Me sentía tan indignada, no podía saber qué era lo que había pasado en realidad, mi mente no se enfocaba, no podía pensar con claridad. La cólera que sentía no me permitía ver más allá de las cosas, no me permitía saber la verdad y sólo me dejaba dominar por lo horrible que había sentido al imaginar a Hassel follando con otra, o con su hermana, no podía saberlo. No podía creer que había ido a buscarlo, dispuesta a hablar con él para ver a dónde mierda iba a parar todo eso raro que sentía. No podía creer que en el primer intento de darle una oportunidad a alguien me salía todo mal. Pensé que valía la pena tomar el riesgo, pensé que Hassel valía la pena. Pero ya no sabía qué era real en ese momento y sólo tenía ganas de estar en mi casa. Detuve el auto al ver que Nia estaba caminando hacia mí, ya que estaba a punto de irme, olvidándola a ella en ese horrible lugar. Nia subió al auto, se veía seria, relajada y tranquila. «¿Qué le pasa? Debería estar echando humo por las orejas igual que yo» Abrí la guantera y tomé un cigarrillo, lo encendí con un mechero que tenía escondido bajo la alfombra del auto. Ella me veía con desagrado mientras soltaba el humo por mi boca.
—Cada quien se arruina la vida a su manera. Tú, por ejemplo; con alguien que te trata como una mierda y lo permites. —No dijo nada, pero se veía enojada por lo que dije y su rostro ya no gritaba tranquilidad. No me importaba, ella sabía que era verdad y no podía negarlo. Nunca pudo negarme nada, porque yo siempre tenía razón y no le gustaba aceptarlo.
—No quiero hablar sobre eso, hay algo que debes saber...
—Si tiene algo que ver con Hassel, te pido con todo mi corazón que te ahorres lo que tienes que decir, no quiero saber absolutamente nada de él, no pienso hablarle nunca y espero que me apoyes con eso. ¿Puedes?—interrumpí antes de que dijera algo. En ese momento pude ver con claridad todo, pero ya había hecho un drama y no podía retractarme.
—Por favor, ¡es algo muy simple, nada es lo que tú crees! Tienes que escu...
—¡Cállate, cállate, no quiero escuchar nada de él y es mi última palabra!—respondí hastiada. Ya sabía, Emma sí era su hermana y no estaban follando como yo lo pensé. Seguramente había otras personas en ese lugar haciendo puercadas en la oficina de Hassel.
—Lia, ¿sabes algo? Me voy con Shane—pegué un freno en seco que hizo que las llantas chillaran. No podía creerlo.
—¿Es en serio, Nia ?—no quería verla a la cara, debía estar bromeando.
—Sí, muy en serio. ¿Puedes dejarme en su casa?— sonrió, descarada. Todo para fastidiarme, ella sabe más que nadie como hacerlo.
—Ni de coña, eres una estúpida, no puedo creer que sigas siendo la misma tonta. Debería darte vergüenza lo que...
—¡Perfecto! Iré yo sola, no te necesito—abrió la puerta del auto y salió.
—¡Ok! ¡Ojalá que te atropelle un auto para que te quite lo tonta!—le grité al darme cuenta de que no regresaría al auto.
—¡Excelente!—sacó su dedo de en medio y siguió caminando.
—¡Bueno!—encendí el auto y arranqué a toda velocidad, dejando una nube de polvo para que se lo tragara. Gritaba con todas mis fuerzas y un millón de obscenidades salieron de mi boca en ese momento. Al llegar a casa, tiré el resto del cigarrillo y lo aplasté con la planta de mi zapato. Abrí la puerta y mamá estaba viendo televisión con un tazón de palomitas sobre sus piernas.
—¿A dónde fuiste?—puso el tazón sobre el sofá y caminó hacia mí. «Genial, lo que me faltaba. Un sermón de mamá» «Mamá, fíjate que perdí mi dignidad porque fui detrás de un chico y estaba con otra, así yo pensé que era una de sus conquistas y ardí en celos, haciendo un show delante de todos. A lo que mi madre respondería "¿Dónde está tu orgullo, basura?"»
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Love Again © I [EDITANDO]
Teen Fiction-"Los sabios dicen que sólo los tontos se apresuran, pero yo no puedo evitar enamorarme de ti"-cantó la estrofa de la canción, viéndome a los ojos y mientras bailábamos al ritmo lento de la música. -"¿Me quedo? ¿Sería un pecado si no puedo evita...