28. Reyes de UK

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Me quedé dormida de pensar tanto en el lindo rato que pasamos juntos. Mis oídos tuvieron un orgasmo al despertar y escuchar mi canción favorita de Journey. El destino estaba de mi lado en ese momento. Aún seguíamos en el interminable camino de árboles y Hassel me recibió con una enorme sonrisa. Sus hoyuelos se robaron todo el show y sus ojos esmeralda brillaban como nunca antes lo había hecho. Le devolví una sonrisa adormitada mientras trataba de despertar por completo.

—Buenos días, ya salió el sol—bromeó y solté una carcajada. No podía quitar mis ojos de él. Había algo nuevo que no podía descifrar. Brillaba más de lo normal y eso me encantaba. Al llegar a la finca. Me bajé del auto con un terrible dolor de cabeza y mareos, sentía que la tierra se movía y sabía que mi cara era de pánico y estaba pálida. Sin decir nada, corrí hacia la habitación de Nia. No me importaba si estaba follando con Lenny, entré y me lancé sobre la cama para cerrar los ojos y dejarme llevar hacia la nada de lo mareada que me sentía.

—¡Mierda! Prometo no volver a probar éxtasis—dije para mí misma. Sentí el ardor en mi cintura y recordé que tenía un estúpido tatuaje gracias a Hassel. Escuché gemidos en el baño. «Estos idiotas no se cansan nunca»

Me levanté y abrí la puerta del baño. Y sí, eran ellos. Nia estaba sostenida de la pared mientras Lenny estaba detrás suya y la tomaba de la cintura.

En ese momento solté todas mis penurias en la taza del baño. Sentí una presión en mi estómago y seguí vomitando. Los chicos me veían asustados, tomaron una toalla para cubrirse. «A los dos he visto desnudos» Nia y yo nos bañábamos juntas y a Lenny lo bañé y lo vestí una vez que se pasó de tragos en una fiesta y ni siquiera sabía en qué planeta vivía.

—Dios, Lia. ¿Te sientes bien?—Nia tomó mi cabello y lo apartó de mi rostro para que pudiera vomitar más cómoda.

—¡Sí, claro! Sólo vine a rezar un rato—rodé mis ojos y me levanté para limpiarme la boca con agua y una toalla.

—¿Qué mierda te metiste, Lia?—habló la voz de la experiencia.

—Esta cosa—le pasé las bolsitas que compré para ellos. Lenny soltó una enorme carcajada y tomó aire para seguir con su show.

—Pensé que eras más fuerte, Lia—se burló y palmeó mi hombro con lástima.

—No digas pendejadas—le arrebaté mi bolsita. Nia me veía de una manera muy sospechosa—No creerás que estoy embarazada, ¿O sí?

Levantó ambas cejas con maldad y salieron del baño tomados de las manos. Rodé los ojos y salí de la habitación para cambiarme de ropa a algo más cómodo y casual. Pasé por la cocina para beber un poco de agua y ahí estaba esa tal Hildegarde con otras tipas que parecían ser de su misma especie. No era una persona que discriminaba a los demás por su tipo de trabajo, pero esa estúpida estaba colmando mi paciencia a niveles muy elevados. Hablaba con tanta paciencia como si yo no supiera lo que estaba diciendo sobre mí y Hassel.

—Das Mädchen sieht aus wie eine Hure (Esa chica parece una puta).

«Ich liebe diesen Kerl (Me encanta ese chico)

«Ich würde ihn gerne mit in mein Bett nehmen, um zu sehen, was er unter diesem Engelsgesicht verbirgt. (Me gustaría llevarlo a mi cama para ver qué esconde debajo de ese rostro angelical)»

Apreté mi mandíbula tratando de controlarme y no agarrarla a golpes por hablar de esa manera y desear a Hassel. «Él es sólo mío y jamás podrá estar con alguien más.»

—Hey Inländisch, hol mir ein Glas Wasser. (Hey, domestica, tráeme un vaso con agua)—hablé segura de mí misma y con prepotencia hasta por los poros, sólo para que se diera cuenta que había entendido todo lo que había dicho y para que cumpliera con su trabajo. Las tres estúpidas voltearon a verme con la cara más graciosa del mundo. Una fingió un tosido y la otra se escondió detrás de la pared. Me acerqué a ella para intimidarla. Cualquier movimiento en falso de su parte sería brutalmente castigado por mí—Mach deinen Job, anstatt meinen Freund ficken zu wollen, Schlampe (Haz tu trabajo en lugar de querer follar con mi novio, perra)—dije como toda una novia celosa y posesiva. La empujé contra la pared y apreté su cuello con mis manos, pero al ver que estaba por llorar del miedo, la solté y me fui a mi habitación. Me desquité rabiando con todo lo que encontraba a mi paso. Todavía escuchaba ese sonido  irritante y no sabía de dónde provenía, pero estaba palpitando y haciendo eco en mi cabeza.

Love Again © I [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora