No es capitulo :\

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Bueno, lamento decepcionarlos pero no es un capítulo :/
Estaba revisando mi viejo blog de hace unos pocos años(mismo tiempo en el cual no actualizaba ahí y ya no lo haré :p) y me encontré EL PRIMER BORRADOR que me dio la idea de esta historia el cual no tiene nada que ver pero mi mente divaga mucho hasta llegar a esta historia que estoy publicando.

Por si lo quieren leer aquí se los dejo:

Estaba una vez, uno de los tantos dioses de la muerte. En este momento nos centraremos en uno solo.

Este dios de la muerte con apariencia de un chico joven y atractivo, cada vez que se llevaba un alma, salían lagrimas de sus ojos y al mismo tiempo su cara era inexpresiva. El no, lloraba por compasión o tristeza, de hecho no le podían importar menos las vidas humanas. Fue por el designio de un ángel que cada vez que se llevaba el alma de las personas las lagrimas fluían cual gotera de grifo, lenta y continuamente. De alguna forma, la imagen de él con una expresión fría e indiferente pero a la vez con llanto en su mirar formaba una imagen bella y hasta hermosa.

Ese oscuro dios era arrogante e indiferente con las almas. No importaba cuan horrible haya sido la muerte de alguien, o cuan pequeño hay sido el niño muerto, él se llevaba las almas como si fueran trapos viejos que deben llevarse a la basura. El joven de vez en cuando se percataba de que tenia sentimientos ademas de su arrogante superioridad y este era el enojo. El oscuro dios se frustraba cuando las gotas salían de sus ojos, odiaba la sensación y también aquella bella ángel que lo condeno a esa maldición.Y a pesar de todo eso, la expresión de su rostro se mantenía ajena a las emociones.

Un día ese dios de la muerte observo la mortecina alma que pronto se llevaría. El no tenia mucha paciencia y no veía el momento de llevarse de una vez esa alma para poder continuar con su rutinario día, solo miraba a los humanos como miseras formas de vida.

No todos los dioses de la muerte eran como nuestro protagonista y debido a eso, fue castigado con lagrimas de dolor aunque dicho dolor parecía no sentirlo, lo único que le molestaba eran esas lentas y continuas gotas saladas que salían a ver el alma que se llevaba cada vez.

Harto, decidió ir por el ángel que lo condeno para que le quitara dicho castigo, por las buenas o por las malas...

El dios del final  - Suplicio -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora