Capítulo 36. Se lo digo... No se lo digo... Se lo digo...

387 34 0
                                    

Todo el mundo habla de mi particular lluvia. Pero no precisamente lo usan como motivo de burla, en absoluto. Más bien se compadecen, y lo odio, mas llamadme mala pero cuando veo las miradas de asco que le lanzan a Dove me lleno de júbilo. Arranco uno a uno los pétalos de la pequeña flor. No sé si contarle ya o no a Harry lo de Nueva York. Tarde o temprano tendrá que enterarse. Suspiro. Anoche cuando regresé Dustin dormía en el sofá, sinceramente me entraron ganas de meterle una guindilla en la boca, pero me contuve. Esta mañana al entrar en la cocina ni siquiera le he mirado, dejando muy claro que ahora mismo no quiero saber absolutamente nada de él. Han cambiado tantas cosas en un día, más bien unas horas...; decidí ir al baile con Harry, luego pasó lo de Dove: la asquerosa y sus venganzas. Por la noche me abrí a él y le conté mis mayores temores, previamente el origen

de ellos. La noticia y escenita de mi hermano sobre Nueva York. El reencuentro con As y sus consejos... Sinceramente no se puede decir que no haya sido una noche de lo más movidita. El timbre suena, qué exasperante me resulta ese sonido. Gracias a Dios que pronto nos darán las vacaciones. A la salida una impresionante pelirroja se acerca a Blaire y se saludan en un efusivo abrazo. Antes de lograr escabullirme porque se aproximan a mí soy interceptada por el torbellino de mi amiga.

-¡Hess! Te presento a Sarah. Sarah esta es Hess. -le sonrío, no voy a darle ni dos besos ni la mano ni un abrazo.

-Hola, Hess, oído hablar mucho de ti. -miro a Blaire que niega con la cabeza. -Me refiero a Harry.

-¿Os conocéis? -pregunto enarcando una ceja.

-Sí bueno, nuestra historia tuvimos. -asiento, me niego a saber nada más. -Estuvimos juntos como dos años, perdimos la virginidad juntos. -esto... ¿por qué me lo cuentas? Blaire le da un codazo a Sarah. Le sonrío incómoda. -Dale recuerdos cuando lo veas, ya me han contado que sois folloamigos. -la cara se me desencaja y se va. ¿Éso es lo que dicen de nosotros? Flipando en colores regreso por el camino de siempre.

-¡Hessa! -grita Harry detrás de mí pero no me paro. Logra alcanzarme. -Pensé que volveríamos juntos.

-Vuelve con Sarah. -le espeto.

-¿Sarah?

-Vamos, Harry, no te hagas el estúpido. Ésa con la que te acostaste por primera vez. -se detiene y hago lo mismo.

-¿Quién coño te lo ha contado?

-Ella misma.

-¿Está aquí?

-¿Acaso no lo sabías?

-¿Qué cojones estás insinuando ahora, Hessa?

-No lo sé, como fuisteis novios pensé que te habrías enterado ya. -vale, mi reacción está siendo totalmente desmedida... Aunque quizá no.

-Hessa, lo poco que tuve con Sarah fue una estupidez. Perdimos la virginidad juntos, sí, pero hace ya cinco años de eso. No nos hemos visto desde aquel verano.

-¿De veras? Pues ella dice que estuvisteis juntos dos años y que además le has hablado bastante de mí. Al parecer nos tienen como"folloamigos". -alza ambas cejas.

-¿Y la vas a creer a ella? -se acerca y me pone las manos en las mejillas. -Vamos nena, no hagas caso a lo que la gente invente, hace cuatro o cinco años que no la veo. Y en cuanto a la pollada esa de folloamigos yo me encargaré. -chasqueo la lengua y suspirando asiento. Me da un corto beso en los labios y emprendemos nuevamente la marcha. Allá vamos Hessa Delevingne, que sea lo que Dios quiera.

-Harry debo decirte algo. -me mira y asiente, pero entonces su móvil suena. Me pide con el índice un minuto y se pone a hablar. Suspiro, ¿cómo se tomará lo de Nueva York? No está claro que vaya a marcharme pero, ¿qué será de nosotros si finalmente lo hago?

-Tengo que irme, mi abuela me necesita, pero puedes decírmelo ahora si quieres.

-Da igual, no es importante -«seguro que cuando él lo sepa no dirá lo mismo»- ve. -asiente y me da un abrazo. Inhalo su aroma y lo veo irse. Dios, echaré de menos cada milímetro de él. Deprimida y de bajón regreso a la casa.

Cuando entro Dustin se acerca a mí y comienza a disculparse y a decirme que no lo pensó, que estaba enfadado... bla, bla, BLA.

-Por Dios, Hess, no puedes estar enfadada eternamente.

-¿Qué eufemismo podría utilizar para decirte que ahora mismo te considero un auténtico gilipollas con un retraso enorme y al que no me apetece ver ni en pintura?

-La verdad es que ya no creo que sea necesario ningún eufemismo.

-Sí, encima ponte gracioso. -espeto. Agacha la mirada y una punzada de dolor hace que mi tesitura de enfado tiemble. Me giro y me voy, un minuto más con Dustin así delante de mí y sé que puedo llegar al extremo de hacer yo misma las maletas para irnos a Nueva York. Me tiro en mi cama con la imagen de mi defraudado hermano repitiéndose como un eco en mi mente. Entonces acude a mí un instante en el que también tuve esa expresión dolida pero no proveniente de un adulto de veintiuno, sino de un atormentado adolescente de dieciséis.


-Dustin esto no puede seguir así. -mi madre reprende a mi hermano con voz áspera.

-Hay demasiadas cosas que no pueden seguir así, pero siguen. -reprocha él.

-Por favor, no me vengas con ésas. Has sacado un cuatro en los últimos dos exámenes, ¿crees que llegarás a algo en la vida si sigues sin estudiar?, ¿si tan sólo te conformas con un mediocre cinco?

-Es difícil estudiar, preocuparte de que tu hermana esté bien, de que tu madre no lleve el día mal, y de que tu padre no se acerque un centímetro a ellas. -la voz de mi hermano va perdiendo fuerza conforme pronuncia cada palabra y siento que un nudo atenaza mi garganta. Mi madre se sienta a su lado.

-Cariño, tú no deberías ocuparte de eso... Tan sólo estudia, lábrate un buen futuro.

-¡¿Cómo que no debería?! Mamá, ¿crees que puedo estudiar mientras oigo a Hessa llorar?, ¿mientras papá rompe cosas, te pega y tú gritas?

-Sé que las cosas en casa no van bien últimamente, pero tu padre...

-¿Últimamente? Mamá, date cuenta, por favor. No han ido bien nunca. Jamás he visto sonreír a papá, se presentó borracho al hospital el día que Hess nació. -mi madre profiere un largo suspiro y entonces dice:

-Dustin, yo le quiero. -en la expresión de mi hermano brilla la decepción y yo no podría sentirme de peor forma mientras le contemplo.



Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora