Capitulo 19

34 1 3
                                    


Una batalla interna a sangre fría se anidaba en el pecho de Ciriaco. Sin ganador o perdedor la batalla era interminable y solo provocaba dolor y tristeza. Las palabras de Melitón conmocionaron su creer y su pensar descolocandolo de su cordura hasta que atento miro la expresión que se posaba en el rostro de Melitón: una sonrisa de satisfacción.

Sin embargo, el conocimiento de Ciriaco seguía peleando con su corazón. Esa era la peor lucha interna que puede haber en un ser.

Su creer le decía que no cayera en la trampa, que todo hecho y lógica apuntaban que cada palabra ponsoñoza que salia de Melitón, destilaba traición y veneno puro.

Por otra oarte, su corazón le susurraba tentador a su oido que lo hiciera, que aceptara ya la propuesta secreta que Melitón le arrojaba.

En palabras suaves le decía su corazón "Acepta. Vengate. ¿Quién si no el destino nos hizo sentir de esta manera hacía él? Cada acción tiene consecuencia. El destino hará que nos ame cual flor ama la primavera. Encargate de los terceros que amenazan a punta de daga lo que nos mantendra unidos. Sabes que no podemos vivir sin él. Jamás podremos afrontar la agonía que representa su ausencia. tantos años vacios, solo llenos de conocimiento y poder... de soledad... ¿Quieres repetirlos? Yo creo que no."

Era imposible que el dios de la sabiduría tuviese una venda en los ojos. Un hecho que no calificaba como veracidad. La impotencia dominante clavaba con piedad la peligrosa duda en sus conocimientos con las dos palabras más temibles: ¿Y sí...?

Envuelto en una toga discreta, se aproxima cruzando el bosque con desespero. Cada paso que reducía su distancia hasta los aposentos del temible dios del final. El calor invadia su cuerpo y su respiración se tornaba entrecortada con cada paso.

No era posible tal espina de traición fuese clavada en la lealtad.

Cruzó el limite del terreno que dormaba parte de los aposentos de Suplicio. Podía divisar unos elfos a lo lejos cumpliendo los deberes que eran parte de su jornada. Algilmente se confundio entre las sombras de los arboles pasando desapercibido. Gotas de sudor rodaban por su frente y la ansiedad crecía en su corazón apretandolo con fuerza. Nuevamente avanzo con paso rápido hacía su objetivo. Por unos momentos creyo estar dando cueltas en circulos entre los arboles hasta que llego a un claro. En el centro de este se encontraba un enorme roble de plata (nombrado así por su color) que casi parecía que tuviese luz propia. La respuesta estaba ahí, escondida a la sombra de ese roble.

Parecía que nunca llegaría al ritmo de sus pies pero se encontraba tan ensimismado que no se dio cuenta de nada hasta que sus manos tocaron el frondoso tronco. A pesar del soleado día, ese árbol se encontraba congelado. Se podía saber al tacto. Un recuerdo tomo los pensamientos de Ciriaco: Las manos de Suplicio eran igual de gelidas.

La mirada de Ciricaco bajo hacía la tierra pero no había señales de que removieran la tierra, por unos momentos su corazón se libro de algo de presión pero se trataba del dios de la Sabiduría. Camino alrededor del enorme roble hasta que vio con sus propios ojos lo que parecía ser la tumba de un elfo. Era la sepultura tradicional que algunos elfos le hacían a sus compañeros: Una rama del roble enterrada verticalmente, tiras de seda blanca amarradas de un extremo arriba de la rama, ondeando. En ese momento no había ni razón, lógica o sentimientos en el dios de la Sabiduría.

Su cuerpo comenzó  moverse casi con voluntad propia. Caminó hacía la entrada principal. No había palabras o pensamiento alguno en su saber. No tenía un concepto ni una idea precia de lo que diría su boca cuando estuviera frente a frente con el dios del final. Solo dejo que su cuerpo lo llevara.

Ni siquiera estaba en su saber por que caminaba a la entrada principal del lugar.

Justo antes de que llegara, una pregunta se arrojo en su saber:

¿El saber de Melitón era correcto?

De pronto y al mismo tiempo el saber de Ciriaco se lleno de dudas e interrogantes y un elfo se dio cuenta de su presencia. El elfo acudio a su amo para avisar de la imprevista visita del dios.

Otro sirviente le llevo a una habitación donde recibirian a sus invitados. El mismo elfo le hacía compañía al menos hasta que el amo llegara.

-Tú- Habló Ciriaco. -¿Cuál es tu nombre?

El elfo dudoso le contesto con la mirada sumergida en el suelo de piedra pulida.

-Jaha, hijo de Lufba... Señor.

-Dime Jaha, hijo de Lufba...¿Como es el dios del final con ustedes? ¿Qué tipo de estima les tiene?

-...

--------------------------

OMG! ¿Ciriaco dejará de confiar en Suplicio???!!!

Estoy emocionada por que hace unos momentos acaba de salir el nuevo capitulo de la serie The Flash!! OwO así que quice compartir mi emoción con ustedes subiendo otro capitulo.!! aprovechando que mañana nada más trabajare 8 horas TTwTT

El hombre de la limpieza decidio participar en un concurso en el extrangero.

Te extrañaremos en tu ausencia Hombre de la Limpieza!!!! TTwTT

3 votos y les dire el verdadero nombre del Hombre de la limpieza ;)

Gracias por leer.


El dios del final  - Suplicio -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora