Be My Valentine

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Desde que Killian vive en el mundo sin magia fue aprendiendo varias cosas sobre como manejarse el. Fue aprendiendo como usar su celular para llamar o enviar mensajes, como tomar fotografías con una cámara digital, como ver películas en netflix, como jugar los juegos favoritos de Henry en la play. Pero no solo eso, también aprendió cuales eran las distintas costumbres y festividades: como el día de la Independencia, la noche de Brujas, el día de Acción de Gracias, Navidad, y Año Nuevo.

A Killian le gustaba aprender sobre esas nuevas costumbres y festividades, le gustaba ver que era lo que a las personas les daba motivos para unirse con su seres queridos y festejar. A Emma no le agradaba mucho todo eso de las fechas especiales y los festejos, ya que por su historia en el sistema de adopciones no había tenido nada de eso a pesar de siempre haberlo querido. David y Mary Margaret tenían a penas una idea de que se trataba todo eso porque tenían sus memorias falsas de la maldición de Regina. Pero de memorias falsas a experiencias reales había una gran diferencia. Así que Emma y Henry eran los encargados de tener que informar sobre los festejos y las distintas costumbres.

El cuatro de Julio aprendió sobre la independencia de Estados Unidos y los fuegos artificiales. El treintiuno de Octubre aprendió sobre disfraces, historias de terror y dulces. En Diciembre experimentó sobre como aprender a dar gracias y recordar lo que era estar en familia; también aprendió sobre un tal San Nicolás que supuestamente entregaba regalos en los pinos de las casas, aprendió villancicos, y aprendió que siempre era bueno tener muérdago cerca de él si estaba con Emma. En Año Nuevo aprendió lo que era la bola de Nueva York, y que para empezar un buen año siempre era bueno hacerlo con un beso, y más si el beso era de tu verdadero amor.

Por eso cuando en Febrero las calles de Storybrooke se empezaron a llenar de decoraciones con corazones, y los locales empezaron a vender peluches, chocolates y tarjetas con freses y declaraciones de amor; sintió que una fecha importante se aproximaba y era hora de averiguar y aprender sobre ella.

- Amor, ¿Qué nos toca festejar éste mes? – Preguntó a Emma, cuando ella entró a la cocina para tomar el desayuno que él había preparado.

- Nada. – Respondió ella luego de beber un sorbo de su chocolate. - ¿Por qué piensas que tendríamos que festejar algo? – Cuestionó con curiosidad.

- Todo el pueblo está lleno de globos, peluches, corazones y chocolates, y en algunos lugares dicen algo del 14 de Febrero. – Explicó él. - Pensé que debía ser algo importante. – Agregó al notar como ella se ponía tensa.

- Es el día de San Valentín. – Dijo ella después de un largo silencio.

- ¿Y a vos no te gusta? – Preguntó él simplificándolo, aunque sabía que debía ser extremadamente complicado.

- No, no me gusta. – Contestó ella. – Nunca lo festejé, y aunque ahora podría hacerlo no quiero. Demasiados recuerdos. – Dijo jugando con su cabello muy nerviosa. - ¿Podríamos evitarlo? – Pidió.

- Como desees amor. – Respondió él dispuesto a darle lo que ella quería, aunque se sentía preocupado.

Killian hizo lo que ella le pidió y no volvió a mencionar el asunto, y evito todo lo relacionado a la fecha. Es más, ni siquiera se molestó en averiguar de que se trataba. A él le fue fácil evitar el tema, pero al resto de Storybrooke no. En más de una ocasión los padres de Emma, Regina, Robin, Red, Granny, Belle, y hasta incluso algún enano, habían preguntado sobre sus planes para San Valentín. Resulto todo un desafío explicar que ellos no lo iban a festejar, y que los demás lo entiendan. Pero Killian se mantuvo fiel a su palabra y acordó todo lo que Emma decía o ponía de excusa. Lo que más le costó fue no enojarse cuando hacían algún comentario ofensivo en contra de su mujer y su relación con el amor, pero por suerte ella era la calma en esos momentos y lo tranquilizaba.

Mi Captain SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora