Capítulo N°16

612 41 10
                                    

Los días siguientes fueron de mudanza. Leonard se encargó de desocupar su habitación, que ahora sería mía, y llevar todas sus cosas al apartamento de Penny, mientras que yo comencé a llevar las cajas poco a poco en mi automóvil. Sheldon insistía en acompañarme, aunque no necesariamente para ayudarme a llevar las cosas al auto.


En una de las idas y venidas, me desvié del camino aprovechando que Sheldon venía conmigo. No tardó en notarlo...


- ¿A dónde vamos? - me preguntó algo confundido.


- A CalTech - contesté sin quitar mi vista de la carretera.


- ¿Para qué?


- Sheldon, no me agrada que hayas dejado tu trabajo por mi culpa. Sé lo que significa para ti. Ahora que estamos juntos, podemos volver a como estaba todo antes de separarnos.


Noté de reojo que se quedó pensativo un momento luego que le dijera aquello.


- Aún no quiero volver a CalTech - dijo repentinamente, llamando mi atención.


- ¿Por qué no?


- Porque... - se tomó un tiempo, haciéndome sospechar - tengo otras cosas en mente que hacer antes.


- ¿Qué cosas?


- No te las puedo decir ahora.


Luego de esa respuesta, en cuanto vi la oportunidad, aparqué el auto y me volteé hacia él.


- Bien, ya detuve el automóvil. ¿Qué cosas tienes en mente? - insistí.


- No dije que te las diría si te detenías.


- Sheldon, - respiré profundo y seguí - quiero que esta relación funcione, y sé que no lo hará por mientras hayan secretos.


Me miró unos segundos en silencio antes de responderme...


- Pregúntamelo esta noche en el apartamento. Después de cenar.


Lo miraba e intentaba descifrar su expresión, pero no conseguía definirla. Hice una mueca de poco satisfecha con su respuesta y volví a arrancar el motor.


- Está bien. Pero será esta noche, no quiero que luego me digas que me lo dirás mañana u otro día.


- Pero volvamos al apartamento - dijo tras asentir con su cabeza.


Accedí a su petición, no me quedaba de otra.


Aún me quedaban cosas que sacar de mi antiguo apartamento, pero por ese día dejé de hacerlo. Me quedaría hasta después de cenar y luego me marcharía como cada noche, esto ya que aún no acababa de ordenar todo en mi nueva habitación.

No es nada más que tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora