Capítulo 8

9.5K 702 12
                                    

Al llegar a la escena del crimen y observar todo lo que aquel sudes era capaz de hacer, se me heló la sangre. Se había vuelto mucho más violento, la sangre manchaba las paredes y la visión de los cuerpos era aterradora. Ella volvió de pronto a mi mente. Intentaba convencerme de que estaría bien, que no sería torturada.

Pero, la gran incógnita seguía vigente... ¿Porqué un secuestro ahora? Después de asesinatos violentos y familias destrozadas sin ningún tipo de compasión, que pretendía con un secuestro.

-Está más enfadado de lo que pensábamos. -Apuntó Morgan.

Tragué saliva ante la visión que se produjo en mi mente.

-¿Y si ella le hizo enfadar? -Ante esta pregunta todos miramos a Emily. -Pensadlo bien, secuestró a Victoria sin motivo aparente, después pararon los asesinatos hasta que volvió a actuar de una forma más violenta que las demás veces. Evidentemente algo le hizo enfadar.

-¿Y si esperaba algún vínculo emocional con Victoria? -Preguntó Morgan en voz alta aunque básicamente sabíamos la respuesta.

-Por eso se la llevó; puede que le recordara a alguien de su pasado. Alguien a quien no podria hacerle daño. -Rossi dirigió una mirada hacia la habitación del hijo de la familia. -El sexo de los chicos cambia, no parece seguir un patrón. Diría que es el asesino más cruel que he visto, no tiene compasión por nada ni por nadie.

-Tal vez tuvo una familia numerosa, o vivió algún tiempo en una casa de acogida. Le tiene odio a las figuras paternas y los mata con resentimiento y crueldad, sin embargo, los niños no sufren. Es como si reviviera algo. -Mientras que Aaron hablaba mi mente comenzó a dar vueltas. De repente mi mirada se dirigió a un punto concreto de la habitación y un montón de ideas conectaron en mi cabeza.

-Lo tengo. -Todo el equipo dirigió su mirada hacia mí.

VICTORIA

Mis ojos se fueron abriendo de nuevo, poco a poco mi visión fue siendo menos borrosa y comencé a sentir dolor. Todo mi cuerpo estaba tenso y miles de punzadas dolorosas hacían que quisiera seguir durmiendo. De repente sentí un golpe fuerte y seco sobre mi estómago.

Mi cuerpo se sacudió violentamente y fue la primera vez en todo el tiempo que llevaba allí, en el que mi cuerpo reaccionó de forma rápida.

Volví a sentir otro golpe, y otro, y otro más. Cada vez dados con más violencia y cada vez más dolorosos. Hasta que de repente se detuvo y pude centrarme en abrir los ojos. Mi mirada se centró en unas botas negras desgastadas, y en unos vaqueros viejos.

Mi secuestrador.

El asesino de mi familia.

Estaba a su merced, podría matarme pero no lo hacía. Entonces, comencé a pensar con claridad, pero, si ser lo suficientemente valiente como para mirarle a la cara. ¿Por qué no me había matado aún? ¿Qué le hacía retenerme? Y lo peor de todo, ¿hasta cuando duraría esta situación?

Su respiración se relajó poco a poco, era como una bestia que descansaba después de devorar a su presa.

Un suspiro salio de su garganta.

Y entonces comenzó a andar hasta la puerta, llegó hasta ella y se disponía a salir cuando sus pasos se detuvieron.

El miedo recorrió toda mi columna y volví a cerrar los ojos rezando para que no me volviera a golpear. Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos pero eso era algo que no estaba dispuesta a tolerar, aunque me costara la vida, no lloraría delante de él.

-¿Porqué nunca me miras Samy? -Su voz estaba rota, estaba... ¡¿llorando?!

Oscuridad (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora