Capítulo 28. Rumbo a Holmes Chapel... otra vez

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Mientras observo las nubes por la ventanilla del avión, recuerdo y me despido de mi maravilloso París. Francia me ha acogido con el mismo cariño con el que me ha dicho adiós. Me da pena irme pues ha sido una experiencia maravillosísima y la verdad es que jamás pensé que las cosas fuesen a cambiar tan rápido. Visualizo el rostro de Harry mientras observaba fascinado el precioso paisaje que se nos regalaba desde lo alto de la Torre Eiffel, allí tan iluminada e increíble parecía aún más irreal rodeada por el irresisitible París. Suspiro, en el fondo volver a Holmes Chapel ya no me parece tan aterrador. Claro que sigue albergando y liberando cada vez que quiere mis mil demonios, pero a estas alturas no me supone tan difícil afrontarlos como me parecía al llegar. Los ojos se me cierran lentamente y me dejo llevar por el sueño.

Una hora y veinte minutos no da para mucho así que prácticamente a rastras salgo del avión y mientras recogemos el equipaje Harry me mira de manera extraña.

-¿Qué pasa? -pregunto al fin.

-Nada. -será mentiroso...

-Nada no, algo habrá para que me mires así.

-Es que hablas en sueños. -el cuerpo se me pone rígido. ¿Habré mencionado a Drew?, ¿a David?, ¿a As?... ¿a Niall? Se ríe pero al verme así frunce el ceño. -¿Por qué te pones así tan de repente? -aparto la mirada. -Hessa... -niego con la cabeza y se detiene obligándome a mí también a hacerlo. -¿Qué pasa? -pregunta nuevamente pero con un tono de voz que a pesar de intentar ocultar revela que se está cabreando.

-Es que... El último día de instituto hablé con Niall, y semanas antes tocamos juntos una canción, él con la guitarra y yo con el piano. -va a hablar pero prosigo. -Cuando me enfadé contigo mi hermano me "echó" de casa en pijama y todo. -sonrío al imaginarme pero poniéndome seria otra vez continúo: -Me monté en el bus y me caí, un chico muy majo me ayudó y como el autobús iba a las afueras de Holmes Chapel me daba miedo volver sola, él se ofreció a acompañarme pero primero tenía que acompañarlo yo a él a su casa. -en su rostro veo que todo esto no le hace gracia y cuando voy a mencionar a David me mira con cara de: ¡¿Pero es que hay más?! -Uno o dos días antes de que tú aparecieras conocí en Roomies un pub-pizzería a David un chico de Cheshire East con el que hice un trato: si él me ganaba comienzo pizza diablo le tendría que dar mi número y nombre. Si ganaba yo; se quedaba con la duda. Obviamente ganó él. -calla esperando algo más pero al darse cuenta de que no hay más suspira. Espero y espero a que hable pero se limita a echar a andar. -¿Harry?

-Déjame, Hess. -ay va... al contrario de Dustin que me llama Hessa cuando se enfada conmigo, él me llama Hess.

-¿Estás enfadado? -insisto. Suspira exasperado.

-Sí y no. Al igual que me alivia saber que nadie más a probado tus labios me jode que me digas que dos tíos te han tirado los trastos de manera sutil y luego está lo de Niall.

-No me han tirado los trastos. -replico.

-No te ofendas pero soy un chico y sé como somos. El caso es que no tengo derecho a enfadarme así que limítate a dejar que se me pase solo, no quiero pagar nada contigo, ¿vale? -Dios... no esperaba eso. Pensaba que se pondría a gritarme de todo o que se enfadaría un montón conmigo, en cambio me ha comprendido, en cierto modo, y advertido para que no insista y acabe yo pagando el pato. Tampoco ha estallado con lo de Niall y me alegra saber que aunque le moleste que As y David hayan "tonteado"... (Yo no lo llamaría así para nada.) «Pero créeme, puedo lograr que seas tú la que me pida que te haga de todo.» Vale, quizá As fuese a matar pero David tampoco es que hiciese nada... «No iba a decirte que me pareces demasiado bonita como para venir de vacaciones a París sin novio» Vale, ambos tontearon en cierto modo y como iba diciendo me alegra que Harry haya sabido encajarlo sin estallar por los celos. «Al fin y al cabo no sois nada» aclara y pica una voz dentro de mí.

En el coche también doy algunas cabezadas hasta que paramos frente a casa. Miro a todos lados buscando a Harry.

-¿Y Ha...?

-Lo he dejado en su casa, no ha querido despertarte. -frunzo el ceño. Preferiría haberme

despertado y despedido en condiciones. Cuando entramos en casa son las una. Comemos algo y deshago el equipaje. Me doy una ducha y súper relajada me tiendo en la cama, hasta que al fin duermo las horas de sueño atrasadas.

Me miro en el espejo, todo parece más bajo desde aquí. ¿Cuanto mido? Observando la imagen reflejada descubro que no tengo diez ni once ni tampoco doce, el reflejo me indica que soy la Hessa de diecisiete años. Frunzo el ceño. La puerta principal se abre estrepitosamente haciéndome pegar un brinco. «Drew no, Drew no, por favor, por favor...» suplico mentalmente mientras me dirijo al salón. No importa si se trata de él o no, esto es una pesadilla pero no un recuerdo, seguro. Me defenderé sin problemas... Una sombra tambaleante cruza el umbral y me quedo de piedra.

-Harry... -susurro.

-Venga putita, tráeme algo de beber, el bar ha cerrado. -le miro con los ojos como platos. Él se acerca y Dios, apesta a alcohol barato y a cigarrillos. ¿Desde cuando fuma y bebe? La mirada inyectada en sangre hacen que el verde de sus ojos resalte de manera aterradora. -¿O a caso prefieres...? -su mano recorre mi muslo y aunque la oscuridad no aflora siento la desazón de siempre. Intento apartarme pero él sigue manoseándome. Le doy un fuerte empujón con lágrimas en los ojos. -¡Zorra! -grita mientras se abalanza sobre mí. Tras darme algunos bofetones me arranca la ropa.

Eternal ▴ H. S [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora