Mi trabajo sólo consiste en mirar, o al menos eso es lo único que he hecho desde hace ya un tiempo.
Desde mi posición privilegiada he sido testigo de muchos cambios, como por ejemplo, el ver crecer a mis hijos. El pequeño Bruno ya es todo un adolescente, y como tal hay veces que se olvida del respeto que le enseñé. En ocasiones simplemente me dedica una mirada vacía, o peor aún, ni siquiera se fija en mí. La pequeña Jenni actualmente cursa sus estudios universitarios, y contrario a su hermano, ella sí me saluda. Les tengo un gran cariño a ambos, son mi orgullo, aunque tal vez ellos no lo sepan. Desde que nacieron siempre he estado para ellos, dispuesto a brindarles mi apoyo.
Mi hija siempre me mantiene al tanto de lo que ocurre, ya sean cosas de ella o del ámbito familiar, mientras, Bruno opta por encerrarse en su habitación.
Una vez Jenni me contó sobre una discusión que tuvo con su madre. El motivo de la pelea fue que mi hija aún sigue acudiendo a mí y no pierde la costumbre de llamarme papá. Su madre la exhortó a que me olvidara, y llamándome por mi nombre, cosa que suele hacer solo cuando se molesta, le dijo que yo ya los había olvidado.
Llegando a éste punto es conveniente hablar de mi esposa. Ella, al igual que Bruno, pocas veces se acuerda de mi existencia. Olvidarme le fue demasiado sencillo, solo bastó que otro hombre se aprovechara de su vulnerabilidad para iniciar un nuevo capítulo en su vida. Admito que ver a ese hombre acariciando a quien fuese mi mujer me llena de celos, pero para ser honestos, nada puedo hacer, al fin y al cabo, sólo soy una fotografía que cuelga de la pared.

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Crónicas del mirador
De Todo¿Qué observan? ¿Qué sienten? ¿Quiénes son? ¿Qué piensan? Preguntas recurrentes que uno se hace al encontrarse con personajes desconocidos. Conoce sus historias y descubre un nuevo mundo adentrándote en sus crónicas. *** Crónicas del mirador es...