Capitulo 13: Imposible.

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—Ehhh... Así que después de todo el corazón de Hiyorin si le pertenecía a alguien.

De una manera más calmada, ahora ambas mujeres conversaban en aquella pequeña sala de estar, cada una sentada frente a la otra bebiendo algo de té sugerido por la diosa de actitud infantil. Había hablado de ello con Kafuku, porque la apreciaba como a una amiga y sabía que quizás le haría mejor hablar de una vez en lugar de estar guardándose todo. Sin embargo, no le había contado todo, solo la parte en la que había descubierto sus propios sentimientos hacia alguien y que la situación era complicada por ser un amor imposible.

La aludida se sonrojo y bajo la mirada mientras ponía una expresión avergonzada después de las palabras que la deidad había pronunciado.

Su corazón perteneciéndole a alguien... Pensar en aquello la hacía sentirse avergonzada, porque realmente nunca se había puesto a pensar con seriedad en cosas como el amor o romance. Sin embargo, pese a la vergüenza y el nerviosismo que ese nuevo sentimiento le provocaba, sentía un tibio y dulce calor en su pecho, acompañado por un dolor.

— ¿No crees que es triste?—Cuestiono al cabo de unos segundos mientras bajaba la mirada, refiriéndose a la parte en la que su primer amor se trataba de un romance imposible.

La pelirrosa bajo con delicadeza la taza de té que había en sus manos depositándola con suavidad sobre la mesa y miro a la humanada con una sonrisa amable dibujada en sus labios.

—No es así— Respondió mirando con una calidez casi maternal a Hiyori, en una de las pocas veces que actuaba con seriedad— Es verdad que el corazón de los humanos sufre más complicaciones y cambios que el de los dioses, sin embargo... No he visto a un humano maldecir a su suerte por enamorarse cuando está en el florecimiento de su amor— Continuo antes de atirantarse sobre la mesa para obtener una posición estirando los dos brazos sobre su lugar alcanzando solo aire con sus dedos— ¿O acaso te arrepientes, Hiyorin?

En ese momento, nuevamente la miro con su expresión relajada y traviesa de siempre.

Los orbes lila de la Iki se abrieron más mientras interpretaba las palabras de la cuestión de la diosa de la pobreza.

Arrepentirse...

Arrepentirse...

Sus sentimientos recién descubiertos le traían dolor sin duda. Y también pensaba que la persona por la que su corazón se había inclinado era un mal partido, después de todo Yato era un mal hombre bajo ciertas críticas; Era infantil, caprichoso, irresponsable, un vago, mal administrador, y muchas otras cosas malas, pero... Dentro de ella sabía muy bien lo bueno que era. En todas las situaciones peligrosas, él se había encargado de cuidar de ella. A veces más que un amigo, se preocupaba por ella como un padre... Incluso había dicho que ningún hombre era digno de ella.

Suspiro y empezó a jugar con sus manos en un intento de despejar su mente un poco.

—No— Respondió sin notar la sonrisa que se había formado en sus labios al momento de contestar.

No se arrepentía. Con certeza, sus sentimientos de amor hacia Yato le traían sufrimiento y habían hecho que no fuera capaz de concentrarse en nada, pero no era capaz de odiarlos.

Porque quería a Yato...

En verdad lo quería. No importaba si era un amor destinado al fracaso y a ser unilateral, ella jamás se arrepentiría de haber conocido a ese dios inútil y tampoco de amarlo, porque esos nuevos sentimientos demostraban lo bueno que aquel dios de la calamidad podía ser. Quizás tenia malos gustos, quizás sonaba un poco masoquista e idiota, pero Yato era un buen sujeto, el mejor de los que había conocido en su vida, y era por esa misma razón por la que ella se había enamorado de él.

¿Qué Clase de Sentimientos Tienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora