusta para nada. Estoy demasiado enfadada como para pensar con tranquilidad.
Él saca un papel de cigarrillo y algún que otro condimento y se sienta en un cubo de basura grande que hay pegado a la pared de un golpe.
Siento alivio durante unos segundos al verle sentarse ya que no puedo alejarme más de él porque estoy casi contra la pared. Sigo rezando para que el puto Louis, el capullo que me ha metido en esto, venga a rescatarme una vez más. Pero no lo hace. Y los minutos parecen horas con semejante persona.
Observo como expulsa el humo por la boca y el olor a maría llena mis pulmones.
—¿Quieres? —me ofrece desviando el tema y yo niego rotundamente. Él se ríe ante tal respuesta. —me lo imaginaba —dice, comentario el cual no me aporta nada como tantos otros que ha dicho desde que estamos aquí.
Baja de nuevo de un salto y se acerca a mi. Vuelvo a temblar como un maldito flan y siento que estoy a punto de caerme. Me apoyo a la sucia pared todo lo que puedo importándome un bledo si me mancho o no.
—¿Sabes? Esto —mira al porro que sujeta entre los dedos mientras da pasos hasta mi colocándose a tan solo unos centímetros de mis pies —me da mucho placer— pega una calada honda y suelta el humo por la boca a centímetros de mi cara— ¿pero sabes que me daría más placer? —sus sucias manos me agarran la cadera y descienden por mi glúteo. Aparto la mirada de su cara y en ese momento me da aún asco del normal.
Antes de que pueda seguir, yo le corto.
—¡NO ME TOQUES! —levanto la voz y le doy un manotazo en sus brazos para que los aparte de mi, cosa que consigo. Intento hacerme a un lado pero él me detiene antes de que pueda irme y me empotra contra la pared. Ahora sí tengo miedo.
—¡ESO ES JUSTO LO QUE ME DARÍA MÁS PLACER Y SÉ QUE SI NO ES AHORA, PRONTO LO SERÁ! —él levanta la voz aún más y al final suaviza la voz intentando sacarla una parte provocadora que no existe.
Al fondo, se oyen pasos de alguien corriendo a más no poder y me alivia al pensar que podré deshacerme de esta puta pesadilla. Se oyen cada vez más cerca y éste se queda unos segundos observando el percal. Como una bala, se abalanza de tal forma encima de Nick que le tira al suelo y comienza a pegarle. De nuevo, Louis.
—¡No la toques, hijo de puta! —grita Louis mientras se desahoga.
Nick intenta defenderse pero los puñetazos que Louis le propina no le dejan ni respirar.
—¡Déjale, Louis! ¡Por favor! —grito sin tener por qué, porque sé que se lo merece y ahí es cuando las lágrimas abarcan mis mejillas de una vez por todas como si fueran ríos. Le cojo del hombro para intentar separarle pero aún así, es inútil. Usa tanta fuerza y está tan concentrado en pegarle, que uno de sus golpes me lo he llevado yo.
Me muero de dolor por dentro y me suele toda la mandíbula, pero disimulo para que Louis no tenga que preocuparse por mi sabiendo que no se ha dado cuenta de que me ha dado.
Cuando suelta toda su rabia, Nick se queda petrificado en el suelo. Se levanta y veo que le brillan los ojos. Está a punto de soltar una lágrima pero sin saber cómo lo hace, la mantiene y no llega a derramarla.
—¿Estás bien? —pregunta. Se acerca a mi con demasiada sutileza. Hace que me muera de ternura en un momento, pero esto no influye en que a veces piense que él sea el culpable de toda ésta mierda con Nick.
Sus manos, agrietadas y con rostro sangriento, rozan mi mejilla apartándome las lágrimas.
Mis manos comienzan a temblar y sé que no pienso con claridad cuando choca mi mano contra su mejilla.
Giro rápidamente dejándole a mis espaldas. Salgo lo más rápido posible del callejón y él me persigue dos segundos más tarde.
—¡Por favor, espera! —exclama a mis espaldas y mi corazón dice que frene, pero mi cerebro piensa lo contrario y le hago caso por una vez.
Da pasos aún más grandes hasta ponerse en frente de mi.
—¿Por qué Louis? ¿Por qué coño siempre que quedo contigo o te encuentro por casualidad ese puto niñato? ¿Acaso lo tienes todo planeado? Quieres verme sufrir, ¿verdad? —mis pies se paran frente a un montón de chicos que nos miran de forma rara pero que ahora me importa una mierda.
Él niega con la cabeza rotundamente pero no le creo. Es tanto el odio que me ha tenido desde que nía conocimos que no se como ha podido llegar hasta tal punto.
—¿Tan mala persona me ves? ¡Te estás confundiendo! ¿Podemos hablar en otro sitio? Estamos dando el espectáculo y es lo que menos me apetece ahora —comenta.
—No Louis, no quiero ir a ninguna parte. No quiero ir si es contigo —inquiero y él actúa por las malas.
Me coge de la cadera en sus hombros y me lleva hasta su coche. Él y su puta manía de llevarme así cada vez que me niego a algo. Él y sus putas manías que hacen que cada día me guste un poquito más incluso con sus cagadas y sus besos. Él, y mi corazón partido entre amor y odio.
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Little Lies
FanfictionUna discusión entre tus padres hace que te des cuenta como de un minuto a otro puede cambiarte tanto la vida. La mudanza con tu madre a un nuevo lugar, hace que pierdas muchas cosas pero que ganes aún algunas más importantes. Y quién sabe si esas...