Capítulo 6.

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Salí de la ducha y tiré de mis cabellos. Estaba frustrada y lo peor es que era por culpa de Dylan.

Sí, de Dylan. Y todo porque en cierto modo me enojaba que no me conteste. ¿Tan difícil era responder esa simple pregunta? Porque si nos ponemos a analizar, él no tendría que haber actuado de esa forma tan amorosa, tierna y dulce con una fan, pero tampoco es ilegal... o sea, tengo 18 años por Dios ni que fuese un crimen.

—¿Esa cara de nada se debe a que no sabes cuál de tus dos pijamas ridículos ponerte o porque no dejas de pensar en Dyl? —me quedé estática al escuchar a Regi.

—¿Cómo que pijamas ridículos? —contesté mientras sacaba los dos conjuntos.

Uno era de color rosa con helados, donas y dulces, a diferencia del otro que era azul con un duende vomitando arco iris. Sí, tengo casi decinueve años y sigo teniendo la mentalidad de una niña de diez.

—Debes admitir que son ridículos —volvió a decirme—. ¿Por qué no usas pijamas normales?

La miré arqueando una ceja.

—Si por "pijamas normales" te refieres a unos microshorts con una remera de tirantes que deja demasiado a la imaginación... Entonces no, nunca los usaré —respondí a la vez que me secaba el cuerpo y me ponía el conjunto azul. Yo era feliz con esos pijamas.

—No vine a hablarte sobre tus estúpidos pijamas —la miré seria y levantó sus manos—. Okey, ya no diré nada de tus pijamas.

Rodé los ojos y comencé a cepillarme el cabello.

—Si has venido a hablar de Dylan... No quiero hacerlo —dejé el cepillo y con un algodón y crema, comencé a sacarme el maquillaje.

—Ay por favor, no puedes negarme que es súper ardiente —se mordió los labios sensualmente y yo puse cara de asco—. ¡Pero es que no puedo creer que seas tan imbécil!

—¡¿Por qué me insultas?!

—¡Porque tienes al mismísimo Dylan O'Brien detrás de ti! —estallé en carcajadas y ella frunció el ceño— ¿Acaso conté un chiste y no me di cuenta?

—Regi estas exagerando —tiré la pequeña bola negra de algodón en el tacho y me senté en mi cama, abrazando mi almohadón de unicornios— Sólo "hablamos" una sola vez y tenemos sólo una foto. No por eso signifique que está "detrás de mí".

Mi amiga se cruzó de brazos.

—¿Eres ciega?

—¿Ah?

—¿Revisaste Twitter?

¿Para qué quieres que revise Twitter? volví a preguntar confundida.

Regina suspiró y sacó su teléfono. La vi teclear la pantalla y luego me mostró algo. Creo que en ese momento había quedado como las caricaturas cuando se sorprenden y la boca les llega al piso.

Así estaba.

—No puede ser...

Le arrebate el celular y lo acerqué a mí para observar mejor. En su cuenta, Dylan había publicado una foto.

Nuestra foto.

—¿Leíste lo que la dedicatoria que te puso? —me preguntó Regi.

Volví a mirar la foto y esta vez, mi corazón se aceleró a mil por hora.

«Niña especial»

—No lo puedo creer.... —volví a decir como idiota, mientras le devolvía el aparato a mi amiga.

—¿Ves? —la mire y ella sonreía—. Te lo dije...

—Pues, él cree que soy una niña...

—¡UNA NIÑA ESPECIAL! —gritó de pronto Regi, logrando que saltara en mi lugar.

—¡NO SIGNIFICA NADA! ¡ADEMÁS ME HACE SENTIR COMO RETRASADA!

—¡¿CÓMO QUE NO SIGNIFICA NADA?! —chilló ella evitando lo segundo que le había dicho.

—¡NADA! ¡SÓLO ES UNA MALDITA FOTO, CON UNA MALDITA DEDICATORIA Y ÉL ES UN MALDITO IGNORANTE!

—¡¿POR QUÉ ERES TAN MALDITAMENTE TERCA _________?!

—¡PORQUE VEO LA REALIDAD Y LA REALIDAD ES...!

—¡¿CUÁL?! ¡¿CUÁL ES?! —interrumpió y me tomó por los hombros.

Mirándola, me acurruqué en mi cama colocando la cara entre mis rodillas.

—Somos distintos. Yo... No podría estar con alguien famoso...

—Yo no veo que eso sea un problema —contestó ella, ahora calmada y sentada en modo indio en el piso—. Y además... Dylan no es como piensas...

—Regina por el amor de Dios —murmuré y antes de que se diera cuenta, limpie una lágrima que había logrado escaparse—, Dylan es tremendamente famoso y estoy segura de que vaya a donde vaya, no vamos a tener privacidad. Nunca sucederá nada. Y además...

—¿Además qué? —insitió.

—Temo que suceda lo mismo otra vez y no lo podría tolerar... No de nuevo...

—Pero ________....

—Por favor... No... —la interrumpí tratando de que no escuchara mi voz a punto de quebrarse—. Sólo no me hables de él...

Ella me miró con ojos tristes y asintió. Fue a buscar su bolso y se encerró el baño, seguramente iba a cambiarse. Suspiré y me tiré de espaldas dejando que las lágrimas, de tristeza o de angustia, salieran.

¿Qué te está pasando _______?, no llevas ni siquiera un año y ya estas llorando por ése imbécil》.

Un sonido vibrante comenzó a sonar, levanté la vista y vi que mi teléfono tenía la luz azul, indicando que había un mensaje. Rodé en mi cama y agarré el aparato. Lo desbloqueé y casi me caigo de la cama debido al salto que pegué.

Dylan O'Brien.
Hola niña especial♡.

Levanté una ceja y rodé los ojos. ¿Se pensaba que era tonta? ¿Que podría aparecer una semana después y hablarme como si nos conociéramos de toda la vida? Pues lo había hecho y no me agradaba, porque sabía que no podía involucrarme con gente como él. No iba a permitirlo de nuevo.

Así que le hice caso a mi conciencia y le clavé el visto.

•●◇ Del otro lado ◇●• | Dylan O'Brien & Tú | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora