El shinki mostró una sonrisa tiesa mientras aturdido miraba a la humana frente a él. Hasta cierto punto su rostro había obtenido una tonalidad azul y una gota de sudor recorrió su mejilla al tiempo que tragaba saliva.
— ¿Confesarle que cosa?
La Iki se sonrojo y apretó los labios antes de mirar a otro lado con obvia vergüenza.
—Es... Es una broma ¿No, Hiyori?
Extendió hacia ella una mano temblorosa conforme su sonrisa se hacía aún más rígida.
—No lo es—respondió sería pero aún tímida, incapaz de mirar a los ojos a su rubio amigo.
Los ojos de Yukine fueron ocultos por su flequillo al tiempo que golpeaba la mesa.
— Yu... ¿Yukine-kun?
Hiyori finalmente se había decidido a mirarlo, solo para notar que el objeto con el que golpeaba la mesa no era otra más que su propia frente.
— ¡No es posible! ¡No es posible! ¡Esto es un mal sueño!— Exclamaba mientras continuaba golpeándose contra la mesa.
— T... ¿Tan grave es?— Cuestiono nerviosa la castaña mientras sonreía algo decaída. En ese momento, la regalía suspiro deteniéndose de repente y mirando a Hiyori con los ojos vacíos y la frente enrojecida por los golpes.
— Definitivamente estas enferma.
— ¿De qué hablas? ¡Mi fiebre no tiene nada que ver!
Yukine suspiro de nuevo y se sujetó el cabello dejando ver la frustración en su expresión.
—Es que... Jamás creí que tendrías tan malos gustos. Es decir ¿Qué tiene de bueno ese vago? ¡Una vez intento rentarme a Ebisu! Además es un pervertido acosador y me roba el dinero que gano trabajando para Kofuku... — Cada vez su expresión iba tomando más y más forma de reproche. Hiyori sonrió y miro hacia abajo.
— Sé todo eso... — Respondió cerrando los ojos y tomando una bocanada de aire— Ni siquiera yo lo entiendo... ¿Cómo pude enamorarme de él?
El rubio torció un poco la boca y bajo la mirada al ver la tristeza de su compañera. Suspiro una vez más y coloco las dos manos detrás de su nuca mirando ahora hacia el techo del comedor intentando asimilar la situación.
— Es increíble...— Musito con tono cada vez más cansado mientras de a poco se notaba que se rendía ante el pensamiento.
— Lo siento...— Dijo con suavidad Hiyori sintiendo que era lo único que podía decir en ese momento. La regalía se mantuvo mirando vacíamente el techo del lugar suspirando una última vez.
— No tienes nada de que disculparte, Hiyori... Perdón, debí reaccionar de otra manera, pero yo... simplemente no puedo imaginarlo, y aún menos que...— Contesto el rubio silenciando en la última parte, entendiendo que sus palabras podrían terminar hiriendo de nuevo a su amiga.
— Esta bien— Repuso ella sonriendo aun — Yo estoy bien con que Yato me haya rechazado... Creo que puedo entenderlo.
Yukine se acomodó para verla, poniendo una expresión seria.
— Pues yo no lo entiendo— Dijo frunciendo el entrecejo— ¿Por qué lo haría? ¡Es obvio que él te adora!— La exaltación lo había hecho gritar esa última parte, pero no tardo en recapacitar y cubrirse la boca con la mano. Pronto miro a la Iki con preocupación, enserio, ¿Por qué no podía dejar de decir cosas que podían lastimarla?
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¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?
RomanceGracias a sus amigas Hiyori comienza a cuestionarse que clase de sentimientos tiene hacia Yato... ¿Solo son de amistad o son románticos?