ISABELLA'S POV:
Me tomé unos minutos para controlarme antes de bajar las escaleras, consciente de que había algo dentro de mi que ya no volvería a cambiar.
Nunca más.
Incluyendo en todo ello el vínculo con mi mellizo. Empece a sentir como propias las emociones de Daniel, primero la confusión de sentir de nuevo aquel pequeño lazo que nos unia a donde fueramos, tras eso la aceleración de la emoción, de empezar a identificar que estabamos de nuevo unidos, lo que ello significaba. Por último la felicidad, una felicidad tan intensa que hacía que mis ojos brillaran con el nuevo color adquirido producto de una conexión única.
Cuando un sentimiento era muy fuerte en alguno de los dos, este contagiaba al otro y la emoción se reflejaba, no solo en la emocionalidad propia, sino también en una caracteristica física bastante notoria.
Así pasaba con todas las emociones, lo que llevaba a que en ese momento un fucsia intenso y escandaloso que combinaba con mi nuevo tono de piel inundara el color de mi iris normalmente marron, un efecto colateral del sentimiento de felicidad invadiendo a Daniel.
Cierro los ojos y estiro un poco mis alas tratando de ajustarme de nuevo al peso de ellas en mi espalda. El poder de mi naturaleza corriendo por mis venas, podía censar todos mis antiguos dones presentes, incluso el fénix que se extendía con fuerza dentro de mi, generando una suave sensación de calor que me hacía sentir algo en casa. Un recordatorio de lo letal que podía llegar a ser.
Un nuevo suspiro se desprende de mis labios. Para pasar el tiempo decidí leer como muchas veces "Orgullo y Prejuicio", mientras esperaba a Charlie, mi tutor de castigo, para informarle que me iría, que volvería de nuevo al castillo, junto a mi padre, mis tíos, Daniel, y mis cuasi hermanos.
Mientras leía, no podía evitar empezar a acceder a las memorias que sentía en parte, había perdido. Un año entero en Forks y con Ed... con él habían hecho sus estragos. Las tardes soleadas en la playa privada de Volterra con los gemelos malvados, las noches a la luz de la luna con Daniel donde hablabamos de todo lo que queríamos hacer y ser, las madrugadas entrenando con Felix que en parte me recordaba a Em...
La rabia y el dolor de esa asociación me hacen enderezarme por completo, como si un latigazo azotara mi espalda, una rabia que llevaba al fénix a emerger de mi cuerpo. Respire profundamente haciendo lo imposible para controlarme. No podía permitir al fénix fuera de mi cuerpo, no aquí, no en Forks...
Mis labios se tuercen en una mueca de molestía solo de imaginar el nivel de daño que eso haría si sucediese...
Mis pensamientos vuelven a su línea cuando escucho a los lejos las llantas del coche de patrulla contra el asfalto, había aprendido a tenerle cariño a esa versión torpe y tímida de Charlie, y el recuerdo me llevaba un poco a reirme de mi misma y de mis muy buenos intentos por parecer una adolescente cualquiera sin ningún tipo de coordinación, una chica completamente torpe cuando en realidad no solo tenia una buena coordinación, si no una buena cantidad de años de entrenamiento en las condiciones más duras que a mi padre se le pudiesen occurrir. Era tal vez la criatura más entrenada sobre la tierra, no había vampiro, vivo o muerto, que fuera mas poderoso que yo, en realidad, no había criatura existente mas poderosa que yo o Daniel, nadie que pudiera estar a nuestra altura...
La fuerza de mis propios pensamientos hizo que me sintiera un poco descolocada, si, esa había sido yo, esa era yo.
La mujer ególatra y prepotente, la témida Isabella Vulturi.
Después de todo la sangre del milenario vampiro Aro Vulturi con la del rebelde ángel Marie Angellus corría por mis venas.
El primero era mi padre genético, un ser oscuro, poderoso, prepotente, ambicioso, despiadado, cruel, desalmado, esos y todos los adjetivos de ese tipo eran el inicio apenas de una descripción de su persona mientras que mi madre era solo un ángel caído, pura, real, inteligente, tímida, cariñosa y amigable, que se había enamorado del tipo equivocado.
¿Qué ironia no?
Al final yo era la mejor combinación nacida de ellos pues podía ser cruel y desalmada, lo suficientemente mala con cualquiera que se atreviera a amenazar algo que fuera importante para mí, con quien que se atreviera a tocar a mi familia o a los que yo amaba. Y del otro lado podía ser tan dulce, tan benevolente, tan amorosa, que producía diabetes con aquellos que yo adoraba y aquellos que me querían igual.
