Love Again © I [EDITANDO]

10. Tiro por la culata

...

—¡Joder!—me levanté de un brinco, Nia saltaba encima de mí como si estuviese follando con Shane. Mi respiración estaba agitada y tenía gotas de sudor en mi frente.

—¡Levántate, floja! ¿Qué estabas soñando, eh?—me lanzó una almohada y me di cuenta que sólo había sido un sueño, un horrible sueño. Ew.

—¿Qué mierda?—restregué mis ojos y miré a mi alrededor. No sentí la alarma. Maldito sueño.

—Estuve esperándote y llamé a tu mamá, me dijo que seguías durmiendo y vine a levantarte. ¡Vamos a por él!—quitó la sábana de mi cuerpo, dejando a la vista mis medias de colores de diferente par. «Era una moda para mí»

—Tuve un horrible sueño. ¡Ahh!—gruñí y me levanté para entrar al baño y lavarme el rostro. Nia me seguía, esa era nuestra confianza. Podíamos estar haciendo nuestras necesidades, pero ella entraba como si nada.

—¿Qué fue? ¡Cuéntame!—habló con emoción, como si eso fuese para alegrarse y dar brincos de alegría, no lo era para mí.

—Soñé con Hassel y...—hizo un gesto pícaro—¡No hagas eso! ¡No fue nada bonito!—le lancé agua a la cara y reímos—Soñé que teníamos un hijo que se llamaba Edward. ¿Puedes creer esa pendejada? ¡Qué horror!

—¿Ya te diste cuenta qué te gusta más de lo que debería?

—No empieces con tus cosas. Ya son tres días que sueño con él, me siento perturbada y hasta me da miedo dormir. Es como una pesadilla—sacudí mi cabeza para olvidar mis sueños con él.

—¡Te estás enamorando!

—Qué bonito buenos días, me vas a hacer llorar de la emoción, ¡me derrito!—fingí desmayarme sobre la cama de una manera muy dramática.

—Lia, no seas ridícula—puso los ojos en blanco y se lanzó de espaldas a la cama.

—Ya para con eso, no me interesa nada que tenga que ver con Hassel, no me importa su insignificante existencia—sin más preámbulo, me metí a la ducha e hice toda mi rutina matutina.

...

Íbamos de camino a Cherryville en mi auto, cantábamos a todo pulmón la canción "Crawling" de Linkin Park. Me encantaba cantar como si no hubiese un mañana con ella, siempre le poníamos sentimiento a las canciones. Recuerdo que hacíamos pijamadas y Karaoke a las 3 am y mi madre apagaba el Flip On desde el sótano para dejarnos sin energía toda la noche. Quizá temía que en vez de cantar rock estuviésemos invocando a satanás.

—¡Crawling in my skin, these wounds, they will not heal! —cantamos al unísono, parecía que los vidrios del auto estaban a punto de romperse gracias a nuestra maravillosa voz angelical—¡Fear is how I fall, confusing what is real!

—¡Ya, ya!—gritó Nia, exhausta de nuestro maravilloso concierto—¡Terminaré con un tumor cerebral por tu culpa!

—¿Disculpa? Mi voz está hecha por un hermoso ángel—me defendí orgullosa.

—El ángel de la muerte, quizá—reímos a carcajadas. Después de pasar un rato cantando como locas, llegamos a la prueba de fuego. Me sentía nerviosa y con el corazón a punto de salirme del pecho. Mis manos temblaban y Nia notaba mi nerviosismo, apretó mi mano y entramos. Sabía que Hassel querría explicarme lo que pasó, pero no quería ni siquiera verlo, sólo quería que él me viera actuando como si no existiera para mí. Evité por completo voltear a ver hacia los lados para no encontrarme con el idiota de Hassel. Llegamos a una mesa junto a las ventanas, «mucho mejor» una excusa para ver a la calle y no en el interior del restaurante.