No me juzgas. Por que si lo hicieses, yo te juzgaría también.
Todo eso que a mi me falta, simplemente te lo inventas. No me conoces y simplemente no te importa hacerlo.
Me gustaría recordar como era cuando no te conocía. Desearía ser esa niña que no le importaba nada de nada. Pero a la vez no lo hago...
El agua de mis sueños parece hacerse cada vez más profunda ¿Estoy nadando o me estoy hundiendo?
Para ser sincera, solo pienso en cosas terribles.
Me encuentro a mi misma mirando por la ventana del salón por milésima vez. Tantos libros, tanta educación ¿Por qué nadie nos ha enseñado a amarnos a nosotros mismos? Cuando estaba aburrida, cuando sentía que no podía sentir absolutamente nada, pensaba en la próxima cosa que te haría, en tu expresión dolorosa.
Pero ahora no me produce nada. No dejo de sentirme vacía no importa qué. Me río de mis patéticos pensamientos. Aunque me ría, me he dado cuenta que he perdido el sentido del humor. ¿Qué tan malo es eso?
Adam y yo somos tan parecidos ahora.
Quiero enojarme conmigo misma pero estoy demasiado cansada. Todo se limita a un misero suspiro.
Adam me preguntó si volveríamos juntos a casa, yo solo asentí. Estábamos por pasar por mi casa, no me moleste siquiera en saludarlo, al voltearme, me preguntó cómo me encontraba yo, simplemente respondí que estaba bien.
Realice la rutina de siempre al llegar. Poner la cara en mi almohada y fingir que todo estaba bien dentro de mi.
Pensé en cómo salir de todo, me pregunté qué era lo que estaba esperando de todo esto mientras agarraba mi celular buscando el número de Adam y enviándole un mensaje.
Una expresión por mi rostro indescifrable se inauguró en mi semblante.
Luego de escribirle a Adam concluí que lo mejor era tratar de hacer las cosas con Adam lo más rápido posible.
Para así volver a la normalidad.
Para volver a ser yo.
Para dejar de sentirme como ahora.
Lo único que hacía últimamente era buscar salidas fáciles que tenían el resultado contrario.
No me arrepentí de cualquier modo, siempre me convencía a mi misma de que mis elecciones eran las correctas.
Desperdicié el resto del día haciendo nada. Mis pensamientos me estaban matando. Intenté no pensar, pero el silencio me mataba también.
Al siguiente día me preparé para que la monotonía de ayer se repitiese, pero Adam me detuvo cuando puse un pie en la escuela.
-¿Es en serio?-Me preguntó.
-¿Qué?-Cuestioné desganada.
-Lo que me enviaste.-Respondió. Gesticulé un "Oh" fingiendo sorpresa. Aunque sabía perfectamente de lo que me hablaba.
-Si.-Respondí tratando intensamente sonar confiada. Pretendiendo ser la marioneta que tú querías que fuese.
-Entonces dímelo a la cara.-Ordenó.
-No puedo.-Me rehusé.
-Entonces no es verdad.-Refutó.
Muérete. Tan solo muérete y déjame en paz. Lo ignoré mientras acomodaba los libros en mi casillero.
Él hizo lo mismo durante el día, tratando de provocarme hablando con diferentes chicas.
¿Por qué simplemente no vas tras ellas?
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Alphabet boy
Novela Juvenil"El príncipe del patio de juegos" se llamaba a él mismo. Actuando cómo un buen chico y fingiendo que tú lo sabes todo, así es como eres. Cuando nadie está mirando, me molestas con aviones de papel o con gomas de mascar. Me tratas como una estúpid...