Asesinatos en "Forest Hill's"

Capítulo XXXVIII

¿Segura?

-Eres muy inteligente Avril...¿Pero cómo vamos a poder hacer todo eso? No creo que sea tan fácil.-Respondió Alex.

-Tú sólo confía en mi, ya voy a idear un plan. Y con respecto a Lear, Lewis, y Leander no tenemos que dejar de investigarlos y estar cerca de ellos. Ahora la primera regla es no confiar ni en nuestra propia sombra, todos, hasta incluso los que parecen más inocentes, pueden ser asesinos.-Dije firmemente. Parecía estar muy segura de lo que decía, aunque no era así. Tenia miedo, estaba asustada, no quería que nadie más sea asesinado por mi culpa, por no poder encontrar a un asesino, a un psicópata.

-Buenos días alumnos.-Saludó el profesor Lance Tent acomodándose en su escritorio, su mirada se fijó en mi, y yo miré hacia otra parte rompiendo nuestro contacto visual. La clase había comenzado, y despeje mi mente de todos esos pensamientos, debía prestar atención.

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Ya eran las 11:00 P.M, las clases habían terminado con normalidad, nada extraño había sucedido. Al volver a mi casa no encontré nada fuera de su lugar, es decir, no encontré ningún sobre, o nota que me de una pista.

¿Dónde estaban los malditos sobres cuando los necesitaba?

Ya era hora de dormir, así que me puse mi pijama, y me recosté en la cama. Luego de unos minutos mis ojos pesaban, y se fueron cerrando lentamente hasta quedarme sumergida en un profundo sueño.

-Eres muy ingenua querida Avril.-Dijo una voz totalmente desconocida.

Yo estaba en una habitación pintada de negro, no tenía puertas, ventanas, ni nada que dejara entrar un pequeño rayo de luz al lugar. No sabía cómo había entrado allí, estaba muy asustada, mis respiración era irregular y mis latidos iban a mil por hora.

-¿Quién eres tú?-Dije con voz temblorosa.-¿Qué quieres decir con eso?-Volví a preguntar.

-¿Aún no me reconoces? Soy yo, la razón por la que tú estás investigando sobre los asesinatos en Forest Hill's.-Dijo entre risas nerviosas.-Eres una estúpida ingenua Avril Colier ¿Aún no te diste cuenta de nada? ¿Tan rápido olvidas todo? ¿O no recuerdas que Ámber y Alex te ocultan algo?-Por un momento lo recordé todo, y sí él tenía razón pero no es tan fácil descubrir la verdad.-No confíes en nadie. Hasta tú podrías ser la culpable de todo esto.-Continuó.

-Yo no confío en nadie.-Respondí con frialdad. Las piernas me temblaban, no podía estar mas tiempo en ese lugar, debía irme lo más pronto posible.

-Pero confías en tu hermana y en tu novio cuando sabes que te ocultan la verdad. ¿Por qué lo haces?

-Tú mismo respondiste la pregunta, Ámber es mi hermana, y se que todo lo que ella haga es por mi bien, incluso mentirme.-De pronto la sala empezó a inundarse de un olor extraño, hasta podía decir...familiar.-¿Qué es ese olor?-Pregunté.

-Vamos Avril...¿Has perdido la memoria?-Su voz empezó a hacerse más lejana para mis oídos, y me caí al suelo como si alguien me hubiera tirado hacia el.

Me levanté rápidamente con los ojos cerrados golpeando mi cabeza con la mesita de noche.

¡Rayos!

Me puse mis pantuflas y miré el reloj de la habitación, eran las 12:47 A.M.

¿Qué hago aquí? ¿Por qué Ámber no me despertó? Este día no podría ser peor.

-¿Ámber?-Pregunté dirigiéndome hacia la cocina. Nadie me contestó, definitivamente no estaba en casa, no había nadie.

-¿Segura Avril?-Preguntó una voz masculina que provenía de mi habitación como si leyera mis pensamientos.