Solté un pequeño grito de emoción. Ella se dio la vuelta y me miro, abrió la boca y se levanto corriendo, vino hacía mí.
- ¡____! ¡____!- grito mientras me abrazaba.
- ¡WENDY! ¡WENDYYYYYYYYYY!- grite apretujándola en mis brazos.
Ella se separo y me miro, tenía los ojos húmedos.
- ¿Pero...? ¿Como?
- Una larga historia...- dije sonriendo.
- Tenemos tiempo- dijo cogiéndome de la mano y metiéndome para dentro de mi habitación.
- ¿Y qué haces en mi habitación? ¿Cómo entraste?
- Con una horquilla y extrañándote mucho.
- - Sonreí y volví a abrazarla- Te extrañe
- Y yo a ti, no te vi después de las vacaciones de navidad... Desapareciste... Busque a...- me miro y siguió- Yayo y tampoco lo encontré... ¿Os habéis fugado? ¿Por qué habéis vuelto? Los profesores nos dijeron que tú te tuviste que ir y que de Yayo no se sabía nada. Pensé que tus padres te habían pillado, peor ¿y Yayo? Por eso pensé que os habíais fugado los dos por ahí a vivir una vida y que te habías olvidado de mi- dijo sin parar.
Yo solo había entendido que Yayo también se había ido... Es decir no esta aquí, toda esta mierda para nada.
- ¿Cielo?- Wendy vio como mis lágrimas amenazaban con salir- ¿Qué te pasa?
- Na...Nada... Wendy, luego hablamos ¿Vale?- dije levantándome para acompañarla a la puerta.
Wendy me miro extrañada, pero decidió no preguntarme y se fue de mi habitación. Cerré mi puerta y fui hasta mi cama, quería un lugar donde caer muerta. ¿Por qué? Esto no sirvió para nada. Ahora, estando sola, mis lágrimas aprovecharon y salieron una detrás de otra. Empecé a pegar al colchón. ¿Entonces para que estaba aquí? ¿Para hacer el tonto? Mire mi muñeca tentadora, mi muñeca vendada.
- ¿Otra vez, ___?- escuche una voz masculina.
Levante mi cabeza y vi a un chico en la puerta, me limpie mis ojos y ya vi bien, era Richard ¿Por qué todo el mundo se colaba en mi habitación?
- ¡VETE DE AQUÍ!- dije gritando.
Él se acercó a mí.
- ____, ya ¿vale? No voy a permitir que te vuelvas a cortar.
- ¿Por qué?- le pregunte.
- No te importa, pero no lo voy a permitir.
- No me importa lo que pienses.
- ___, deja de ser como una niña chica.
- No soy una niña chica.
- Pues entonces, dejaras de cortarte y hoy a la tarde vendré a recogerte.
- ¿Qué? Dijimos que aquí se acababa todo.
- No conozco a nadie y hoy hay una fiesta...
Fiesta, claro, como no, la fiesta de hoy ¿como se me había olvidado?
- ¿Quieres que vaya? Lo tienes difícil.
- Vas a ir. Así me enseñaras que no eres una niña pequeña- dijo sonriendo sínicamente.
- Idiota.
- A las 9 te recojo- dijo saliéndose de mi cuarto.
El suicidio era una opción aceptable, pero opte por terminar de tumbarme en la cama y cerrar los ojos. Aun que no se si el suicidio hubiera sido tan duro como mi pesadilla.
Estaba en una bañera, desnuda, en vez de agua había un liquido rojo... ¿sangre? Mire mis muñecas, había cortes profundos. Mire a mi lado, Yayo estaba apoyado en la bañera, mirándome, fijamente. Me toque mi cara, estaba llorando, pero, las lagrimas también eran sangre. Note como la mano de Yayo rozaba mi muñeca y la agarraba.
- No- dijo serio, pero era su voz.
Yayo soltó mi muñeca, la mire, ya no había rastro de la raja, estaba curada. Volví a mirar a Yayo, pero él ya no estaba.
