Capítulo N°21

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Golpes en la puerta del apartamento me despertaron repentinamente. Abrí mis ojos un poco desorientada y tras ponerme las gafas encendí la luz de la mesita y miré la hora. Eran cerca de las 9 de la noche... "La cena con el resto...", pensé un tanto preocupada y tras ponerme mi bata encima, salí a abrirles la puerta. Sheldon continuaba profundamente dormido.

- Hey, creímos que habían salido – habló Howard, mientras entraba junto a su esposa; eran los primeros en llegar.

- Lo siento, es que... - no creía apropiado en esos momentos decir lo que había sucedido hacía un par de horas atrás; por lo que me inventé rápidamente una excusa – estaba por ir a tomar una ducha.

- ¿Y Sheldon? – preguntó Bernadette, mientras se sentaba en el sofá.

- En su habitación... - dudaba qué decirles – Se debe haber quedado dormido, es que hoy hicimos muchas cosas.

- ¿Sheldon rompiendo sus horarios? – Howard sonrió divertido por mi excusa – Quién diría que llegaría el día en que eso pasaría.

- Sí – reí nerviosa, mientras avanzaba hacia el pasillo – Qué locura. Iré a avisarle que están aquí.

No estaba segura si se lo habían creído o no, pero esperaba que así fuera. En verdad, había olvidado por completo que cenaríamos todos juntos esa noche. Había perdido por completo el sentido del tiempo.

Entré a la habitación de Sheldon lentamente. Se veía adorable ahí dormido, en realidad no quería despertarlo, pero necesitaba que me cubriera en esa pequeña mentirilla blanca; trabajo difícil, conociendo que para él era prácticamente imposible mentir.

- Sheldon... - me acerqué a susurrarle, con una suave caricia en su brazo – Sheldon, hay visitas...

Abrió apenas sus ojos, tan desorientado como yo cuando me había levantado.

- ¿Visitas?... – antes que respondiera, siguió – Es verdad, la cena. Amy, por esto quería que aplazáramos el coito hasta la noche, antes de dormir.

- No te preocupes, no nos volverá a pasar.

Entonces, nos vestimos aprisa para no hacerlos esperar más tiempo.

- Sheldon, creo prudente hacerte una petición antes de salir hacia la sala – le dije mientras él se abrochaba las agujetas de sus zapatos.

- ¿Cuál?

- Yo no les he dicho a ninguno que tuvimos relaciones... y no creo que sea apropiado hablar de eso en la cena.

- Concuerdo contigo. Aunque recuerdo numerosas veces en las que el coito ha formado parte de los temas de conversación en cenas pasadas.

- Lo sé. Pero creo que por ahora es mejor no decir abiertamente que lo hemos hecho. Creo que ellos solos se darán cuenta de todo, a medida que pase el tiempo.

- ¿Ellos solos? – me miró con desaprobación y añadió – Amy, los dos sabemos que en cuanto surja la oportunidad, irás a decírselo a Penny, y ella se encargará de que todo Pasadena lo sepa.

- Vamos, confía en mí. No le diré nada a Penny... - guardé un momento de silencio, pensativa ante su mirada acusadora - al menos el tema no surgirá de mí.

- Está bien.

- Pero prométeme que no hablaremos de eso hoy.

- Lo prometo.

Salimos juntos de su habitación, encontrándonos ya ahí no sólo a los Wolowitz, sino que también a Leonard y Penny.

- Se estaban tardando, ya íbamos a ir a buscarlos – bromeó Penny, luego de saludarnos.

No es nada más que tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora