Capítulo 22

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Candice Knox.

- Liam dijo que quizás no podamos viajar a Mullingar, - nos contaba Niall - pero se me hace difícil hacerle un desplante a mamá. ¡No sé qué hacer! 

- Te entendemos perfectamente, amor. - April le deba un pequeño apretujón en la mano. Posaban las manos con estilo encima de la mesa. 

- Pero no creo que sea lo más apropiado dejar a Sophia sola, - intervine - Ella necesitará de nuestro apoyo. 

- Ya la Sra. Horan sabe del viaje, y no le gustará que lo cancelemos a última hora, aparte de que nos hará ver mal. - comentó Harry. 

- ¿Crees que pueda hablar con Sophia? - Niall se dirigía a April - No sé, convencerla de algún modo.

- ¿Cuándo pensabas en que hiciéramos el viaje? - April le trazaba algunos rastros con su pulgar a la mano de Niall. 

- Mañana... - bajó la mirada. 

- ¿¡Mañana!? - me exalté. Guardé el celular en mi bolso nuevamente. 

- Solo nos pasaríamos 2 días en Mullingar... - respondió Niall. 

- No creo que sería lo mejor. - meneaba mi cabeza de un lado a otro en negación. 

- No entiendes, es mi mamá… - Niall se apoyó de la mesa para acercar su cara más a la mía, como para hacerme entender. 

- ¡Bueno, ya! - intervino April, anchando un poco sus ojos hacia mí. - No creo que pierdas nada con intentarlo. 

- Esta misma noche quisiera hablar con ella. - Niall se acomodó nuevamente en su silla.

De la nada comencé a sentir algo correr por mis piernas. Al principio era algo suave, llegué a pensar que era el mantel que cubría la mesa que con la brisa se movía. 

Un apretujón. Sentí un bendito apretujón en mi pierna. Definitivamente no era la brisa. Me espanté un poco, y cuando miré a mis piernas. Lo vi. Vi una mano de tez blanca, de un tamaño no tan promedio, sino enorme, acariciando mi pierna izquierda. 

<< Pero qué diab... >> Sentía como el enojo corría desde mis entrañas por todo mi cuerpo. Si se pudiera botar humo por los oídos como en las caricaturas, parecería un volcán. 

Recorrí la mirada desde su mano en mi pierna hasta sus ojos verdes. En cualquier momento me hubiese derretido en el instante, pero ¿ahora? ¡Ahora lo que quiero es matarlo! ¿Quién se cree que es? 

Una sonrisa picarona caracterizaba su cara, y yo con gusto le sonreí de vuelta, cuando menos se lo esperó, posé mi mano sobre la de él y comencé a apretar con todas mis fuerzas, vi cómo se le caía la sonrisa, y anchaba sus ojos en sinónimo de dolor. Lo que sentí en ese momento fue lo más dulce y placentero. 

- ¿Qué crees que haces, Styles? - le dije entre dientes, fingiendo una sonrisa. 

- Y-yo Ss-solo - trataba de soltar el agarre pero no lo dejaba, y apretaba con más fuerza - ¡Argh! ¡Suéltame! 

- Entiendo que sea irresistible, - le sonreía de oreja a oreja - pero te dije una vez que solo podías ver, no tocar. 

- Y yo creo que por lo menos, - al fin logró soltarse de mi agarre - hasta ahora, deberías saber que no soy de los que siguen las reglas. - me guiñó el ojo. 

- No me interesa, - ahora si le hablaba con toda la seriedad posible - Solo no me toques. 

- Harry, - Niall se recostaba de la mesa y miraba a Harry con una pizca de nervios - No voltees...

Los Ángeles en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora