Y de pronto llegó... #Dulcesal

Capitulo 1.1

... Mi corazón ya se queda pequeño de lo grande que tu eres"... Leía en el muro de facebook de una amiga, pensando que ojalá llegara ese alguien a mi vida. Había pasado ya más de medio año desde lo de Raúl y todavía lo tenía presente. Sonó el móvil, la llamada de cada día, mientras sonaba la canción de Birdy- Wings en el ordenador... Que oportuno, parece que tiene una cámara y me esta vigilando...

("We watched the day go by... Stories of what we did... It made me think of you... ")

- Hola Nora, ¿qué tal el día? - como si tú me lo fueras a mejorar pensé.

- Hola Raúl. Bien estudiando, ya sabes, sólo me queda un examen la semana que viene para terminar con los de febrero - contesté muy secamente, ¿se dará por enterado que no quiero hablar?

- Y ¿qué tal lo llevas? - uff la misma pregunta de siempre y él se tendría que saber ya la respuesta, yo siempre lo llevó mal...

("We danced on top of cars... Took pictures OS the state... So far from where we are... They made me think of you...")

- Llevarlo... Ya sabes, lo llevó... Pero bueno, hoy vamos a tomar un descanso y salimos las chicas - me salió espontáneo y me arrepentí al segundo de haberlo dicho, pero ya era tarde.

- ¿Sales esta noche? ¡Si todavía te queda un examen! - ja, ya me conozco por donde van los tiros...

- ¡Ay! ¡Qué pareces mi madre! Bueno miento porque ella ni me llama... Y sí, saldré un rato, me apetece pasármelo bien, tengo derecho también ¿no?

- Vale... Vale... Pero cuidado con lo que haces... Y...Mmm... Nora, ¿quieres que me pase a ver como están tus padres? - si suavizalo para no cabrearme pero ya sabía que iba con segundas... Raúl no soporta que salga sin que me pueda controlar.

("Oh lights go down... Un the moment we're los and found... I just wanna be by your side... If these Wings could fly...")

-¡Ya empezamos! Si sigues por ese camino cuelgo el teléfono y no hace falta que visites a mis padres, son mi problema - contesté ya cabreada, siempre era la misma historia cuando salía por Madrid.

- Lo siento, sabes que te quiero ¿no?

- Eso lo tenías que haber sentido alguna vez y sobre todo el junio pasado cuando hiciste lo que hiciste, y mira que no me apetece hablar de lo mismo y además me tengo que arreglar que enseguida llegar Claudia y todavía ni me duché. Hablamos en otro momento, ¿vale? - exasperada por donde iba la conversación decidí cortarla. Maldita canción...

("And how you told me after it all... We'd remember tonight... For the resto of our lives...")

- Vale... No te molesto más, te llamé porque tuve un día muy estresante en el curro y necesitaba oír tu voz, pero hablamos en otro momento. Te quiero... - seguro que está esperando escuchar aunque sea un yo también...

- Un beso, hasta luego y gracias por ofrecerte a lo de mis padres...

- Nada... Hasta luego...

("Oh damn these walls... Un the moment we're ten feet tall... And how you told me after it all... We'd remember tonight... For the resto of our lives...")

Terminé la conversación sintiéndome peor de lo que estaba antes. Claro que yo también lo seguía queriendo. Como no quererlo, si fue mi primer amor. Íbamos juntos a clase y empezamos a salir a los 15 años. Al principio éramos dos adolescentes normales, hasta que crecimos. ¿Como describir a Raúl? Mmm... Ahora 1.80, moreno y muy musculado por su trabajo de policia pero cuando empezamos no era más que un chico desgarbado que le gustaba la música rara. Y yo... Chica pelo azabache, 1.70 normalita, y aunque sali de las adolescencia seguí siendo normalita. No estaba delgada pero tampoco gorda, tengo mis curvas cosa que adoro y he heredado de mi abuela italiana, y también de las clases de ballet y boxeo, la primera me mantiene algo más fina y la segunda me muscula un poco, pero más que nada me desahoga.

Estaba ensimismada pensando en la conversación, en Raúl, en todos los momentos vividos... Aquel viaje a tarifa cuando aprobamos las pruebas de acceso a la universidad, en el cual nos pasamos todos los días de la playa a la habitación y de la habitación a la playa. Como tuvo tanta paciencia para enseñarme a hacer surf, como me sentí al ponerme por primera vez de pie aunque fuera unos segundos... Lo orgulloso que el se sintió en aquel momento... El desde pequeño veraneaba en Mundaka y por su puesto sabía surfear muy bien, ¿que deporte se le daba mal? Cuando de pronto alguien golpeó la puerta de mi habitación del colegio mayor.