2° Mundos Opuestos (YayoGutierrez)

Capitulo 31

Son las 10 de la noche del mismo viernes, intenté pasar una buena tarde con Yayo, intentar hacer como si todo estuviera bien, pero era más que imposible. Estamos delante de mi puerta, Yayo pone las manos en mi cintura y besa mi cuello. Hoy no tengo ganas de hacer nada, además, mañana tengo muchas cosas que hacer. Apoyo las manos en el pecho de Yayo, lo separo lentamente.

- Hoy no ¿vale?- le digo sonriendo.

- ¿Estas segura?- dije poniendo las manos en mi bajo vientre.

Expulso un pequeño gemido, pero recuerdo que hay esta mi bebé y se me va la excitación.

- Si cariño... Necesito descansar un poco.

Yayo me mira un poco extrañado, pero él nunca me presionaría para hacer algo que yo no quiero hacer, Yayo apoya su frente con mi frente.

- Te amo- me susurra.

- Te amo- le susurro y le beso.

Yayo se iba a ir, pero antes de nada, lo agarro por el brazo.

- ¡Yayo!- le grito.

- ¿Si?- vuelve a mirarme.

- Si tuviéramos una niña...- la risa de Yayo me corta- No te rías... Si tuviéramos una niña... ¿qué nombre le pondrías?

- No sé...- Yayo me cogió de las manos- ¿Qué te parece Mandy? ¿O.... Olivia? ¿O Ruth? No, no, no... Tiene que ser un nombre dulce y tan bonito como sería nuestra niña... Stella. Si, como una estrella... tan bonita y seguro que tendrá unos ojos tan brillosos como los de una estrella... Como los tuyos cuando me miras- me besa.

- ¿Y si fuera un niño?- dije sonriendo.

- Para seguir con el juego que puso mi padre... uno con J... Jackie o John. No, mejor Jeydon, nuestro Jey... Si, suena bonito. Jeydon Gutierrez y Stella Gutierrez.

- ¿Pero no te gustaría que la niña también tuviera la J?

- Me da igual... Es que Stella me gusta- dijo sonriendo.

- A mi también- reconocí.

- Bueno, mañana nos vemos, que duermas bien.

- No olvides que te amo- le dije sonriendo.

- No olvide que te adoro, cariño- dijo sin mirarme.

Desapareció por el pasillo. Me metí en mi habitación. Nada más que cerré las puertas, las lágrimas invadieron mis ojos... No me podía poner así, un día vi en un canal de televisión, que los estados de humor de la madre, afectaban al bebé... Y los primeros meses son en los que más se necesita estar tranquilas.

Me quite la ropa y me coloqué rápidamente el pijama, hacía frío. Me metí en la cama, deje en las gafas en la mesita de noche, tapándome hasta la cabeza, llorando en la oscuridad de la cama. Jeydon y Stella.... Uno de esos nombres sería el que llevaría mi bebé.

~~A LA MAÑANA SIGUIENTE~~

Me desperté con los ojos hinchados y colorados, me levante de la cama y me dirigí al baño, me eche agua en la cara, para despertarme. Volví, me puse las gafas y me vestí informal. Hice la cama y recogí la ropa que había por el suelo. Me acaricie la barriga.

- Todo esto es por ti... Espero que de mayor me lo agradezcas... Por ejemplo, no portándote mal... Sin fumar y sin drogarte ¡eh!- dije sonriendo- Y al poder ser... no llores mucho cuando nazcas.

Tenía ganas de que pasaran más meses, de que se hiciera más mayor y notar como se mueve... Me recogí el pelo en una coleta alta y salí de mi habitación. Hoy tenía que hacer tres cosas, tres cosas muy importantes. Nunca había ido hacia donde iba a ir ahora... Pero ahora era sumamente importante y espero que este ahí. Llegue, estaba su recepcionista.

- Hola, perdone... ¿Esta el director?- le pregunté.

- Si, espere un segundo en la sala de espera... ¿su nombre?

- ___ Gray- dije sonriendo.

Me senté en un sillón de cuero marrón, no me pude acomodar mucho, ya que salió el director y me llamo. Entre en su despacho, lleno de libros, trofeos y diplomas.

- Señorita Gray ¿qué desea? – me preguntó.

- Me gustaría preguntarle una cosa.

- Debe de ser importante para venir un sábado a las 10 de la mañana- dijo sonriendo- Dígame.

Cogí aire, mis manos sudaba. Venga _____, tú puedes.

- ¿Cómo van los estudios a distancia?-pregunte.

- ¿Por qué? ¿No esta contenta con las enseñanzas de tus profesores?- me pregunto.

- Oh, no, son perfectos... Pero me gustaría informarme.

- Pregunte- dijo sonriendo.

- Si yo quisiera estudiar desde el ordenador ¿sería posible? Ya que esto es un internado y sería un poco extraño...

- Si, es extraño, pero tenemos una opción para estudiar a distancia, desde una página web específica.

- Bien... ¿Tendría que repetir de nuevo el curso?

- No, todo seguiría igual, tendría los exámenes los mismos días que sus compañeros, todo seguiría igual.

- ¿Mis padres se enterarían del cambio?- pregunte nerviosa.

- ____... ¿Qué pasa? Seré el director, pero me importan mis alumnos.

- ¿Se enterarían?- volví a insistir.

- Se necesita la autorización de alguien mayor de edad- dijo el profesor.

Pensé un momento ¿mayor de edad?... Me las podría apañar.

- Si entrego una autorización de alguien mayor de edad ¿estaría todo listo?- pregunté.

- Si- dijo el director.

- Vale- me levante de la silla- Muchas gracias- dije sonriendo.

Se me quedo mirando, pero no dijo nada más, me fui de su despacho. Primera parte del plan, echa, tocaba la segunda, la más difícil y la más descabellada. Llegué a la sala de los teléfonos. Pillé una cabina libre. Saqué un papel que había cogido de mi cuarto y empecé a marcar el número que estaba escrito. Tardó en coger, pero hizo.

- ¿Diga?

- Hola...- dije susurrando.

- ¿___?- preguntó.

- Si, soy yo...

- ¿Qué haces llamándome? Eso no significa que no me alegre escuchar tu voz de nuevo.

- Te necesito- dije al borde de las lágrimas.

- ¿Qué pasa? – su voz sonó alarmada.

- ¿Tendrías una habitación libre en tu casa?

- Tengo una casa propia.

- ¿No eres menor de edad?- pregunte extrañada.

- Soy un año mayor que tu... Tengo los 18, los cumplí hace poco. Por cierto, gracias por tu felicitación.

- - sonreí- No lo sabía...

- Estas perdonada.

- ¿Entonces tendrías una habitación libre?

- ¿Para ti? Por su supuesto. ¿Me vas a explicar qué pasa?

- Es una larga historia...

- Te mereces que te escuche.

Suspire, dispuesta a contarle para que necesitaba su ayuda, respondía con cosas como "oh" y palabras sin sentido, cuando termine aceptó ayudarme, le di las gracias y colgué el teléfono. Ahora venía la tercera y ultima cosa, no tenía ganas de hacerlo, pero lo tenía que hacer, las horas de sol se agotaban y no tenía tiempo para malgastar.

Besos donde no les da la luz *-*