Estaba feliz por aquella noticia, me dirigí a mi habitación para asearme un poco y después salí a despedir a mis compañeros que ya volverían a Cuántico. Todos se quedaron algo extrañados de que no fuera con ellos, menos Morgan y Rossi.
Morgan me miró sonriendo pícaramente, a lo que decidí ignorarlo. Mientras que Rossi lo hacía con una mirada cómplice. No entendía muy bien aquella situación; lo bueno fue que no duró mucho ya que tenían que salir de inmediato para el aeropuerto. Tras su marcha, hablé con el gerente del hotel para alargar mi estancia hasta que se me acabara el permiso.
Ya no tenía nada más que hacer, me había leído todos los libros que había traído y la idea de salir a tomar algo no me apetecía en absoluto. Dudaba y dudaba sobre ir a ver a Victoria. No quería que pensara mal de mí al ir tanto a verla. Hacía solo unas horas que me fui de su habitación.
VICTORIA
Había caído la noche y me encontraba sola en aquella habitación. Quería... deseaba que Spencer volviera. Sentía mucho miedo y una ansiedad creciente con cada minuto que pasaba. Era incapaz de comer, de hecho, la comida que me había traído un amable enfermera nocturna seguía intacta en la mesa. Intenté dormir pero el mero hecho de cerrar los ojos hacía que mi pulso se acelerara.
La agujas del reloj seguían sonando, rompiendo el silencio de la noche. Ya era tarde y seguramente Spencer no vendría.
Pero que idiota, ¿porqué tendría que venir a cuidarme? No nos conocíamos apenas, tan solo habíamos hablado en dos ocasiones y no es que fueran en buenos momentos. Aun así no me había dejado sola ni un minuto... hasta ahora. Así, intentando auto convencerme de que pasaría la noche sola comencé a respirar profundamente a medida que cerraba los ojos. Pero nada funcionaba, seguía comiéndome el miedo.
De repente alguien tocó en la puerta de mi habitación, y abrió lentamente. Mi corazón se aceleró bruscamente hasta que le vi. Había venido. Era Spencer, con su habitual timidez.
-Esto... no sabía si seguirías despierta. ¿Puedo pasar?
-Claro. -Conteste con una gran sonrisa.- Pensé que estabas durmiendo o de camino al aeropuerto.
-Mis compañeros se fueron hace unas horas, yo te prometí que te ayudaría y aquí estoy. -Tras decir eso tuve unas ganas increíbles de llorar y no sabía porque. El cariño que me estaba dando y todo el apoyo que quería darme me hicieron sentir no tan sola, entre tanta oscuridad. A pesar de que estaba mal, él no me dejaba caer.
-No sé como agradecerte todo esto. Tampoco quiero que te sientas obligado a hacerlo. -Durante nuestra conversación cerró la puerta y se sentó en ese incómodo sillón que había al lado de mi cama.
-No es obligación, quiero hacerlo. -Me miró con decisión pero sin perder esa timidez que lo hacía tan característico. -¿Que tal estas?
-La verdad es que bastante mal, soy incapaz de dormir. -Tras decir eso suspiré, y pensé en que lo peor parecía no haber acabado aún.
-¿Ansiedad?
-Si, soy incapaz de cerrar los ojos sin ver aquel zulo. -Nos quedamos un minuto en silencio, él parecía querer decir algo pero dudaba entre si hacerlo o no. - Pero si te digo la verdad, no quiero hablar más de eso.
-¿Quieres que me vaya? -Preguntó con algo de inquietud. Lo cual me hizo sonreír, aquel chico era realmente dulce sin querer serlo.
-¡No! No decía eso. Quiero que me hables de ti. Quiero conocerte. Estas haciendo mucho por mi y solo sé tu nombre y tu trabajo.
Ambos sonreímos y el acercó aquel incómodo sillón más a mi cama.
Me sentía tan bien cuando estaba con él, no quería dejarlo marchar nunca.
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Oscuridad (Spencer Reid)
FanficÉl, el genio, había trabajado en una infinidad de casos y ninguno fue tan especial como este. Algo cambio, ahora no era el asesino quien atraía su atención sino Ella. La UAC se enfrentará a su caso más complicado.