Home or something like it

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Hace una semana que regresaron del Inframundo, una semana que parecía más como si habría sido un año. La Oscuridad desvanecida, Killian rescatado, y todo volvió a la normalidad. Una nueva normalidad, pero lo importante es que estaban de regreso. 

Killian se queda en la casa de ella. No, la casa de ella no, la casa de ellos. Poco a poco va mudando todas sus pertenencias del Jolly Roger a la casa. Ella no lo presiona, ni lo apura. Sabe que necesita tiempo y espacio, para poder a volver sentirse como con todo, con ellos y sus vidas.

Él dice que la perdona, ella sabe que él entiende porque ella hizo todo lo que hizo (convertirlo en oscuro, matarlo, salvarlo), pero no puede dejar de preguntarse cuanto de todo lo que dice entenderla y perdonarla es verdad. Si su error más grande es quedarse con él, entonces volvería a hacerlo. Pero duele ver el dolor y la falta de confianza en sus ojos, y duele que se haya convertido en oscuro sin siquiera intentar resistir. Lo había traído nuevamente a la vida para estar con él, pero durante esos días nunca se sintió tan sola.

Su sacrificio casi la mata. Ella sabía que esa era la única manera, y sabía que no podía hacer nada para cambiarlo. Esa vez lo tuvo que dejar ir, lo dejo ir. Pero no sin antes prometer que iba a recuperarlo, como héroe esta vez. El viaje para recuperaro fue horroroso, pero la compañía y el apoyo de su familia fue más importante de lo que jamás habría admitido. Ellos fueron con ella para acompañarla, pero también fueron por él. Killian era parte de ellos al igual que ella, y eso la hacía sonreír cada vez que lo pensaba. Todos juntos unidos para recuperaro a él. Al amigo, al amor, a la familia.

Y ahora estaban devuelta. La casa tan grande que no se sentía como un hogar, al menos hasta ese entonces. Él se queda con ella, porque ya habían estado separados mucho tiempo y tenían miedo de perder. Ellos querían estar juntos. Encuentran consuelo en las caricias, en caminar agarrados de las manos, en intercambiar sonrisas desde la distancia, en los pequeños gestos. Las cosas no eran como antes, pero quizás nunca iban a serlo.

Él tiene pesadillas. Los recuerdos de las tres veces que murió en tan poco tiempo lo persiguen por las noches. Sus ojos se llenan de una oscuridad que demuestra que sus sonrisas no son del todo sinceras. Ella intenta estar allí para él, lo abraza hasta que se despierta y puede salir del estado de sus pesadillas, le susurra palabras confortadoras en el oído para calmarlo y demostrarle que no está solo. Él se aferra a ella con fuerzas, y nada más puede volverse a dormir si tiene su cabeza hundida en el pecho de ella y los dedos de sus manos entrelazados . Él no habla sobre eso, no puede hablar sobre eso; pero ella está y va a estar, para cuando quiera y pueda hacerlo.

Ella a veces piensa en Camelot. Piensa en su muerte, piensa en como no le hizo caso porque no podía perderlo. Piensa en las elecciones que hizo que los llevo a vivir los momentos más difíciles de sus vidas. Piensa en como tuvo que atravesar a su amor con Excallibur, en el peso de su cuerpo cuando cayó al césped. Nunca puede recordar como respirar cuando piensa en todas esas cosas. Pero él siempre lee cuando ella tiene unos de esos momentos y se asegura de estar cerca. La agarra de la mano y la refugia en sus brazos. Él le dice que la ama y que siempre la va a amar, y ella sabe que le está diciendo la verdad.

El pasado siempre va a estar presente entre ellos, los errores siempre van a ser parte de su historia. El futuro del que hablaron en Camelot era idílico y puro, sin contaminación de la oscuridad de sus decisiones. Ese futuro ya no era de ellos, ya no. Pero quizás, con tiempo y amor, puedan construir otro futuro. Un nuevo futuro juntos.

By: nothingimpossible

Mi Captain SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora