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Así pasaron mis dos primeras semanas.
En la reunión con los productores me la pase divagando por los pasillos que estaban como deciertos, me aburría ya que había un silencio inmenso, el equipo de seguridad se habían quedado a vigilar todo el edificio pero la mayoría estaba en el lobi, no entendía porque estaban ahí si yo los había mandado a vigilar, principiantes de cuarta.

Durante estas dos semanas, me dispuse a buscar un departamento en el centro de la ciudad, no quería quedarme en una casa que no era mía, me sentía desubicada. Jackson lo entenderá y se sentirá más cómodo, últimamente lo siento algo incómodo con mi presencia y lo entiendo perfectamente a nadie le gusta que un desconocido viva en su casa y usurpe su poca privacidad. En cambio a Frank no le gusto nada la idea de que no esté las veinticuatro horas del día cuidando de su representado, discutimos pero al final término aceptando.

En Neverland cámaras de seguridad se instalaron en sectores poco transitadas y posibles entradas a desconocidos, ya habían cámaras pero eran supervisadas por el mismo dueño del rancho y su manager, las he descubierto a casi todas y una había llamado mi atención, estaba en una esquina y daba al lugar dónde había visto a esa niña de blanco aquella ves que llovía con furia...Tal ves no estaba loca y podría comprobar que no era mi imaginación, lo hablaré luego con Frank.

Mi nuevo equipo de seguridad ya habían sido enviado para ayudarme, uno de ellos era entrenador así que me ayudaria a entrenar a esos imbéciles que no prestan atención. Solo contaba con ellos cuando Jackson salía del rancho ya que no quería joder su maldita privacidad, necesitaba mucha protección aunque últimamente las amenazas se calmaron.

En la casa me había echo Buenos amigos, Bobby era uno de ellos, era el chófer, un hombre negro de unos treinta y picos de años aunque parecía más joven, era muy bueno divertido y siempre conversábamos cada ves que nos cruzábamos, se preocupaba mucho por las personas del rancho y era muy buen aconsejador. Tony era otro, el jardinero, un hombre de aproximadamente unos sesenta y cinco años, siempre me regala una flor para comenzar el día con alegría, otro buen aconsejador. Con Frank habíamos tomado mucha confianza, hablábamos y bromeabamos cómo si nos conociéramos de toda la vida. Y después estaban Ester y Jose que eran como mis segundos padres, les había tomado cariño desde el primer día.

Ahora me encontraba saliendo de la habitación para comenzar el día, era viernes último día de la semana eso me gusta, ultimo día agitado, al parecer el día deslumbraba, lose porque los fuertes rayos de sol fue lo que me despertó.
Baje las escaleras y camine a la cocina, ahí ya me esperaba Ester con una taza de café y unas galletas recién horneadas. Le di un beso en la mejilla y me dispuse a desayunar.

-mm... esto-masticando- esaldjek dejasyrkfb-
-Qué? Oh por dios niña, traga primero, vas ahogarte- sonrió divertida mientras seguía en lo suyo-
-mm-trague- lo siento, decía que esto está delicioso-
-Jaja gracias, son los favoritos de Michael-
-oh... no sabia que tenia comida favorita - eso último lo dije sólo para mí pero Ester lo escucho-
-Si, de echo se alegrará cuando despierte y pruebe - dijo contenta de espalda-
-si lo creo jaja- levantandome- am ya termine, dejas que lo lave? -me puse a su lado para que me deje paso a la canilla-
-claro que no! Ya lo habíamos hablado, yo lo lavo- me saco la taza de la mano y me empujó cariñosa mente hacia la puerta- que tengas un hermoso día cariño-
-Oye!! Que mala eres, yo iba a lavar mi taza - dije desde afuera-
-ya vete jajaja-

me dirigí a la puerta al jardín mientras a lo lejos escuchaba la risa de Ester, esa mujer era amor de persona y me hacía acordar a mi madre.
Tengo que llamarla, me hace tanta falta, desde la ultima ves que termine con Tom, mi ex - novio, era modelo, si, aunque no lo crean fue mi primer amor en secreto, solo mi madre sabía de el ya que no quería perjudicar mi trabajo
Era el típico chico popular en la pasarela pero debajo de ella era un chico normal al cual le gustaba ir a fiestas y tomar mucho alcohol.
Una noche en una fiesta de uno de los amigos de Tom, después muchas copas de más, quería volver a casa...

La GuardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora