La Guardaespaldas

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"Señores pasajeros con destino a Los Angeles, California, por favor de abordar por la puerta numero cinco. Gracias"

-Genial! -sarcastica. Me levante y me diriji lentamente hacia la puerta numero cinco.

El vuelo fue tranquilo, algo aburrido pero no me quejo 'obvio, estuviste con los auriculares y con los libros todo el viaje' mi conciencia aparecia cuando no se lo pedia, pero era verdad, me gustaba leer cuando tenia tiempo, lo mio era literatura inglesa, accion y ciencia fiscion de ves en cuando un poco de aventura.
Las horas se pasaron rapido y en menos de los esperado estaba bajando del avión, al bajar pude sentir la brisa de Los Angeles, estabamos a principio de Julio, pero estaba algo fresco y parecia que un poco nublado, fui por mis maletas y me encamine hacia la salida en busca de ese tal Fran Dileo, a los lejos vi a un hombre con un cartelito con mi nombre '________Swan' me acerque.

-hola... usted es Frank Dileo? -le pregunte al hombre-
-Hola, si soy yo, tu eres ______ swan? -me pregunto sorprendido-
-si, la misma -le sonrei amable-
-pues un gusto ______ - estrechando su mano-
-igualmente frank -le estreche tambien la mano-
-que le parece si partimos, ya es de madrugada y tenemos un largo camino-
-claro, usted es el jefe- Dije haciendo una seña con mi mano para que prosiga-
-bien, dejame ayudarte con eso-agarro mis dos maletas mas grandes y caminamos hasta una camioneta negra, al guardar las maletas en la cajuela emprendimos camino.

-y bien, naciste en Washinton ? -pregunto.curioso frank para cortar el silencio-
-pues no, soy de Canadá, pero vivo en washinton-respondi mientras jugaba con mis dedos-
-oh Canadiense, dejame decirte que no pareces, tienes un ascento algo distinto, nose si me explico -dijo algo divertido mirando al frente-
-jaja si lose, mi padre es de Texas y mi abuelo de Nuevo Mexico, sera por eso, tengo un ascento medio raro jaja -rei divertida-
-jajaja, me agradas-
-puedo preguntar a donde vamos? -miraba por la ventana, estabamos en la carretera lejos de la cuidad-
-no temas jaja-se dio cuenta de mi preocupacio- estamos llendo a Neverland
-neverland? - 'Es una broma' pensé-
-jajaja Si, neverland asi se llama la casa de Michael-
-oh- 'si, ricachon extravagante' pensé -

45 minutos habian pasado y nosotros seguiamos en la carretera en medio de la nada, ya me estaba preocupando.

-ya llegamos- dijo frank doblando a la izquierda, deteniendose en la hermosa entrada, arriba decia Neverland con las letras bañado en oro, un hombre de traje se acerco al auto y saludo a Frank, luego se fue a una pequeña cabina y el gran porton se abrio, frank encendio el auto y entro, todo estaba obscuro solo se alumbraba el caminito por el cual ibamos y a lo lejos una gran casa, donde detuvo el auto.

-bien llegamos señorita ______ -dijo frank bajando del auto seguido por mi. Al bajar un escalosfrio recorrio todo mi cuerpo y un olor a rosas entro en mis fosas nazales, frank me entrego una maleta y agarro el resto, entro a la casa y yo lo segui. Adentro era todo tan hermoso, lleno de lujos y cosas antiguas, pinturas y estatuas 'el engreido tiene buen gusto' pensé, subimos una gran escalera y caminamos por un largo pasillo, frank se detuvo en una puerta para abrirla y dejar ver una hermosa habitación, entro seguido por mi y dejo las maletas a un costado.

-Esta sera tu habitación, espero que te guste... la eligio Michael -dijo amable-
-oh no se hubiesen molestado, no soy la reina de inglaterra, vengo solo a cumplir una orden -dije observando la gran habitación. -esto es mucho para mi -no lo miraba-
-no dramatices por favor, ponte cómoda y descanza, nos vemos en unas horas.-dijo caminando hacia la puerta-
-claro, así será - dije sentandome en la cama-
-bien - a punto de salir-
-Frank!-
-si? -volteo a verme-
-Gracias por todo - dije firme-
-de nada, descanza -se fue-

"Ya no eres tan fuerte, no? -encima de mi- te voy a enseñar a respetar-ahorcandome-
-basta! -con vos entrecortada-
-oh que débil eres jajaja que no eres experta en artes marciales? Te voy a matar zorra -me apretó más el cuello-"

Me levante sobresaltada tosiendo, me frote el cuello, había tenido una pesadilla pero parecía que me ahorcaban de enserio, me senté en la cama y mire el hermoso reloj que estaba en la mesita 9:10 am Diablos! Pensé, salí de la cama, agarre mi ropa y corrí al baño, al salir ya arreglada me dirigí a la puerta y salí, camine por el largo pasillo, trataba de acordarme por donde habia venido, bajé las escaleras y me encontre con un living grande decorado, me quede contemplando lo que ayer no vi, estaba todo obscuro y ahora estaba todo iluminado por los rayos de sol que entraban por el gran ventanal.

-Disculpe? -reaccione, volteé y me encontré con una mujer de pelo castaño ondulado, muy linda.
-am perdón..- Dije apenada-
-Usted es _____? -dijo la chica cambiando de cara matadora a una amable-
-oh si, perdón, soy ________Swan -le estreche mi mano-
-un gusto señorita swan, soy celeste la mucama-
-igualmente celeste- le regale una sonrisa

-Hey ahí estas _______- acercándose
-Perdón me dormí - dije apenada-
-No te preocupes, como dormiste?
-muy bien, gracias -dije sonriendole-
-me alegro por ti, que hacías?-pregunto curioso-
-pues baje a buscarlo a usted, y me encontré a una de las chicas -volteé pero celeste ya no estaba- wow desapareció -dije volviendo la vista a Frank-
-jajaja, desayunaste? Ven, te invito un café en lo que te explico tu trabajo-
-ok-
Entramos en lo que es una hermosa cocina, frank me presento a los encargados de esa gran cocina una mujer de unos 45 años y un hombre de unos 60 años, fueron muy amables. Nos sirvieron café en los que frank me explicaba lo que haríamos esta semana y lo que tenia que hacer, me sentía a gusto con toda esta gente, todos ellos me habían tratado muy bien mas la mujer encargada de la cocina Ester ella me había tratado con tanto cariño como si fuera mi madre, me hizo acordar a ella, hace mucho no veía a mi madre y me hacía sentir un poco culpable saber que había dejado de verla y hablarle por el servicio secreto, tal ves está era una gran oportunidad para hacerle una visita ya que ella vivía aquí mismo en los ángeles.