Diciembre 30
Ya casi es año nuevo y no he sabido nada de Eduardo, no sé si le hayan dado mi numero nuevo y por eso no me ha llamado o mandado un mensaje o simplemente porque ya no quiso saber nada de mí.
¿Me habrá embrujado?, bueno, me lo pregunto porque siempre pienso en él. Solo sé que se llama Eduardo pero es como si supiera todo de su vida, es como si fuera algo más que un conocido o más que un amigo.
En fin, dejando a un lado mis pensamientos calenturientos por Eduardo, mamá y yo vamos a las tiendas grandes a comprar todo lo necesario para la cena de año nuevo, este año, lo celebraremos en casa de mi abuelita Karla, que por cierto hace unos pasteles para chuparse los dedos.
Se nos fue todo el día en las compras y solo llegamos a casa a dormir
**
Estamos en casa de mi abuela haciendo la comida, o bueno, al menos yo solo estoy viendo porque eso de la cocina a mi no se me da, yo más bien estoy para ser la mandadera de lo que se les ofrezca a mi mamá y mi abuelita.
-Isabel, ve a la tienda a traer un litro de aceite porque ya se nos acabo- me ordeno mi mamá
-claro ya vengo- dije y me encamine a la tienda, la cual está a cuatro cuadras de la casa de mi abuelita.
-Hola guapa- escuche detrás de mí, luego voltee para encontrar al vecino de mi abuelita, ese chico delgado, moreno, cabello negro, ojos color miel. Ese chico que... lo aborresco, es un enfadoso.
-hola- dije cortante
- ¿A dónde vas guapa?-
- a la tienda, y si me disculpas tengo prisa-
-huy tan guapa y tan delicada- termino de decir para cuando me voltee y le di una bofetada tan fuerte que cayó de sentón al suelo, al verlo se me salió una pequeña risa y luego seguí mi camino.
No tarde ni diez minutos para cuando llegue a casa de mi abuela, pero al ir entrando, estaba tan distraída que me trómpese con la manguera y caí como rana, toda estirada y de fregazó, inmediatamente me levante y, como siempre, voltee a todos lados para estar segura de que nadie me había visto, y así fue.
Entre a casa y entregue el encargo para luego irme algo retirado de todos a pensar, cuando se me ocurrió marcarle.
LLAMADA
*EDUARDO*
Hey, hola guapa, ¿Cómo has estado?, hasta que te acuerdas de mí
*Isabel*
Hola, muy bien gracias y ¿tu cómo has estado?, pues si, ya que tú te olvidaste de mí
*Eduardo*
No, como crees eso, yo soy INCAPAZ de olvidarme de ti chiquita, ¿y que cuando salimos a dar la vuelta o qué?
*Isabel*
No pues al rato, cuando me invites salimos. Y ¿Cómo pasaste Navidad?
CONTINÚA LA LLAMADA...
Estuvimos hablando por celular aproximadamente una hora, lo cual me sorprendió porque en esa hora platicamos tantas cosas diferentes y no parábamos de reírnos lo cual me encanto, ya que jamás había platicado sanamente con un chico que me hiciera reír y que no repitiera algún tema.
DICIEMBRE 31
Ya es treinta y uno de Diciembre, estamos a unos minutos de recibir el año nuevo y la familia está unida y feliz, riendo y gritando alegremente. Al ver a mi familia así, me pregunto ¿Cómo la estará pasando Eduardo?, estaba pensando tanta locura cuando me sacaron de mis pensamientos al gritar
-FELIZ AÑO NUEVO-
Luego todos comenzamos a abrazarnos y a reír, al terminar los abrazos, decidí mandarle un mensaje a Eduardo para darle el Feliz año nuevo.
Escribí: "FELIZ AÑO NUEVO, espero que la estés pasando muy bien guapo, y que inicies este año de una manera alegre como tú" y pulse enviar.
Espere un rato y no contesto, por lo que supuse, estaba ocupado o simplemente no había visto mi mensaje... pero pasaron las horas y jamás contestó así que le di la menor importancia y seguí festejando.
¿Eduardo contestara el mensaje?
MIHL
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"AMOR DESTINADO"
Teen FictionBASADA EN HECHOS REALES: Isabel, una chica dedicada a la escuela y a hacer lo que le gusta, una chica apasionada en el baile y la música, una chica amigable y alegre, hasta que... Sin esperar, se da cuenta de que solo hace falta una plática y/o una...