Hasta ahora había podido evitar quedarme con Adam para qué me "enseñase" a leer, pude hacerlo... hasta fin de año.
Así es como mi sexto grado, empezó. Los empujones eran cada vez más fuertes, cada vez me robaban más cosas, rayaban todos mis útiles y los abusos en el baño se hacían más duraderos, a la vez que los moretones más difícil de ocultar.
Pero yo por mi parte, siempre llevaba mis cintas del cabello, mis broches decorados y las cosas que me gustaban.
Estábamos a punto de irnos y pensaba que podía evitar el asunto...Como lo había hecho hasta ahora, pero un brazo me sujetó fuertemente antes de poder pasar por el marco de la puerta.
-¿A dónde vas?-Preguntó esté sonriente.
-A casa-Respondí fríamente.
-Oh no, no. No lo haces.-Negó esté, mientras acomodaba los escritorios de manera que los dos quedasen enfrentados. Acto siguiente, se sentó en una silla con las piernas cruzadas y palmeó el escritorio. Resignada, me senté. Correr no era una opción, definitivamente me alcanzaría. Yo era muy mala corriendo.
Estaba asustada, asustada de lo que pasaría.
-Bien empezaremos con el abecedario.-Declaró esté.
-Pero...yo ya...-Su mano sujetó mi boca con fuerza y luego me soltó. No dije nada más.
Saco un maso de tarjetas y solo cogió una.
-Este es el trato. En esta tarjeta esta la letra "A", "B" o "C" Si adivinas que letra es, puedes irte. Si no, tendrás que deletrear una palabra que yo quiera-Dijo esté. Yo asentí nerviosamente.
-¿Y bien? ¿Qué letra es?-Preguntó este.
-A.-Respondí por decir una, aunque fuese la correcta seguramente sería exactamente lo mismo.
-Mal. Es la letra C.-Dijo esté sin mostrar la tarjeta.
-Deletrea metilenodoxismetanfetamina-Habló fluidamente, sin ningún tipo de traba de por medio.
-Repítelo-Ordenó, una vez que la pausa fue demasiado larga. Todavía intentaba ordenar las sílabas en mi cabeza, de manera coherente.
-Me...ti...le...do...no...-Pronuncié lentamente, haciendo un enorme esfuerzo por recordar las sílabas siguientes.
-Incorrecto.-Negó esté. Acto siguiente, una sonrisa se hizo presente.
-Pero...qué...esa palabra...ni siquiera es justo. Seguro la inventaste.-Murmuré por lo bajo, con intenciones de no ser escuchada. La verdad es qué por más que fingiese, Adam me asustaba. Yo era simplemente microscópica al lado de él.
-No lo hice. Es un compuesto de una droga dañina.-Respondió. Me pregunto ¿Qué serán las drogas?. Aunque me sentía aliviada que no se lo haya tomado mal...
-Ahora debes recibir tu castigo.-Declaró sonriente, realmente parecía disfrutar todo lo que me hacía. Mis manos, empezaron a temblar.
-Si vas a golpearme, hazlo rápido.-Dije mientras daba vuelta mi cara y cerraba los ojos. Solo quería terminar con esto en cuánto antes para volver a casa.
-Besamé-Dijo finalmente. Yo abrí los ojos como plato y lo miré, el permanecía inexpresivo y empezó a acercarse lentamente.
-¡Yo no puedo! ¡Es asqueroso! ¡Prefiero morir!-Confesé, alejándolo con mis manos. Sus ojos se transformaron en la mirada fría y llena de odio de siempre y se sentó de nuevo en su asiento junto con las piernas cruzadas. Yo permanecí de pie.
-Sigamos con las letras.-Dijo simplemente para seguir mezclando sus tarjetas. Yo lo miré, dubitativa.
-Pero...pero...¿El castigo?-Pregunte estúpidamente. No era posible que lo dejase pasar, prefería que me lo dijese ahora. El sonrió de lado.
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Alphabet boy
Ficção Adolescente"El príncipe del patio de juegos" se llamaba a él mismo. Actuando cómo un buen chico y fingiendo que tú lo sabes todo, así es como eres. Cuando nadie está mirando, me molestas con aviones de papel o con gomas de mascar. Me tratas como una estúpid...