Capitulo 17: ¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?

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— ¿En verdad quieres oírlo?— pregunto la deidad mirando con frialdad y seriedad a la ayakashi que estaba a unos metros de distancia de él. Hasta hacia poco su actitud era la de siempre, pero ahora había vuelto a ser el Yato gélido y distante que surgió después de aquella confesión.

Hiyori paso saliva y miro con toda su voluntad reunida a Yato, sintiendo dolor al ver esos ojos y escuchar esa voz que no denotaban ninguna clase de amabilidad.

"¿En verdad quieres oírlo?"

Claro, de no ser así no habría preguntado... Pero, ¿En verdad quería saberlo?

De repente le invadió un miedo que superaba su timidez y tristeza, el presentimiento de que su corazón terminaría por romperse más si Yato le contestaba.

¿Qué era lo peor que podía pasar? ¿Qué era lo peor que podía decir? No lo sabía, y tenía miedo de saberlo. Quizás Yato podría ser realmente cruel al ser honesto, quizás escucharía lo que más temía oír...

Bajó la mirada, dudando de su propia voluntad mientras sus delgados hombros comenzaban a temblar por el esfuerzo de contener sus emociones.

El dios de la calamidad se mantuvo solo mirándola, conteniéndose de igual forma, soportando el impulso de a ir a tranquilizarla y consolarla... Porque sabía que no debía, que tenía que ser firme. Por el bien de todo, él debía ser firme.

Sin decir nada al no haber escuchado respuesta, simplemente dio media vuelta y metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón empezó a caminar moviendo con poco ánimo las dos piernas. Avanzó con la mirada baja y el flequillo negro cubriéndole los ojos mientras apretaba los labios, dispuesto a dejarla atrás.

Lo sabía, que hablar con ella aun no era lo adecuado. Aun había tanta tensión entre ambos que resultaba hiriente ¿Cómo poder volver a los días de antes? ¿Cómo retomar la actitud de siempre? Incluso para él era difícil...

Cuando volvió al hogar de Kofuku ya había anochecido, sus pensamientos le tenían tan sumido que vagamente presto atención a la hora que era. Simplemente llego y se tumbó en el futon para evitar cuestiones. Hacía ya bastantes días que Hiyori no se había parado en ese lugar, y sabía que la principal causa era él. Suspiro y se giró de manera que quedo frente a la pared de la habitación, permaneciendo con los ojos abiertos se mantuvo mirándola. Incluso Yukine se estaba viendo afectado por la situación... ¿Qué podía hacer?

Se sentía atormentado, culpable, dolido... Esos sentimientos quizás le causaban más sufrimiento que ser contaminado.

— ¿Por qué las cosas no pueden ser fáciles?— Masculló en voz baja reflejando su frustración en el tono de su voz.

— Eso es porque tú no lo quieres— Contestó Yukine consiguiendo que su maestro se sorprendiera.

— Estas aquí...— Pronunció el dios moviendo la cabeza para verle, el shinki estaba recargado en la pared mirando a su dueño con una expresión seria.

— Entre poco después de ti. Estas tan concentrado en tus pensamientos que no lo notaste...— Respondió el adolescente suspirando y cerrando los ojos.

Yato no dijo nada después de aquellas palabras, simplemente regreso sus ojos a la pared frente a él y nuevamente intento regresar a sus pensamientos.

— Hiyori...— Volvió a hablar la regalía obteniendo la atención de la deidad solo con pronunciar el nombre de aquella chica— Ella ya me había hablado de lo que sucedió entre ustedes dos—completo aun con la expresión seria.

¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora