22. Hermana

43 4 1
                                    

—Lia, ¿consumiste algún tipo de droga alucinógena antes de venir?—arqueó una ceja y arrugó su frente, pude notar cierta inquietud en su voz. Estaba dudando hasta de ella misma.

La entendía, por poco pensé que era una mala broma de parte de ellos. Mis manos comenzaron a sudar, esa sensación de desatar una gran verdad era nueva para mí. Tenía miedo, miedo de su reacción y que llegara a rechazarme o incluso; no creerme. No sabía cómo empezar, no sabía qué decir, no sabía cómo explicarle que después de tantos chistes y bromas que hicimos sobre ser hermanas, todas resultaron verdad. Cómo decirle que corremos con la misma mala suerte de llevar la sangre de una persona a la que le importamos un carajo y que nunca se ha preocupado por saber de nuestra vida. Ya no quería verla sufrir más, no quería que pasara un minuto más en casa de Shane, quería tenerla a salvo conmigo, aunque viviéramos bajo un puente. Pero también tenía miedo de lastimarla con la cruda verdad. Resoplé, resignada a decirle todo.

—Nia, el imbécil de Benjamin también es tu papá—solté sin tantos rodeos y tapujos. No era necesario tener tantas contemplaciones si tan sólo la maldita verdad dolía, una palabra de consuelo y ánimo no ayudaría en nada. Nia mantuvo su expresión, pero bajó la mirada para tratar de analizar y asimilar la bomba que acababa de soltar—Te juro que yo no sabía nada hasta el día de ayer, lo escuché hablando con mamá y todo se salió de control. ¿Sabes qué significa eso?—no respondió, cubrió su rostro con las manos mientras soltaba sus lágrimas—Significa que vivimos engañadas toda la vida, que somos hermanas, que tenemos la misma sangre, el mismo padre idiota y que por fin voy a poder sacarte de esta maldita jaula en la que vives—salté para darle un abrazo, sólo quería estar con ella, que se sintiera segura conmigo y que viera por primera vez la luz al final del túnel de su vida. Sentí su cuerpo vibrando y tensionado, estaba llorando. Tenía escritas en su frente varias emociones, se sentía decepcionada, enojada y triste. Ella siempre pensó que su verdadero padre era una buena persona, alguien que tal vez la esperaba con ansia y moría por conocerla. Pero no, era el mismo idiota que me abandonó a mí.

—Nia, por favor, dime algo...—traté de quitar las manos que cubrían sus ojos, pero los presionaba más. Mi teléfono vibró al instante y me aparté de Nia para verlo. Era él; Hassel.

«Idiota. ¿Qué te hace pensar que voy a contestarte?»

Lancé el teléfono a la pared y este se rompió en pedacitos. Me enfermaba sentirme impotente y no poder hacer nada al respecto, odiaba a Sanders, a Freud, a Shane, odiaba a la estúpida de Emma y a su madre. Me odiaba a mí misma por haberme dejado insultar por ella en vez de destruirle la cara contra la pared. Odiaba a Nia por quedarse callada.

Nia levantó la mirada y su rostro cubierto de lágrimas destrozó mi corazón.

«Otra razón más para odiarte, Benjamin»

—Por favor...—repetí. Apreté sus manos, pero ella no dejaba de sollozar como un bebé—Sé que esto es muy difícil para ti, pero yo no voy a abandonarte jamás—la abracé fuerte para que se desahogara y ser la amiga fuerte que siempre está para brindar apoyo. Pero ambas terminamos llorando como niñitas.

...

—Ya no quiero seguir hablando de esto—limpió sus lágrimas luego de escuchar todo lo que había pasado y como le siguió valiendo un pepino a Benjamin aun sabiendo que yo escuché lo que dijo. Y que, hasta ese momento, seguía sin aparecer, sin buscarnos, sin preocuparse por nosotras.

Miré mi cara frente al espejo y me veía horrible. Con ojeras, pálida y los ojos hinchados. Llevaba muchos días sin poder dormir bien, sin comer bien y emborracharme cada vez que podía y consumir mis polvos.

—Mejor cuéntame con quién coño te quedaste anoche y porque traías esa cara de horror cuando llegaste—fingió una sonrisa. No podía mentirle a ella, siempre me descubría al intento. No me molestaba que ella conociera todas mis debilidades, porque no se aprovechaba de eso para hacerme daño.

Love Again © I [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora