•●◇ Del otro lado ◇●• | Dylan O'Brien & Tú |

S. Temporada♡ Capítulo 19.

Me acomodé en el asiento que daba junto a la ventana y suspiré nerviosa. El estómago se me revolvió y respiré hondo, apretando mis manos. No sé cuántas horas me faltaban para llegar, pero deseaba que no sea eterno. El avión despegó y apreté los ojos. Estaba viajando sola hasta Atlanta, las chicas y mi madre decidieron quedarse para poder comunicarme todo lo que sucediera en California y yo llamaría para avisar que había llegado bien.

Una vez en lo alto, miré hacia abajo y las luces de la ciudad me tenían hipnotizada, logrando que me perdiera por un segundo de mi cruel realidad. Pero no podía dejar de hacerme la cabeza, de pensar en Dylan, de pensar en Britt y por sobre todo, en Tyler. Tyler, quien desde un principio se mostró sincero, amable y tierno, resultó ser un envidioso, falso y traicionero. De lo que menos me esperaba de él era que haya maldad en su interior, hasta el grado de querer asesinar al que alguna vez fue su mejor amigo, tanto en la televisión como en la vida real... O tal vez... Él nunca quiso a Dylan de la manera en que Dylan le amaba, sólo se sentía como una sombra de Dylan O'Brien y no era así. De Britt, me esperaba cualquier cosa, menos de que fuera capaz de querer verlo muerto antes de que esté con alguien que no fuera ella. Necesitaba internarse, y debía ser pronto.

Con la mirada perdida, me toqué el estómago, sabiendo que ahí dentro crecía un hijo del hombre de mi vida y que era posible que no llegara a conocerlo. Pero eso no iba a pasar, mi hijo iba a conocer a su padre e iba a crecer con él, de eso estaba segura. Busqué mis auriculares, los conecté a mi celular y me quedé dormida escuchando música.

♡

-¿Señorita? -abrí los ojos asustada. Desorientada, miré a la azafata que me observaba preocupada-. ¿Está usted bien?

-Sí, sí... estoy... estoy bien -respondí apenas sonriendo. Ella me miró como si no me creyera.

-Hmm, bueno... He venido a decirle que ya hemos aterrizado, usted es la única pasajera que queda.

-Oh... Muchas gracias por avisarme -me levanté, agarré mi mochila de mano y bajé del avión.

Luego de hablar con mamá y las chicas, caminé por el aeropuerto con el celular en la mano y encontré a un policía que sostenía un cartel con mi nombre. Me acerqué a él a paso rápido.

-Buenos días, oficial. Soy ______ Mitchell -estiré la mano y la estreché con la suya.

-Buenos días, jovencita. Soy el oficial Adam Clint y la llevaré a la comisaría central de Atlanta -dijo y yo asentí. Salimos del aeropuerto, subí a la patrulla y fuimos hacia la central.

Media hora después, abrí la puerta y bajé del coche. El oficial me condujo hacia el edificio y abrí los ojos sorprendida. El lugar era enorme, personas caminando de acá para allá, impresoras, oficinas con paredes de vidrio y todo estaba inmaculadamente limpio.

-Por aquí -me indicó Clint y subí las escaleras tras él. Llegamos al segundo piso y me indicó la puerta al final del pasillo-. Allí la estará esperando el Coronel, señorita. Cualquier cosa que necesite, me busca, ¿de acuerdo?.

Asentí en respuesta y fui hacia el despacho. Toqué la puerta y segundos después, se abrió. Un hombre canoso, de unos cuarenta, vestido con un traje negro apareció. Me quedé impresionada ante la altura que éste poseía y emanaba seguridad, respeto y poder.

-Señorita Mitchell, adelante por favor -ingresé y una vez adentro pude notar que habían dos hombres más con los mismos aparatos que tenían los policías en mi departamento en California.

-Quisiera poder encontrar a Dylan ya mismo, señor -fue lo primero que dije aún mirando a los demás hombres.

-Lo haremos enseguida, la estábamos esperando -contestó el hombre mientras se colocaba una chaqueta. Miré todo confundida-. Ya sabemos dónde se encuentra e iremos con usted.