Daniel y yo éramos la perfecta combinación de lo oscuro y la luz, de lo prohibido y lo puro, pues mi padre siendo la criatura que es había escogido a un ángel lo suficientemente poderoso como era mi madre para plantar su semilla. Una madre nos pario y no vivió para vernos crecer. Fuimos y somos los únicos ángeles de la muerte, pues solo una cosa tan tenebrosa y absurda podría ser producto de la unión de lo más parecido al infierno que cruzaba la tierra con lo más parecido al cielo que lo hacía.
Un origen que era el secreto mejor guardado de Volterra pues Aro mismo se habia encargado de ocultarlo muy bien para que nadie lo intentara de nuevo, asesinando a cualquiera que hubiera estado involucrado en el proceso.
Daniel y yo éramos únicos, temibles, y sobre todo poderosos. Más de lo que debíamos serlo.
Escuché como Charlie sacaba las llaves de su bolsillo y abría la puerta lentamente, su mirada primero se dirigió hacia el perchero donde colgó su chaqueta y su pistola, como solía hacerlo, pero al alzar la mirada y recorrer la sala con la misma me vio, vi como por sus ojos pasaba la compresión antes de suspirar lánguidamente y acercarse hasta mí.
—Isabella... —Su voz era apenas un susurro, pero llevaba este tono triste, apesadumbrado. ¿Quién diría que el cazador de hijos de luna más prolifero del mundo era capaz de sentirse triste?
—¿Si? —Mis ojos siempre en los suyos, que ahora parecian tener una especie de neblina cubriendolos, haciendo que pequeñas porciones de esta fueran casi blancas. Un esfuerzo de cubrir cualquier otra emocion en mi cuerpo con la neutralidad y la indiferencia que eran necesarias para abandonar al que había sido un padre mucho más amoroso que el primero.
—Te iras. —Ni siquiera fue una pregunta, por lo que solo me limite a asentir, después de todo, sabía que su dolor más grande era verse solo de nuevo. Mientras tomaba mi mochila y salía de la casa, sus palabras volvieron a alcanzarme, haciendome detener a mitad del porche. —Esto paso por el tal Edward, ¿no es así? Ese estúpido vampiro, maldita sea la hora en que le permití acercarse a ti. —El pequeño gruñido que crecio dentro de mi pecho se volvió mucho más gutural de lo que esperaba mientras me daba la vuelta. Mis ojos volvieron a conectarse con los suyos, y vi la pena, la tristeza, la rabia. Un cazador que nos odiaba habia aprendido a quereme.
La vida parecía estar llena de ironías.
—No es por el. —Mentira. —Y aún si lo fuera, no estás en posición de detenerme. —Sabía que estaba siendo quizá algo dura con él, pero esta era yo de nuevo, en la piel de una asesina desalmada, tenía que volver a encajar con mi papel, ¿no? —Gracias por haberme recibido en tu casa, te debo una Swan, pero no intentes entrometerte en mis decisiones —Mi voz era tan carente de emociones que la sorpresa en sus ojos no lo fue para mí. Me di la vuelta y salí rápidamente de la casa corriendo hacia el bosque.
Me tomo unos pocos minutos llegar al claro donde había compartido tantas cosas con él, un montón de recuerdos de noches, días, mañanas, tardes. Un montón de recuerdos de caricias, besos, promesas, sueños.
Todos ardiendo dolorosamente sobre mi piel. Evité las lágrimas, lo mejor que pude.
Chasqueé mis dedos en un acto de dramatismo y en ese instante cada flor de el prado se empezó a incendiar, era un acto simbólico para mí, cada recuerdo, cada memoria, incluso cada emoción tenía que quedar reducido a eso, a simples cenizas, a nada.
Extendí mis alas y me impulse hacía el cielo con un único propósito.
Volver a casa.
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Estoy volviendo a editar los capitulos, habrán cosillas allí que encuentren ligeramente nuevas, mejor redactadas, pero la esencia es la misma <3 Si quieren leer más de nuestra Isabella Vulturi pasenle con confianza :3
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Isabella Vulturi
FanfictionA veces confundimos la verdad, y aquello que parece frágil y delicado esconde, dentro de su esencia, un oscuro secreto. Un secreto que puede matarte. Un secreto tan fuerte, que te une contra tus enemigos, y vuelve a quien amas, tu mayor objetivo. E...