Capítulo 2

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Capítulo 2



Marinette

Se produjo un silencio incómodo. Lady Bug, nerviosa, acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja. Unas palabras tan simples como esas podían hacer de su amistad, de su relación de socios, un momento insoportable.

Chat Noir al estar tan cerca de ella, se acostó sobre el regazo de su lady y la observó con una sonrisa traviesa.

-¿Qué pasaría si esa persona fuese yo? -preguntó, no había un rastro de inseguridad en su voz.

-¿Y ahora te acuestas sobre mí? -chilló Lady Bug e intentó sacar a su compañero de encima de ella-. Ts... N-Ni que fuéramos n-novios o algo así. Además tú no eres como él... él es... Tranquilo, agradable, humilde...

-Entonces yo soy lo opuesto...

Chat Noir soltó un bufido y se levantó por sí mismo. Casi al mismo tiempo, Lady Bug lo imitó. Se encontraban los dos parados sobre el tejado, ninguno de los dos apartaba la mirada.

-Estoy harto de esto My Lady -dijo, serio.

-¿De qué?

-Es molesto querer a una persona de la que no sabes nada, ¿sabes?

-¿Qué quieres que te diga?

-No, no me digas nada. Ya no quiero escuchar. Al menos no por hoy... -Se dio la vuelta y escapó, en unos segundos se había alejado de Lady Bug lo suficiente.

Se arrepintió por haberle dicho esas cosas. Estaba de muy mal humor y lo único que hizo fue tratar mal a uno de sus mejores compañeros, a un amigo. Volvió a casa, estaba tan cansada que no se preocupó por hacer la tarea que le quedaba. Se arrojó sobre la cama y quedó profundamente dormida.

Al día siguiente, en el instituto, se escabulló de Adrien en la entrada. Éste refunfuñaba cosas por debajo, se lo veía molesto. Alya hoy no estaba en la escuela. En la videollamada que habían hecho, se la veía en la cama con un trapo en su frente para la fiebre. Cuando terminase el horario escolar, Marinette estaba dispuesta a ir a visitarla. Pero el problema en ese momento era el humor de Adrien, siquiera Nino podía ayudarlo.

-Le pregunté qué le pasaba y me dijo que discutió con su padre... -le comentó el chico a Marinette mientras guardaba sus cosas en el casillero-. Quizás hoy sólo tuvo un mal día, aunque es raro verlo de esta forma. ¿Por qué no le preguntas tú? Si te da una respuesta diferente, es porque nos está mintiendo.

-¿¡Eh!? N-no... No puedo. ¡Vaya, mira qué hora es! -dijo mirando la hora en su celular-. ¡Tengo que irme!

Después de lo que había hecho, hablar con él era lo último que deseaba. Sin embargo, se dirigió a la plaza y al encontrarlo allí sentando en un banco, se escondió tras un puesto ambulante cercano. Estaba cruzado de brazos y con los hombros caídos. Tenía puesto sus auriculares y de vez en cuando ceñía el rostro, Marinette nunca lo había visto de esa forma.

Adrien alzó la vista y sus miradas se encontraron, él se quitó sus auriculares. Al instante, Marinette fingió acomodar los globos con formas que estaban en venta pero el vendedor la retó, el hombre también parecía haber tenido un mal día ya que descargaba toda su furia contra Marinette. Ella intentó pedirle que bajara la voz pero el sujeto no tenía las intenciones de hacerlo. De pronto, sintió cómo alguien apoyaba su mano en su hombro.

-Me llevaré dos de esos. Eso lo arreglará todo, ¿cierto? -dijo con los auriculares colgando en su cuello y sacando de uno de los bolsillos su billetera.

-Supongo que está bien -dijo el vendedor tranquilizándose.

-A-Adrien...

-¿Cuál quieres, Marinette?

-Ah... -Pestañeó muchas veces en un segundo. Casi de forma inconsciente dijo-: El de Chat Noir.

Vio a Adrien sonreír y mirarla de reojo mientras le entregaba el dinero al hombre.

-Yo quiero el de forma de araña.

-¿A-Araña? -preguntó confundida.

-¿Piensas que elegiría el que tiene forma de Pony? -le comentó.

-¡N-no, n-nunca pensaría eso! -rió-. Aunque sería divertido. Gracias, Adrien.

Recordó la escena del celular y empalideció. Cuando por fin se tranquilizaba, nuevamente empezaban sus tartamudeos y demás signos de nerviosismos. Miró el globo, nunca había encontrado uno con el rostro de Chat Noir... Sólo con el de ella. Sonrió. Con esto podía hacer las paces.

-De nada. Yo...

-¡Tengo que irme! ¡Lo siento! -se odiaba por ser tan obvia esquivándolo pero no podía quitarse aquél sentimiento de culpa.

Estaba decidida a hacer las paces con su compañero de aventuras.

Adrien

Hace dos días que no pasaba nada emocionante, la ciudad estaba tan tranquila que le impresionaba. Como si todos los ciudadanos hubieran decidido darle por fin unos días de vacaciones. Lady Bug lo había llamado, y aunque deseaba negarse y decirle cuán enojado estaba con ella, fue al lugar que la chica acordó. Sólo era un techo como tantos otros pero se iba a reunir con su Lady, y eso... Hacía que dejase un poco de lado su orgullo.

Cuando Lady Bug apareció, se paró frente a él con las manos detrás en su espalda, en la misma posición como cuando alguien quiere darte un regalo secreto.

-Quiero hacer las paces contigo, ¿me dejas? -dijo con una leve sonrisa y dejó a la vista el mismo globo que él le había regalado a Marinette.

Chat Noir sintió los latidos de su corazón dentro de su mente. Un latido tras otro, el tiempo se había detenido para él.

-Oye, ¿me estás escuchando? -volvió a hablarle Lady Bug.

-Te escucho bien claro -dijo, regalándole una tierna sonrisa.

Por fin la había encontrado.

***

¡Gracias a todos por comentar! (sigan comentando jaja) Me alegra mucho ver cuánto les está gustando :3

( Dibujo hecho por: Vanessa Diaz Tejada. ;_; ¡Muchísimas gracias! )

Ria$a


¿Quién eres tú? Miraculous LadybugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora