Homemade

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Es un suéter de color azul marino y tejido grueso, y Killian lo adora.

Emma no tiene idea de donde lo sacó, simplemente un día apareció. La lana es gruesa y está entrelazada de una forma que aparenta complicada. Encima en el pecho tiene una calavera roja y varias cruces de huesos, lo cual lo hace parecer más complicado. La primera vez que se lo puso al salir de la cama, Emma solamente pudo mirarlo tontamente como se despeinaba el cabello en el proceso. 

Él realmente se encariñó con el suéter, y lo usa de la manera en que algunas personas usan la remera de la banda de música favorita, o el buzo del equipo de fútbol, como si estaría orgulloso y conforme. Lo cuida como si fuera algo precioso, nunca lo deja tirado en el piso o lo cuelga de mala manera. Una vez le preguntó si quería que se lo lave en la lavadora, pero él se negó abrazando el suéter protectoramente contra su pecho.

¿Qué estaba sucediendo para que actúe así?

Finalmente su curiosidad no pudo aguantar más.

- ¿Qué es lo que pasa con tu suéter? - Pregunta ella una tarde. Hace un rato que habían regresado de la casa de sus padres, Henry estaba haciendo la tarea y ellos se estaban relajando en el sillón.

- Mmm, ¿Qué? - Responde él estando algo ausente a la conversación, ya que estaba leyendo un libro. 

- Tu suéter, el que usas todo el tiempo, el que estás usando en este preciso momento. - Dice ella acariciando con su pie la calavera, y haciendo que él quite su atención del libro.

- Granny me lo hizo, es su regalo por Navidad. - Explica él.

- ¿Granny? - Pregunta ella sorprendida.

- Si, Granny, la abuela de Ruby, la dueña del pequeño restaurante al que sueles ir tan seguido. - Dice él chistosamente. 

- Sé quien es Granny tonto. - Dice ella. 

- ¿Qué significa tonto? - Pregunta él. 

- Es como decir nerd o friki. - Responde ella. 

- ¿Qué es nerd? - Pregunta él. 

- Dios mío, ese no es el punto de está conversación. - Se queja ella frustrada. - ¿Por qué Granny te tejió un suéter? - Pregunta. 

- No lo sé, supongo que será simplemente otra mujer tratando de ganarse mis encantos. - Dice él quitándole importancia al asunto.

- Pero te gusta. - Insiste ella, presintiendo que hay algo más en el asunto. 

- Si, me gusta. - Asiste él con sinceridad.

- Es solo que, no es el estilo que soles usar. - Dice ella. 

- Bueno, es que hace mucho que nadie me hacía nada, es eso. - Admite él con una sonrisa tímida, rascándose detrás de una de sus orejas de los nervios.

- ¿Qué queres decir? - Pregunta ella confundida.

- Mi mamá solía tejer. - Responde él después de un silencio donde duda si hablar o no, pero ella insiste dándole una pequeña patada en el pecho con su pie. Algunos viejos hábitos son difíciles de romper, pero ellos ya no tienen paredes entre ellos, solo a veces tienen que insistir y recordárselo mutuamente. 

- ¿De verdad? - Pregunta ella con una sonrisa.

- Si, mi mamá solía hacer nuestra ropa porque no había tiendas gigantes donde comprar como hay acá. - Explica él, perdiéndose en sus recuerdos. - Y una vez que se murió lo único que teníamos de ella era la ropa que nos había hecho. - Finaliza lentamente.

- Entiendo. - Dice Emma pensando en su manta de bebé, el la suave lana que su mamá usó para hacerla, y como fue un talismán para ella durante tantos años que la mantuvo conectada con una familia lejana. - ¿Todavía tenes alguna de las ropas? - Pregunta.

Mi Captain SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora