CAPITULO 1

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WILLIAM

Definitivamente no hay nada peor que llegar a un lugar ajeno a tu mundo, América, un nuevo continente para mí, y bueno ni hablar de Colombia, el lugar donde viviré por los próximos 5 años; mi padre desea expandir la hegemonía inglesa; y para lograr su propósito me ha enviado a mí, con la idea que lograr una carrera universitaria en el país, y con esta, gracias a la influencia que puede llegar a tener un buen apellido, llegar poco a poco a ser poder. La monarquía en este lugar es un tanto ¿Cómo decirlo? Desordenada, tal vez, porque no hay orden ni libertad, y sin esto no hay Estado.

Al llegar a mi nueva universidad observo mujeres realmente hermosas con vestidos bastante llamativos que no se acostumbran a ver, o por lo menos no de donde soy. Hombres vestidos elegantemente con sus trajes de diario, y al fondo una chica diferente a las demás; con un vestido sencillo, demasiado diría yo; su cabello es negro como la noche y ha de tener un hermoso cuerpo, aunque solo lo veo de espalda. Pero mi visión se ve interrumpida por un caballero de cabello blanco que se acerca, y hace la debida reverencia; bueno por lo menos han de respetar a la realeza.

-Príncipe William Wells, es un honor para nosotros contar con su presencia, permítame presentarme, soy el rector de esta prestigiosa universidad, Luis Cárdenas a su servicio -

-Es un placer señor Cárdenas - respondo con una leve inclinación de cabeza en modo de saludo. Ante mis ojos aparece una joven, con cabello castaño muy bien recogido con horquillas y ojos verdes, hermosos, con un vestido de un color un poco más claro que el verde de sus ojos.

-Señor permítame le presento a la princesa de Colombia, la señorita Laura Eirle - ella hace una reverencia al igual que yo - ella le mostrara el lugar ya que me han surgido pendientes un tanto urgentes que requieren mi presencia, así que a mí me es imposible hacerlo -

-Entiendo - coloco mi brazo en gancho para que ella lo tome y le digo - es usted mi guía, indíqueme por donde empezamos - ella sonríe y me guía, me muestra el lugar y bueno, no esta tan mal, es grande y tiene hasta salones de etiqueta; durante el recorrido la señorita habla poco pero es agradable.

La princesa se aleja unos momentos mientras pide los carruajes que nos llevaran a su hogar ya que allí me hospedaré, mientras espero alguien choca contra mí y en un reflejo la tomo de la cintura para evitar que caiga al suelo. Es la chica, la joven que vi al llegar; sus libros caen al suelo, pero ella levanta la vista y entonces un par de ojos son negros como la noche aparecen, los ojos más hermosos que he visto; su rostro es como el de una porcelana, es hermosa; por unos segundos me quedo hechizado ante ella. Pero reacción y la ayudo a ponerse de pie, sus mejillas se tornan de un rosa suave y baja su mirada tal vez un tanto avergonzada; se agacha a recoger sus libros y los recogemos entre los dos, dejando una organizada pero pesada fila. Luego se pone derecha con su mirada aun en el suelo, claro, la entiendo, no está bien visto que una señorita y un caballero crucen palabras sin haber sido presentados, pero por arte de magia aparece la princesa.

-Príncipe William Wells permítame presentarle a la señorita Jane Weasley - ella hace una reverencia pero lo que llama mi atención su sencillo vestido que al parecer no es tan fino como los de las demás señoritas, su cabello no está perfectamente arreglado, y tiene barro en el borde de su falda - la señorita Weasley hace parte de esta universidad gracias a su tío, ya que ella proviene de una familia inferior - concluye la Princesa dejándola aun mas avergonzada.

Estoy seguro que aquella presentación no era necesaria, pero al parecer a Laura por alguna razón, lo único que le interesaba era rebajar a aquella bella mujer, pero me sorprendió gratamente su actitud; aunque acababan de provocarla, para ella es como si un mosco fuera el que habla y no le da importancia a sus palabras, definitivamente esta mujer tiene algo mágico.

-Jane él es el Principe Wells de Inglaterra -

-Príncipe Wells agradezco su ayuda hace unos momentos y espero que perdone mi torpeza y falta de atención - ella me habla pero no me mira a los ojos, y jamás había estado tan deseoso de perderme en una mirada.

-No hay de qué preocuparse señorita Weasley, lo importante es que no ha sufrido ningún daño -

-Es correcto señor, gracias a usted. Yo me retiro, le deseo lo mejor durante su estancia, con su permiso - y así, simplemente con una reverencia se fue.

JANE

Después de aquel encuentro me siento como en otro mundo; el príncipe, nunca creí conocerlo, es un hombre muy apuesto, con sus ojos color miel y su cabello castaño claro, muy claro casi llegando a mono, su cuerpo se ve grueso, formado y musculoso a través de la ropa. Fue como ver uno de los protagonistas de los libros que tanto amo leer, aquel protagonista que te hace derretirte de amor.

Si había escuchado de su posible presencia en este lugar, pero no pensé llegar a conocerlo. Es un hombre caballeroso y educado, la delicadeza con la que me tomo cuando casi caigo al suelo por mi torpeza al tropezarme con él, la poca importancia que le dio a la palabras de Laura que lo único que buscaban era conseguir su indiferencia hacia mí, pero sin embargo a él no pareció importarle sus palabras y eligió hablarme, cosa que muy pocos hacen, por no decir que nadie que estudie en esa universidad lo hace, pero él no, él es diferente.

Camino de vuelta a casa, es un trayecto de casi tres horas, pero no interesa, me gusta caminar porque me sirve para pensar, meditar o incuso soñar, la soledad es mi mejor aliada.

Al llegar busco a Isabel mi hermana mayor; tengo otro hermano, pero no permanece casa.

-Isi, hermana, no sabes lo que tengo para contarte.

-Oh Jane querida, has llevado, ven siéntate y cuéntame - me siento a su lado en el saloncillo del té. Le cuento todo lo sucedido con el príncipe, su actitud y claro cómo no la de Laura - No lo puedo creer Jane, hombres como él; con ese respeto, esa educación, esa caballerosidad, es increíble, el hombre soñado; pero ya verás querida como encontraremos un hombre así para ti, recuerda, que tu matrimonio debe ser por amor - es increíble como mi hermana en lo único que piensa es en matrimonio, tal vez sea porque esta próxima a una unión.

Seguimos hablando por varios minutos de uno y otro tema cuando escuchamos que un carruaje se acercaba, no prestamos atención hasta que nuestro padre entro.

-Chicas, permítanme presentares a alguien - Isabel y yo nos colocamos de pie e hicimos la respectiva reverencia sin saber quién era - El príncipe William Wells - al escuchar aquel nombre levanto la vista y hay esta él, con sus ojos fijados en mi y una sonrisa en labios.


DOS MUNDOS EN CONFLICTO - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora