Mi Captain Swan

Bested

Maldito pirata. Maldito tonto pirata. Con sus ojos azules, y su amor puro y constante irradiando de él. Se suponía que no iba a ser difícil. Ser la oscura se suponía que iba a hacer que eso fuera sencillo, se suponía que no iba a tener emociones e iba a poder hacer bien su trabajo. Pero al final sentía todo más intensamente.

Ella probablemente ahora lo amaba más de lo que lo había amado en ese campo lleno de flores. Y eso era algo que nunca había pensado que iba a ser posible.

Por lo menos la oscuridad le servía para una cosa, para mantenerlo a salvo. Ella no se sentía culpable por la cantidad de horas que las pasaba ayudando a Killian Jones.

Una vez él le dijo que ella era su final feliz. A ella le había llevado un poco de tiempo aceptarlo y admitirlo, pero él era también su final feliz. Y ese era su momento para pelear por su final feliz.

Y fue lo más difícil que tuvo que hacer en su vida. Mirar desde afuera como su familia reconstruían sus vidas a su alrededor, y buscaban la manera de seguir adelante sin sus recuerdos, y de pelear, como siempre hacían, por el lado del bien. Ella recuerda cada una de las veces que pasó sacrificando su tiempo y su vida para salvar a todos. Ella recuerda como les rogó que la salvaran. Ella recuerda su amor por Killian, y recuerda lo mucho que dolió cuando lo perdió. 

Era eso lo que la rompía y la levantaba cada día. Cada momento que están separados, es un momento que pasa ayudándolo, es un momento que pasa peleando sus batallas desde su propio lado. No en la oscuridad, nunca en la oscuridad, sino aparentándolo. 

Ella siempre tiene presente que esa es la única manera de lograrlo. Ella debe engañar a las voces en su cabeza y hacerles creer que está siguiendo sus deseos, darle la espalda a un mundo lleno de matices de grises y verlo en blanco y negro. Malo y bueno.

Incluso cuando él le dijo que ya no la amaba, incluso cuando él le rompió el corazón, cuando él no pudo ver a través de la oscuridad; se mantuvo con su plan, con su destino. Porque se dio cuenta, que al igual que Merlín, ella y Killian están destinados a estar juntos. No en la forma que ella había creído. Más que eso. Más que el verdadero amor, más que besos e historias para contar a los niños. Ellos están destinados a estar juntos, la clase de destino que está escrito en las estrellas desde hace millones de años. Las mismas estrellas que guiaron a Killian hacia Neverland. Las mismas estrellas a las que ella les pidió no estar sola.

Eso es por lo que ella está peleando.

Así que ella mantiene sus murallas más altas que nunca, su verdadera persona bien escondida y focalizada en encargarse de que Killian salga con vida de todo eso. 

Y por un momento, es sencillo. Por un momento le sale con naturalidad, y juega su rol. Pero, después de que el momento pasa, él atraviesa sus paredes, él logra bajar sus defensas, él la aleja de su objetivo.

Él demanda que le diga el motivo por el cuál se dejo consumir por la oscuridad y ella se niega a decírselo, revoleando su mirada y su cadera, y usando su voz seductora. Y por un simple segundo, eso es suficiente para detenerlo. Pero después ella necesita algo de él y se permite volver a acercarse a su lado. Sintiendo el ritmo de las olas en su barco, se permite agarrarle la mano y sentir el contacto con su piel, se permite darle un descanso a su corazón. Ella sabe que él puede verlo en sus ojos, su vulnerabilidad y su desesperación por hacer que todo vuelva a estar bien. Ella desearía poder decirle lo mal que estuvo todo desde un comienzo. 

Pero ella resiste y se mantiene fuerte, se aleja de su amor y deja que las voces de su cabeza le hablen por un rato. Las mantiene cerca por si en algún momento llega a necesitarlas.

Y de nuevo, es sencillo por un momento, sencillo ir avanzando paso por paso en lo que necesita, utilizar sus recursos para recomponer a Excallibur. Es sencillo apartar los pensamientos de su cabeza y simplemente hacerlo. Pero la línea muerta es cada vez más difícil de mantener, y de repente se encuentra en el bosque con Rey que no se merece tener ese título y su pirata. Su hermoso, valiente y tonto pirata.

Y él le grita, palabras amargas es todo lo que sale de su boca, acusaciones sin sustentos. Pero después se calma, y pronuncia su nombre pidiéndole que vuelva, que razone. Y ella no hay nada que desee más que correr a sus brazos y no soltarlo nunca, confesarle sus secretos y sus motivos, y aferrarse a él hasta que el dolor se vaya. La oscuridad parece sentir que hay algo malo en esa situación, lo cual la mayoría de las veces la hace molestar, salvo que está vez tiene a Excallibur en su mano y al tiempo de su lado.

Así que por está vez ella le hace caso. Sólo por está vez deja libre sus emociones.

- ¡¿Queres saber por qué estoy haciendo todo esto?! - Grita ella llena de furia, con las manos en forma de puños, y se vuelve hacia él. Sus ojos se encuentras con los de él por un instante y todo se detiene. - Estoy haciendo esto por vos. - Confiesa después de un silencio lleno de tensiones.

En un instante su cara se transforma, sus expresiones irradiando miseria y tristeza, y sus ojos se vuelven tormentos. 

- Emma. - Él a penas logra susurrar.

Por un momento se pregunta que iba a decirle, pero no se puede quedar a averiguarlo. Ella tiene que concentrarse en salvarlo. Revolea su mano en el aire y se teletransporta con su magia hacia su casa.

A penas puede sostener a Excallibur después del intenso momento que compartió con su pirata. Abandona la espada en la mesa del comedor. Usa una mano para sostenerse fuertemente contra la mesa, y con la otra busca el anillo que todavía sigue colgando de su cuello, escondido detrás del disfraz de cuero. Sentir el anillo en sus dedos le permite volver a respirar en paz, el frío metal contra su piel recórdandole a su alma que debía seguir concentrada en su plan.

Se suponía que tenía que ser fácil, se suponía que tenía que lograrlo sin que él pueda atravesar sus paredes. Sin que él vuelva a atravesar sus paredes otra vez.

Pero de alguna manera él siempre lo lograba.

"Maldición", piensa ella mientras sostiene el anillo, él la superó.

By: Tadpole24