Abrí los ojos. Estaba sofocada, el verano se estaba yendo, pero aun hacía calor. Gemí. Yayo era mi cura, mi medicina, lo sabía, pero no lo tenía a mi alcance. Miré el reloj, eran las 7, fui a darme una ducha, me vestí y a lo tonto, dieron las 9.
NARRA YAYO.
Estiré la camiseta delante del espejo. Entonces pegaron en la puerta.
- ¿Listo?- dijo una voz.
- Si.
Me aleje del espejo y me fui con el chico, mi amigo. Nos alejamos, hacía una brisa agradable fuera, pero ¿y qué? Eso no solucionaba mis problemas, llegamos a la zona llena de bosque.
- Me alegra que estés aquí de nuevo.
- Si, si- dije sin ganas.
La música de la fiesta inundó mis oídos y mágicamente, en mi mano, ya había una copa.
NARRA ____.
Termine de echarme gloss. No iba arreglada, ya era tradición. Pegaron a la puerta. Fui y allí estaba Richard, sus rizos dorados brillaban y llevaba una camisa blanca, tenía los primeros botones desabrochados, sus ojos verdes brillaban en el pasillo oscuro. Me tendió la mano, pero se la rechace, empecé a avanzar por el camino, él me seguía.
- Te he invitado para ir juntos, ¿si no para que me sirves?
- Vete a la mierda.
Nos alejamos de la residencia de chicas. Este año era oficial, estaba permitido que hubiera chicos en la residencia de chicas y al revés. Sabía el camino, no se había olvidado... Hoy, hace un año, conocí a dos personas muy importantes... Nathan y Yayo. Por cierto ¿y Nathan? ¿Qué habrá sido de él? Richard me toco el hombro.
- ¿¡Quieres parar!?- dijo respirando.
Estaba corriendo, sin saberlo. Suspire y empecé a caminar normalmente. Entonces llegué a la reja, fui por el agujero, seguro que había alguna parte mejor para entrar, pero esta fue la que me enseño Roxana. ¿Y Rox? ¿Qué será de ella? Luego le preguntaré a Wendy. La música ya sonaba.
- ¿No te has hecho amigos?
- No, solo unos chicos me dijeron que hoy había fiesta.
- Ah.
Seguimos caminando y ya empecé a ver a la gente bailando, con sus respectivas bebidas.
NARRA YAYO.
Aquí estaba yo, otro año, apoyado en el mismo árbol, con la mirada puesta en el camino por el que se viene, deseando con todas mis ganas que por allí viniera una chica vestida como si fuera a comprar el pan. Cosa que yo sabía que no ocurriría.
NARRA ____.
¿Y? ¿Escuchare risas? Quizás. Pero no serán de él. Mi vendaje no se podía disimular, ya que la camiseta de mangas cortas que llevaba como es lógico, no llega hasta la muñeca, otra cosa para ser el centro de atención. Me la cogí con mi otra mano.
- ¿Te duele?- me pregunto Richard
- No.
Llegamos a la fiesta, mi mirada estaba fija a mis converse, pero una chica bailando se acercó a mi y sin querer me dio un codazo, me moví y entonces levante mi mirada, miré primero a la chica, estaba de espaldas. Luego siguiendo un recorrido con mi mirada, mire donde mire hace un año, un árbol. En él había tres chicos. Mi corazón empezó a latir fuertemente, todo a mí alrededor empezó a ir lentamente, la música era un murmullo, oía mi corazón en mi oído, empecé a respirar agitadamente, mis manos me temblaban y mi visión se volvió borrosa por culpa de las lágrimas, pero era demasiado tarde, había visto esos ojos, inconfundibles para mi.
Besos donde no les da la luz *u*
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2° Mundos Opuestos (YayoGutierrez)
FanfictionSegunda temporada, es obligación leer la primera temporada para entender esta. Novela dedicada a las que me siguen día día con las novelas *3* Ustedes saben quienes son. NOTA: EN MIS NOVELAS NO SON FAMOSOS. NOTA 2: APARECERÁN COSAS EN LA NOVELA QUE...