S. Temporada♡ Capítulo 5.

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Sentía una respiración constante en mi oído provocándome molestia. Abrí los ojos y me encontré con el rostro de Dylan pegado al mío. Fruncí el ceño y me alejé, limpiando la baba que tenía en el mentón. Miré alrededor y encontré a Holly y Crys durmiendo en el sillón y a Regi y Tyler en un colchón inflable. Bostecé y fui al baño. Me lavé la cara, los dientes e hice pis. Salí y fui a los cajones a buscar ropa. Me cambié el pijama por un jean negro, una remera manga larga con la estampa del FUCK YOU y mis botas bajas. Agarré el gorrito negro y bajé a la cocina para preparar el desayuno.

Cuando llegué al paraíso, es decir, la cocina, encontré una de las famosas notas de mamá.

«Salí a correr con una amiga y su hijo. Volveremos para las once. Prepara el desayuno para tus amigos y para mi futuro yerno. Te amo bebé.
Mamá».

Reí al terminar de leer. Tiré la notita al tacho y conecté la cafetera. Saqué el pan lactal y lo puse en la tostadora, luego en una taza puse leche y chocolate, y una vez preparada la chocolatada la puse en el microondas. Sentí el ruido de las sillas y volteé para encontrar a los chicos medios dormidos.

—Buenos días —saludé dulce.

—Buen día, amiga —dijeron las chicas.

—Hola —susurró Tyler, mientras se recostaba contra el hombro de Regi.

—Buen día, amor —me saludó Dylan.

Sonreí y me acerqué para darle un pico. El microondas sonó, la cafetera se apagó y las tostadas saltaron.

Agarré tres tazas y puse el café en la mesa. Luego agarré la chocolatada caliente y la puse frente a Tyler, quien sonrió como bebé y puse las tostadas en un plato. Abrí el refrigerador y saqué la mermelada de fresa. Y así fue como el hambre le ganó al sueño.

—¿Y bien? —dijo Holly, mirándonos a Dylan y a mí.

Bajé la taza.

—¿Y bien, qué?

—¿Son novios? —preguntó Regi, mordiendo la tostada.

Miré a Dylan y él sonreía feliz. Supongo que lo que pasó ayer, aclaró todo.

—Sí.

Tyler abrió los ojos y empezó a toser.

—¿Le dijiste? ¡¿Y AÚN ASÍ ESTÁ TAN TRANQUILA?!

La cara de Dylan se deformó y las chicas miraron a Tyler mal... Muy mal.

—¿Decirme qué? —quise saber mirando a Dyl.

Él me miró con expresión culpable.

— _______... Yo... Esto es muy difícil... —susurró. Todos estaban cabizbajos.

—Ay Dylan, dime. ¿Qué puede ser tan grave? —pregunté mientras levantaba las tazas para lavarlas.

—Necesito que me escuches con atención —dijo, y yo asentí mientras pasaba detergente por las tazas—. ______... Britt está embarazada.

La taza se me resbaló de las manos haciéndose añicos contra el piso. Me quedé mirando a Dylan en shock, procesando las palabras.

—¿Qué? —murmuré inaudible. Mi cuerpo empezó a temblar.

—________, cálmate —dijo Regi, acercándose a mí. La miré mal y ella volvió a sentarse.

—Dylan... ¿Es verdad? —pregunté buscando su mirada. Él estaba con los ojos cristalizados mientras yo no dejaba de derramar lágrimas—. ¡DYLAN CONTESTAME! ¡¿ES VERDAD?!

—Sí....

Retrocedí chocando contra la mesada. Me sentía enferma, abrumada, enojada.

—¡¿CÓMO FUISTE CAPAZ?! ¡DYLAN, OTRA VEZ ¡¿CÓMO PASÓ?! —empecé a gritar histérica.

—Estaba borracho y c-cuando desperté estaba a su lado. Al mes de ese encuentro ella me llamó y me dijo que estaba embarazada, pero que no quería intervenir entre nosotros...

—¡¿CÓMO NO VA A INTERVENIR ENTRE NOSOTROS?! ¡ES UN BEBÉ DYLAN! ¡ES TU HIJO! ¡Y PRODUCTO DE TU BORRACHERA!

—Perdón... —él no dejaba de llorar y yo no podía calmarme. Las chicas me miraban preocupadas y Tyler parecía que quería pegarse un tiro.

—Dylan e-esto está mal. ¡PARECE QUE NO MADURASTE NADA! ¡MALDICIÓN DYLAN, TIENES VEINTISÉIS AÑOS! —tiraba de mis cabellos mientras caminaba nerviosa por la cocina. Esto estaba mal, no podía ser así. Me limpié la cara y encaré a la máquina de hacer bebés—. Dylan, yo te amo... p-pero esto no puede ser...

—¡¿QUÉ?! —gritó mientras se acercaba a mí. Los chicos se fueron de la cocina, dejándonos espacio.

—Dylan esto no va a poder ser. Britt necesita tu atención, ella y tu bebé y no quiero que pase por lo mismo que yo con mi padre —susurré llorando.

—No, no, no. Puedo solucionarlo, podremos estar juntos y ella va a estar bien —tomó mi cara entre sus manos y rozó nuestras narices. Negué con la cabeza y me alejé.

—No Dylan. No puedo vivir sabiendo que ella no comparte tu embarazo contigo. No, no podemos estar juntos. Vete de aquí, por favor...

—No...

—Por favor, te lo pido...

—______, no me hagas esto...

—¡DYLAN, POR FAVOR! —grité mientras lloraba con más fuerza.

Él me miró culpable y con las lágrimas cayendo hasta el piso. Me dio una última mirada y salió de la cocina. Tapé mi rostro y lloré aún más, sabiendo que con esto nunca podría estar con Dylan sin sentirme culpable. Nuestra relación estaba destinada a no ser, y tendría que aceptarlo tarde o temprano.

•●◇ Del otro lado ◇●• | Dylan O'Brien & Tú | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora