Capitulo 2

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—¡DI ANGELO! ¿CÓMO QUE NO SOY TU TIPO?— Percy entró chillando como un loco.

De nuevo, la enfermería se quedo en completo silencio. Will se dio la vuelta, mirando a Nico. Este cerró los ojos con fuerza. Los abrió de nuevo, encarándose a Percy.

—¿En serio, Jackson? ¿Delante de todos?— suspiró, molesto. —Percy, escúchame. Estuve enamorado de ti. Sí. Vale. Pero por el amor de Hades. ¿De verdad crees que este es el mejor lugar para discutirlo? ¡NO, NO ERES MI TIPO! —Percy se quedo callado, pero no duró mucho. A fin de cuentas, era Percy Jackson.

—¿Por qué no me lo dijiste? 

Sorprendido, Nico se dio cuenta de que parecía dolido de verdad.

—¡¿Por qué no te lo dije?! Percy, da igual. Déjalo, ¿vale? Ya no me gustas. — Avergonzado, se levantó de la cama y se fue. Estaba cansado para todo aquello. 

Al salir de la enfermería, casi se chocó contra Annabeth, que venía corriendo.

—Nico...¿Percy..?  —Nico asintió, y la hija de Atenea lo miró apenada. —Nico, le he dicho a Percy que esperase, pero él... ¿Ha querido hablar contigo delante de todos?

El hijo de Hades volvió a asentir, y sonrió al ver la preocupación de Annabeth. Había aprendido a apreciarla.

—Mataré a sesos de alga, a veces es un idiota. Lo siento mucho Nico, de verdad. Le dije que esperase.

—No pasa nada. —Le sonrió, y con la cabeza gacha, se dirigió hacia el bosque. 

Mierda, mierda, mierda y mierda. No había mejor manera de que se enterase todo el campamento de su homosexualidad, pensó con sarcasmo. De todas maneras, aquello no era lo que le importaba. Sabía estar solo, tenía mucha práctica en eso, y el Campamento Mestizo nunca le había apreciado especialmente. Entonces, ¿por qué estaba tan enfadado? Solo podía pensar  en Will. Ahora Solace no le dirigiría la palabra. Se sentó a la sombra de un árbol, tratando de calmarse. Desde allí veía los campos de fresas.

Estaba enfadado con Percy, mucho. Como siempre, había actuado sin pensar, como si fuese el rey del mundo, sin darse cuenta de que a los demás no los adoraban como lo adoraban a él. Percy tenía ganada la confianza de todo el Campamento Mestizo, había conquistado la gloria en el Campamento Júpiter. A Percy lo respetaban hasta los dioses. El problema de aquello era que esperaba que la gente tratase a los demás de la misma manera en la que lo trataban a él, y por desgracia, Nico había aprendido que aquello no funcionaba así.

Inmerso en sus pensamientos como estaba, Nico no se dio cuenta del chico que se acercaba hacia él hasta que este estuvo lo bastante cerca.

—¿Qué haces aquí? Te he dicho que no puedes salir de la enfermería.—Nico se dio la vuelta, y vio a Will. Este se sentó a su lado, actuando con total normalidad.—Aunque creo que lo entiendo. Es lógico, ¿no? Supongo que no querrás seguir ahí dentro, después de la escena que ha montado Percy. —Will rió, y Nico lo miró tratando de descubrir qué se traía entre manos.

—Solace, ¿Qué quieres?

—Nico, por la gracia de Apolo... ¡Deja de montar dramas donde no los hay! De acuerdo, eres gay. ¿Y qué? Ni que fuera el fin del mundo. La gente no te odiará por eso, y si lo hacen, que les jodan. —deshechó con un gesto la protesta que iba a formarse en los labios de Nico. —Vale, vale, de acuerdo, entiendo que para ti es difícil, ya que vienes del siglo pasado, y que Percy se ha portado como un troglodita (¡sorpresa!)p ro Nico, eso nos da igual aquí. Tienes amigos, o al menos, gente que querría ser amiga tuya. Deja de meterte tú solo en ese mundo de oscuridad. Deja... deja que entre un poco de luz. —al decir esto último, Will se sonrojó.

Nico estaba flipando. Will era un idiota.

—Solace, tú no lo entiendes. Soy hijo de Hades, para empezar. Bueno, no, no soy "hijo de Hades"—hizo comillas con las manos— soy el hijo de Hades. Por si fuera poco, debería de estar muerto, le caigo mal a la gente, doy mal rollo y joder, Will, ¿has visto mi cabaña? ¡Parece la morada de Drácula! Encima...

Will lo cortó con una carcajada.

El hijo de Hades, Artemisa bendita, ¿pero quién te has creído que eres? Todos tenemos padres raros y terribles. Apolo, Nico, te lo digo por si no lo sabías, se cargó a Aquiles. ¿Y de verdad te piensas que a alguien le importa tu cabaña? ¿Has visto la de Afrodita? La que debería de darnos pena es Piper. —Will lo miró, divertido.

Y Nico rompió a llorar. De rabia, de desesperación, de agotamiento. Se sintió ridículo. Se odió a si mismo por negarse a aceptar ayuda, y se odió a si mismo por llorar delante de Will, porque eso era mostrase débil, y odiaba que lo viesen así. El hijo de Apolo se quedó sin saber que hacer un momento, pero dejando a un lado las dudas, abrazó a Nico.

Y este, por una vez, no se apartó.

Aunque en el fondo sabía que debería apartarse ahora que podía, ahora que aún Will no era tan importante. Ahora que Will no tenía el poder de romperle el alma con solo una palabra.

—Eh..shh.. Nico... ¿Ánimo, de acuerdo? Yo estoy aquí.

Nico se aferró a Will, y cerró los ojos. Una cálida sensación le recorrió el cuerpo, disipando las tinieblas que habitaban en él. Aspiró su olor. Will olía a verano, a paz y a limonada. Entonces, Nico supo que ya era demasiado tarde. Ya no podía apartarse de Will Solace... Y se odio a si mismo por eso también.

Dejo de llorar enseguida, y miró a Will, avergonzado. Este se limitó a sonreír.

-Vamos, chico muerte. No van a comerte. Encima, necesitas quedarte en la enfermería... Esto de escaparse tiene que acabar ya.

Nico puso los ojos en blanco.

-Ya, claro. Lo que tú digas, Doc.

-Bien, vamos mejorando. Has pasado de matarme con tus ojos a ponerlos en blanco... Y a llamarme Doc.

-Cállate, Solace.



Shut Up, SolaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora