[Esta no es la típica historia de una chica mala que se enamora y cambia por amor.]
—¡Hora de despertar, mis queridos borrachos!—escuché el ruido de una sartén siendo fuertemente golpeada con un palo de metal. En ese momento sentí diez mil kilos en mi cabeza y sentí como si un camión de carga pesada me hubiese pasado por encima, los ojos me pesaban y cada onda de sonido era como un boxeador golpeándome contra la pared. Escuché los quejidos de los chicos quienes tenían la resaca con la misma intensidad que yo y el idiota de Charlie haciendo ruido para despertarnos como si nunca hubiese habido una súper fiesta ayer. Él parecía más fresco, tranquilo y relajado a comparación de nosotros, que aún seguíamos tirados en el piso y sin recordar absolutamente nada.
—¡Jode a tu madre, Charlie!—gruñí desesperada y traté de taparme los oídos. La cabeza me daba vueltas.
—No tengo la intención de joder el alma en pena de mi madre, ¡Levántate!—siguió haciendo ruido, hasta que todos nos levantamos... o lo intentamos.
—Mierda, ¿Qué hora es?—preguntó Nia mientras sostenía su cabeza y trataba de abrir los ojos. Su cabello estaba lleno de arena.
—Las 9 am. Tengo otro regalo para ti, Lia. ¡Vengan todos!—salió de la habitación y todos nos volteamos a ver desconcertados.
«Un momento, ¿Dónde está Hassel?» No estaba con nosotros, no había rastros de alguna prenda rota, como la camisa de Sean que estaba casi hecha cenizas. ¿Qué demonios pasó anoche? Traté de buscar mi bolso y mi teléfono para localizarlo, ¡pero tampoco aparecía por ningún lado! Por inercia, me levanté y salí de la habitación. ¡Todo estaba limpio! No había ningún rastro de alguna fiesta nocturna, ni vasos, ni botellas, ni globos. Nada.
—Qué pinta tan espantosa tienes hoy... —reconocí esa voz detrás de mí y cerré los ojos en forma de alivio. Al menos estaba vivo.
—¿Y qué esperabas, eh?—pregunté juguetona, ignorando lo demás a mi alrededor. Sólo éramos él y yo tratando de conectarnos entre la nada.
—Pues no sé, te las das de ebria experta y mira nada más cómo estás—soltó una carcajada y me di la vuelta para verlo. Se veía un poco ¿nervioso? y extraño. Sus hombros se veían caídos, él se veía desánimo. «¿Tendrá la resaca tan fuerte?»
—¿Te fuiste anoche?—decidí ignorar su comentario y hacerme la preocupada, necesitaba saber qué coño le pasaba o al menos saber qué tanto desastre hicimos ayer. No recordaba nada de lo que pasó. No había una sola señal de que hubiese ingerido alcohol y tanta cosa que bebimos ayer.
—No iba a dejarte aquí sola con los borrachos, que, por cierto, ya estaban en el quinto viaje astral. Solamente dejé de beber cuando me di cuenta que ya estabas hablando en chino y ellos en ruso—negó con la cabeza y se acercó a mí para tomar mi mano de una manera tan pausada. Como si tuviera miedo, como si sintiera culpa. «¿Por qué tengo que darme cuenta de esto? ¿Por qué no puedo simplemente ignorar la realidad y ser feliz en la ignorancia?» Algo le pasaba y eso me frustraba demasiado.
—Ese era mi lema, Sanders. "Emborracharme hasta ver a Jesucristo", pero me gusta más el tuyo, así que lo cambiaré por "Emborracharme hasta hablar en chino"—reímos como tontos. Él fijó sus ojos en los míos y de nuevo sentí esa extraña sensación que recorría mi cuerpo. Soltó una risa burlona, intentó disimularlo poniendo las yemas de sus dedos en mi rostro.
—¿De qué te ríes?—dije nerviosa. No entendía nada, algo andaba mal en el ambiente. Se sentía como si algo malo estuviera a punto de pasar, el tiempo transcurría más rápido y mi corazón estaba acelerado, sentía...miedo.
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Love Again © I [EDITANDO]
Teen Fiction-"Los sabios dicen que sólo los tontos se apresuran, pero yo no puedo evitar enamorarme de ti"-cantó la estrofa de la canción, viéndome a los ojos y mientras bailábamos al ritmo lento de la música. -"¿Me quedo? ¿Sería un pecado si no puedo evita...