Letra "I"

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No había nada en el lugar en el que estaba. Yo estaba dentro de algún sueño vacío, Adam, apareció en esa oscuridad. Estaba parado, actuando cómo si estuviese arrepentido, fingiendo que le importaba. Soltando palabras y explicaciones, como el chico alfabeto que es, fue y siempre será.

Ese es tu destino Adam, ser eternamente un chico alfabeto. A veces pienso que te pareces a Peter Pan, nunca maduras, eres como un niño. Pero eso no significa que pueda perdonarte, eres un niño egoísta y mal intencionado. Al igual que Peter, se convirtió en Garfio, pero nunca fuiste un héroe ¿No es así?

Pretendiendo ser bueno, cuando en realidad, eres la peor persona que he conocido en mi vida.

De repente, abro los ojos. Me incorporó bruscamente, sujetando fuertemente un brazo desconocido.

Mis ojos, se encuentran con un par de ojos marrones sorprendidos, de aquel bruto movimiento. Mi garganta se encuentra seca, al examinar el espacio en el que estoy, puedo reconocer la habitación.

La enfermería de la escuela. Relajo mi expresión, al reconocer también a Ben.

-¿Ya te encuentras bien?-Preguntó amablemente.

-Ah, yo...si. Claro, no te preocupes. Ya puedes irte.-Permití, hablando algo bajo. Recordando que me había desmayado en el pasillo.

-Melanie...en serio... ¿Quieres quedarte sola?-Me sujetó de las manos este, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, así que las retiré rápidamente y las escondí tras las pálidas sabanas.

Luego de una expresión que no pude descifrar, me sonrío para despedirse y salir por la puerta, le devolví el gesto con una mano.

Mi cabeza todavía duele. Necesito ir a clases, estoy llegando tarde para literatura.

Cuando me pongo de pie e intentó acercarme a mis zapatos, mi cuerpo tiembla como una gelatina, y mis piernas terminan en el piso.

Después de todo, creo que lo mejor será irme a casa. Llamé a mi papa y al llegar realmente preocupado, me lleva a casa, cargando conmigo a sus espaldas como un saco de papas,

Fuimos al medico y solo me dijo que era "algo de estrés" ahora debo tomar algunas pastillas.

¿Por qué no dejo de culparte de todo? Siento que eres el único responsable por aquí.

Mis padres, decidieron que lo mejor era que me ausentara durante un día, no es como si amase estar en el colegio, así que me dio igual.

En este punto la soledad es inútil...

Cuando reviso mi celular, un número desconocido aparece en la pantalla. Al leer algunos de los primeros mensajes que había recibido, Adam es quien ha enviado esos mensajes.

En casi todos, pregunta como estoy, que si he comido, los últimos preguntan si he faltado porque mi condición era muy mala.

Deja de preocuparte. Todo lo que haces me irrita.

Tú me hiciste así, alguien que no soy yo, me convertiste en lo que soy ahora.

Le sacó la batería a mi celular y me acuesto completamente en mi cama, para que el sueño me haga olvidar de todo, aunque sea durante unos minutos. El sueño hace ese efecto, hace que todo parezca irrelevante.

Después de un fin de semana sin hacer algo que realmente tenga algún valor.

El lunes llega al fin.

Cuando dejo algunas cosas en mi casillero, Adam aparece.

-¿Estas bien?-Cuestiona con una voz especialmente suave.

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